7 Dias De La Señora K

Siete Días de la Señora K es una novela de Ana María del Río, perteneciente al género narrativo. Relata la vida del estereotipo de dueña de casa que es prisionera de sí misma, que mientras su esposo está de viaje de trabajo y sus 3 hijos están en un campamento invernal, se encuentra sola en casa y comienza a auto descubrirse, a conocer su lado erótico, aquel que estaba guardado. Comienza la travesía por las zonas más inesperadas: párpados, detrás de las rodillas, ombligo, axilas y por último los senos notando que cada una de las zonas que comenzaba a reconocer no eran de corcho como su marido acostumbraba llamarle. Poco a poco va re-despertando su cuerpo y personalidad, va descubriendo aspectos que en ella antes no existían como el coqueteo y el baile. Finalmente vuelve a su realidad, dejando a criterio del lector como continuaría su vida ahora que se conoce íntegramente.

Señora K es el nombre ideal para el personaje de la obra, no se le asigna un nombre específico evidenciando que la protagonista no tenía una vida propia, que vivía para los demás, principalmente para su esposo (de ahí Sra. K por el apellido de Mauro, su marido) y los siete días corresponden al tiempo que tardó en el proceso de conocerse y en el que se desarrolla la mayor parte de los acontecimientos de la obra. Elementos como el corcho dan a conocer la apariencia de la protagonista y el hecho de estar tapada y que se necesita liberar de dicho corcho para que ese algo que hay dentro de ella, las sombras que ella veía en casa y que su marido no veía pueden representar ese ser que estaba dentro de ella, que su marido no ve porque no lo conoce y que ella no reconoce porque tampoco lo ha visto antes, su verdadera identidad y el armario ser el mejor escondite para ésta. La relación con su marido está marcada por hechos como el de su temprana violación y la poca compatibilidad entre ellos, siendo personas casi opuestas, entre las que solo hay una relación de sumisión de parte de la Sra. K hacia su marido.

El desenlace de la obra está más bien dejado a la creatividad del lector, aunque se presentan elementos que podrían encaminar de cierta forma como sigue el relato luego que termina. Primero la protagonista, que en un principio de la obra no sería capaz de serle infiel a su marido siquiera con la mirada, entra en un extraño trance, en el que en el afán de manifestar su lado erótico, pierde casi la noción del tiempo, oye la puerta, baja y se da cuenta que no hay nadie, sale al patio, entra y se encuentra con un joven dentro de la casa que venía a entregar un telegrama, dentro de su trance ni siquiera le pregunta como entró y suben juntos al segundo piso donde tienen un encuentro sexual, en el que la señora K es quien dirige los movimientos y complace sus gustos como nunca antes lo había hecho. Después de esto el joven se retira pidiéndole volver a lo que la Sra. K se niega, cierra la puerta, sube y baila en la alfombra, al ritmo de la música como nunca antes lo había hecho, de pronto oyó el timbre, bajó, abrió y notó que era otro telegrama,

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