Algún Capítulo De Chubasco.
Enviado por Juuliiiee • 7 de Febrero de 2012 • 1.706 Palabras (7 Páginas) • 1.043 Visitas
de darme un beso en la mejilla me agarró la mano y me guiño el ojo, divertido. “¡Qué bueno encontrarte! Voy a ir mas seguido a plaza alemania”.Yo pensé en él todo el viaje en subte. Y todo el viaje en colectivo y todos los viajessubsiguientes a Plaza Alemania. Pero no volvió a aparecer. Cambié mis paseos deturista por tardes en Plaza Alemania. Me interesaba este personaje que quería ser músico pero que tenía fiaca de ir a castings de bandas. Este tipo que trabajaba enStarbucks pero no lo necesitaba para nada porque su familia era bastante adinerada. Ysobre todo me hacía reír. Nos reíamos mucho.Con Picasso chateamos poco porque él casi nunca estaba conectado. Seis días despuésde conocerlo, le pase la dirección de mi casa. Le dije que ib a llevarlo a un casting, le pasé la dirección de una página donde publicaban todo el tiempo. ¡Le di mi dirección aun extraño! Y de cualquier manera, no vino. Le volví a insistir por email y me contestóque estaba “con mil cosas” y que en cuanto se desocupara me visitaba. “tengo ganas deverte y que vayamos al casting”, así, con ese guiñito del MSN.Las “mil cosas” con las que estaba, me dijo después, era una chica. Una chica con quienquería cortar porque se estaba poniendo demasiado densa y él no estaba para esas cosas,“sobre todo ahora que te estoy conociendo y nos divertimos tanto juntos; no me da paraembarcarme en esa barca”. Y parece que este navío si le venía bien, así que seguimosriéndonos mucho durante un buen tiempo.Picasso empezó a venir a casa después de dos semanas y un día fue definitivo. Sonó eltimbre y atendí. Desde el portero, me dio un notición.¿Quién es?¡Yo!Pasá.Vengo de hacer algo importante.¿te cortaste el pelo? No, corté con Victoria, mi ex. Me tenía las pelotas por el piso…¿Qué me contás?¡¡¡Pasá!!!Yo estaba tan contenta que lo esperé en las escaleras. Terminó de subir y ahí estaba yo,saltando en pijamas. Lo abracé, me abrazó y lo besé. Me siguió con el beso ycaminamos enredados hasta adentro del departamento.El departamento. Yo vivía en una casa con mis viejos, ¿no? Bueno, un día encontraronmi libro de conversaciones de chat ese que guardo debajo de la cama. Mi papá loencontró, mi mamá lo leyó, y tomaron decisiones. Una de ellas fue que bajo su techoese tipo de conversaciones no estaban permitidas. Y la otra, que si “iba a continuar conesa conducta” (sic), era bienvenida a retirarme. O sea, me echaron de casa. Yo estabatan sacada por lo de Salvador que casi ni lloré. No me arrepentí. No le tuve miedo aDios. Junté la ropa más urgente en varios bolsos y me llevé las llaves de undepartamento que usaba mi hermano cuando estudiaba. Allí me instalé. No habíamuchas cosas pero tampoco yo necesitaba tanto. Mis viejos me castigaron con silencio.El departamento era chico pero era mío. A la derecha de la puerta de entrada estaba lacocina. Después, en otro ambiente una mesa, un sillón negro, un televisor bastante precario, la puerta del baño y otra puerta que iba a la habitación. El lugar estaba algodeshabitado, le faltaba decoración. Las paredes eran blancas y el piso de madera. En esamisma pared blanca de la entrada dejamos Picasso y yo nuestras primeras marcas. Medio besos en el cuello, en los brazos, me agarro del pelo, me olió… supongo que no esimportante decir que ese día terminó así. Sólo con besos.Perdoname.65
¡No! ¡No pasa nada! Nunca me había pasado. En mi vida. No pasa nada, Picasso. Vení, quedate conmigo.Sonrió y dijo muy bajito, tan bajo que casi pienso que lo inventé yo: “no vine acá paradar lástima”. Después del susurro, se fue. ¡Se fue! De verdad no me pareció tanimportante en ese momento. Yo estaba muy contenta porque había cortado con su noviay porque me había venido a buscar a mí. Teniendo tanta gente conocida que conseguridad lo deseaba… él me vino a buscar a mí. Prácticamente una desconocida, conquien se reía mucho y nada más. Supongo que ese día empezó mi obsesión por él.Tardó dos días en volver a llamarme por teléfono. Me pidió disculpas por haberse idoasí tan rápido y sin explicaciones. Para mí las explicaciones estaban de más y hubieransido vergonzantes así que directamente le dije que tenía muchas ganas de tomarme uncafé.Pasé por una cerrajería y después lo encontré en donde supuse iba a estar, atendiendo enel café. Cuando fui a pagar, además de la plata le di una llave . La llave de midepartamento. No sé si voy a poder explicar la cara que puso; medio que no entendía,medio que le pareció cualquiera. Frunció el ceño, y metió los labios adentro de la bocacomo cuando éramos chicos y decíamos “hammmbre!”. Con la mano hizo el gestoargentino de “montoncito” de dedos que significa “¿Qué?”. El gestito merecía una fraseexplicativa: “son las llaves de mi departamento. Si tenés ganas de tomar un helado. Pasá por casa. Primero “A”, acordate”:Lo de tomar un helado fue relativo. Unas horas más tarde me encontré en midepartamento haciéndole sexo oral a este flaco: había superado la web cam. Ese día sifuncionó y muy bien, más que bien. Yo no sabía si estaba
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