AMOR LÍQUIDO- BAUMAN

AMOR LÍQUIDO- BAUMAN

Prólogo

El prólogo del libro “amor líquido”, aborda las relaciones sociales que tenemos los humanos en nuestra sociedad actual, llena de incongruencias y que representan la fragilidad de los vínculos humanos de nuestro mundo moderno. En comparación con las relaciones existentes en las sociedades de nuestros mayores, y de los suyos, se consideraban mucho más estrechas y duraderas (“hasta que la muerte nos separe”) que las presentes; pues los cambios sociales por aquel entonces no tenían tanta repercusión global como la que tienen hoy día. Esto se debe a los procesos de globalización que está sufriendo nuestra sociedad; considerando el proceso globalizador como el proceso individualizador del ser humano, cada vez valoramos más “el ser el mejor” y el “máximo beneficio”, llevándonos a establecer relaciones mucho más esporádicas y con un interés de beneficencia y no a consagrar vínculos más estrechos y robustos. Puede parecer que únicamente se establezcan este tipo de relaciones en el ámbito empresarial/laboral, pero teniendo en cuenta el mundo capitalista en el que estamos, las relaciones empleado-empresario, empresario-empresario forman parte de nuestra cotidianidad afectando directamente en nuestra vida social, y, por consiguiente, en nuestras relaciones sociales o humanas.

Partiendo de esta base, queda reflejado en la actitud de muchas personas el sentimiento de inseguridad que llegan a generar las relaciones tan esporádicas y cambiantes ya comentadas, creando una necesidad de buscar apoyo para consolar la pérdida de la anterior relación. Esto nos introduce en un bucle en el que la desconfianza por conocer nuevas personas y la necesidad natural (ya que somos seres sociales) de hacerlo nos impulsan a relacionarnos una y otra vez.

Por otro lado, existen las denominadas “relaciones de bolsillo”, dispuestas a ofrecer la posibilidad de conocer gente diversa para “disfrutar de cosas nuevas y diferentes” con la garantía de no comprometerse y de dejar de lado las relaciones “eternas”, llenas de carga y falta de libertad. Son consideradas un nuevo modo de relacionarse, que podríamos ligar al término, moderno cuanto menos, de “estar conectado”. Pues esta denominación tiene un rasgo característico que lo diferencia de las relaciones convencionales; el estar conectado a algo supone la capacidad de conectarse y de desconectarse, generando un sentimiento de libertad emocional en las personas que dicen estar conectadas. Mayormente estas relaciones dan origen a través de las “relaciones virtuales” ya que son perfectas para la adaptación en la vida moderna y suponen un fácil acceso y salida.

...