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Alrededor De La Luna


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  535 Palabras (3 Páginas)  •  392 Visitas

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deflagración de la pólvora, ni fundido, como algunos temían, produciendo una lluvia de

aluminio líquido.

Respecto a los objetos que encerraba, al

guno que otro había sido aplastado contra el

suelo; pero la mayoría había resistido perfectamente el choque; sus asideros se hallaban

intactos.

En el disco movible, que había descendido hasta el fondo, por haber cedido los tabiques

elásticos y salida del

agua, yacían tres cuerpos sin movimiento. ¿Respiraban todavía

Barbicane, Nicholl y Miguel Ardán, o aquel proyectil no era ya más que un sepulcro de

metal que llevaba tres cadáveres a través del espacio? Pocos minutos después de la

salida, uno de los tres c

uerpos se movió, agitó los brazos, levantó la cabeza y, por fin, se

puso de rodillas. Era Miguel Ardán, el Cual, después de palparse y lanzar un suspiro

estrepitoso, dijo:

Miguel Ardán está completo; vamos a ver los demás.

Y el decidido francés quiso le

vantarse, pero no pudo tenerse en pie; su cabeza vacilaba

y sus ojos, inyectados en sangre, no veían; parecía, un hombre embriagado.

¡Demonio!

exclamó

. Esto me hace el mismo efecto que dos botellas de

“Cordon”; pero me es menos agradable al paladar.

P

asándose luego la mano por la frente y frotándose las sienes, gritó con fuerza:

¡Nicholl! ¡Barbicane!

Aguardó un rato con ansiedad y no obtuvo respuesta, ni siquiera un suspiro que

indicara que el corazón de sus amigos seguía latiendo, volvió a llamarlo

s y continuó el

mismo silencio.

¡Cáspita!

dijo

. Parece que han caído de cabeza de un quinto piso! ¡Vaya!

añadió, con su imperturbable confianza

. Si un francés ha podido ponerse de rodillas,

dos americanos bien podrán ponerse en pie. Pero ante todo ve

amos lo que hacemos.

Notaba Ardán que iba recobrando la vida por momentos, su sangre se calmaba y

recobraba su circulación acostumbrada. Haciendo nuevos esfuerzos consiguió

mantenerse en equilibrio; se levantó, encendió una cerilla y, acercándola al meche

ro, lo

encendió. Entonces pudo cerciorarse de que el recipiente no había sufrido desperfecto

alguno, ni el gas se había salido; lo cual, además; ya se lo hubiese revelado el olfato, y

tampoco habría podido encender la luz impunemente en semejante caso; por

que el gas,

mezclado con el aire hubiera formado una mezcla detonante cuya explosión habría

acabado lo que tal vez había empezado a hacer la sacudida.

Así que tuvo encendida

...

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