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ABORTO Y LA ETICA


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  6.409 Palabras (26 Páginas)  •  552 Visitas

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1. LA ETICA Y EL ABORTO

2. . LA ÉTICA

Desde el punto de vista de la ética practica y la reflexión de cada uno de nosotros sobre la moralidad vigente podemos determinar por razones fundamentales se determina con base en los calores o intereses personales que se prefieran

3. La reflexión filosófica analiza la legitimidad de la decisión moral, enmarcada en un sistema de creencias y jerarquías axiológicas. El principio básico que subyace a la razón práctica es que la persona posee el derecho de determinación sobre sus decisiones morales, derecho que la consti- tuye como persona. El análisis filosófico legitima o no la decisión moral en cuestión. Los pasos de tal legitimación son los siguientes: el primero es la consideración de los aspectos del lenguaje de la formulación de la decisión, para lograr mayor neutralidad en el uso de los conceptos y evitar caer en discusiones meramente semánticas. Consideremos dos posibles formulaciones de una decisión moral de abortar. "Mujer que interrumpe un embarazo no deseado" vs. "madre que asesina a su hijo no nacido". La discusión semántica sería, por ejemplo, argumentar si el he- cho en cuestión se trata de dar muerte, cometer un asesinato o someterse a una interrupción voluntaria de embarazo. En términos de mayor neutralidad afirmamos que el aborto voluntario significa la interrupción artificial de un embarazo no deseado, por razones morales. El segundo paso es considerar la validez de las razones morales con base en la reflexión

de la razón práctica. Las razones morales que legitimen el aborto voluntario en los embarazos no deseados pueden ser: 1. por ser el embarazo producto de una violación 2. por fallas en el uso de anticonceptivos 3. por conocimiento verificado de malformaciones irreversibles del producto 4. por incapacidad moral y psicológica de la mujer para enfrentar un embarazo no deseado En todos los casos la razón fundante es el punto 4. Por razón moral queremos indicar que se asume una incapacidad humana de enfrentar un evento para el cual no se está preparada moral y psicológicamente. Moral, porque se es incapaz de conferir el valor que corresponde al producto del embarazo como ser humano, y psicológicamente, por la incapacidad de enfrentar el sufrimiento concomitante a un nacimiento no deseado. Los seres humanos somos seres constitutivamente morales, es decir, libres y dignos. Libres porque poseemos la capacidad de elegir nuestra conducta con base en razones; para el caso que nos ocupa, razones de la 1 a la 4. Dignos, porque elegimos con base en valores que confieren sentido a nuestra existencia. Nuestra dignidad se construye con base en las decisiones morales valiosas. Nadie

4. nos da ni nos quita dignidad más que nosotras mismas. Esto se encierra en la expresión de Sócrates: "Nadie daña a la persona de bien". Lo único que nos daña o nos confiere dignidad son nuestras propias acciones libremente asumidas. Siguiendo con el análisis filosófico, es necesario considerar la expresión

"producto del embarazo". El producto de un embarazo humano es obviamente un ser humano, genéticamente tal a partir de la concepción, como puede ya com- probarse empíricamente. En este momento del análisis conviene formular la cuestión: ¿es moralmente válido para una mujer eliminar a un ser humano en un embarazo no deseado, con base en su incapacidad moral y psicológica de en- frentar tal embarazo? En el caso de contestar negativamente, se cree que tal decisión sólo puede ser legitimada por la autoridad religiosa o civil de su comunidad. Si se acepta fundante esta última razón, no se considera que una mujer sea persona con la capacidad y el derecho de tomar decisiones morales sobre su cuerpo y el producto de éste, todo lo que le confiere su posición de ser humano moral, libre y digno, es decir, de ser persona que elige su existencia con base en sus valores y creencias y que está dispuesta a aceptar la responsabilidad de tales decisiones. - LA EXCLUSIÓN FEMENINA Si a una mujer se le priva de su derecho de separar su sexualidad de la procreación, es una esclava de sus maternidades. Tal como el caso de las esclavas africanas de las plantaciones sureñas estadounidenses y las indígenas mexicanas en el tiempo de la conquista española. Su cuerpo no le pertenece, y si no somos dueñas de nuestro cuerpo ¿de qué somos dueñas? Dado que su cuerpo no le pertenece, por tanto el himen de las hijas es el capital simbólico de la familia patriarcal. El padre "entrega" o vende a las hijas cuando

le conviene económicamente el intercambio. Una vez unida a ese hombre, él pasa a ser el dueño del cuerpo de la mujer (Bourdieu, 2000). - LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES La maternidad voluntaria confiere a las mujeres el derecho a la sexualidad, los deseos, el erotismo y el placer. La tesis básica de esta comunicación es la siguiente: Las mujeres tienen el derecho, como personas, de disponer libremente y sin coacción de su propio cuerpo y de su afectividad, de acuerdo con una previsión inteligente e informada de las consecuencias de su acción. Indudablemente que la conciencia moral puede equivocarse. Es por ello importante educar moralmente a las personas, para no caer en lo que Jean Paúl Sartre llama "la mala fe", es decir, culpar a otras(os) de las propias decisiones morales.

5. Las razones válidas, como apuntamos arriba, se fundamentan en la propia jerarquía de valores asumida conscientemente, además de que la persona se responsabiliza de las consecuencias de la propia decisión moral. En nuestro país, las causales aceptadas para llevar a cabo un aborto voluntario varían de acuerdo con el código legal de los estados. Unos más estrictos que otros. Las feministas hemos luchado desde los años 70 para liberalizar la reglamentación del aborto; hemos tenido avances y a veces retrocesos, de acuerdo con los partidos políticos dominantes. Sabemos que el dilema ético que aquí se enfrenta es respecto de la ética institucional y la ética personal. También sabemos que todas

las madres somos madres solteras, estemos casadas o no. Nosotras nos hacemos cargo de la infancia en el presente estado de cosas. En vista de ello, nos toca a nosotras tomar la decisión de continuar o terminar un embarazo no deseado. La legalización del aborto en México significa que el Estado asume su responsabilidad de atender las necesidades de la población con base en el reconocimiento de los derechos humanos; en el caso a discusión, los derechos humanos de las mujeres, básicamente la posesión de su cuerpo. Se argumentan posiciones religiosas y metafísicas en contra de conceder tal derecho, por ejemplo, que el producto es un ser humano o que el alma adviene al cuerpo del producto en un determinado momento. Por ejemplo, Santo Tomás aceptaba el aborto

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