Amor, sexo y Dharma

“Amor, Sexo y Dharma”… ¡qué libro!… interesantísimo. Si te has preguntado alguna vez ¿cómo encontrar el amor sin perdernos a nosotros mismos? ¿Seré alguna vez feliz en el amor? ¿Por qué me enamoro siempre de quien no debo? ¿Cómo puedo dejar de sabotear mis relaciones? ¿Cuál es el secreto de una buena vida sexual? Este libro te mostrará el mundo del amor de una manera distinta, en diferentes etapas, desde antes de entablar una relación hasta el fin de ésta,  basándose en el Advaita Vedanta^[1]1 y el Dharma^[2]2, e identificándonos no con nuestros pensamientos a cerca del amor sino con las situaciones que hemos vivido en base al amor, y que Arthur Jeon^[3]3 plantea textualmente.

Pero…quién nos enseña qué es el amor y, más aún, cómo amar, a quién amar, cuándo y dónde amar. Estoy de acuerdo que no interesa ser un experto en el amor para tomar conciencia de las cosas. Amar es todo lo que hacemos todos los días con los que nos rodean: es levantarse y darle gracias a Dios por un día más, es dar los buenos días a mi familia, es llegar a la universidad y ser cordial, generoso y compasivo, tanto con el señor de la portería cuando ingreso en mi moto hasta con el docente y mis compañeros en el aula de clase. El amor no lo esperemos de los demás, él viene de nuestro interior para ofrecerlo sin esperar nada a cambio. El amor ya no será algo que otra persona puede darnos o quitarnos, sino algo que surgirá de nosotros mismos y estará siempre a nuestro alcance.

Cuando Jeon dice: “buscamos la persona ideal en lugar de estar en comunión con todo lo que encontramos…no lo busques, porque tú eres amor”^[4]4; lo considero algo complicado de entender ya que aunque reflejemos amor a todo lo externo siempre estamos en busca de hallar alguien con quien interaccionar ese sentimiento de amar y así nos equivoquemos, siempre estamos buscando ese ser diferente a los demás. Podemos contemplar diferentes relaciones esporádicas o temporales durante nuestra vida pero deseamos llegar al final de ella acompañados de ese ser único y mágico al que amamos. La persona ideal llega, solo hay que saber identificarla en el momento oportuno. Debemos amar sin importar las circunstancias pues de los errores se vive y se aprende y se debe tener el valor de aceptar, que como llega el amor también se puede ir.

No hay que dejarnos manejar por nuestro ego, ni recordar un pasado frustrante y mucho menos predecir el futuro, debemos vivir el momento presente y dejar que la energía del amor fluya, porque está en nosotros. El amor fluye si nos querernos así mismos, sí identificarnos como lo que somos y no como lo que hacemos.

Si buscamos una pareja o ya la tenemos una, aceptémosla tal como es, vivamos la realidad y no busquemos cambiarla como queremos que sea, no la manipulemos, no busquemos la perfección en ella, pues somos humanos, simplemente vive ese momento de felicidad de estar  junto a ella, sin embargo comunicarle lo que nos incomoda hace que la relación se fortalezca.

Cuando una relación termina, es demasiado duro para nuestro ego pero, como dice Arthur, no tomes en cuenta lo que paso sino lo que aprendiste de ello, no fue un fracaso, tómalo como un paso de crecimiento espiritual y psicológico; además no puedes obligar a nadie a que te quiera, te quiere o no quiere, así de sencillo.

Si alguien te quiere tal como eres no le importa tu condición física, social psicológica, cultural, ni tu orientación sexual, ni tu religión, no le importa si ya tienes hijos o no, si dicen o no dicen de ti, en todos los casos es importante confiar en el amor que recibes y que das; y no solo hablo del amor de pareja sino también del amor que brindas como padre, hijo, amigo, compañero, en fin, como persona.

Cuando nos preguntamos dónde esta mi pareja y la encontramos no debemos acelerar o manipular el momento para que las cosas se den por primera vez, lo que se debe hacer es, como dice Jeon, vivir el momento, ser lo que somos.

Muchas personas se atraen simplemente porque tienen los mismos gustos pero no se percatan de los valores que cada uno posee, ni de la manera como se comunican, no son compatibles y por consiguiente no son felices, porque su relación se dio nada más que por gustos mutuos.

Una de la causas más frecuentes de los conflictos entre la pareja es el dinero y aunque éste no crea ni rompe una relación no debemos permitir que se convierta en un instrumento para separarnos del resto del mundo.

Nunca precipitemos las cosas con nuestro compañero, adoptemos una actitud integra y amable, seamos pacientes y prudentes. Tengamos cuidado con las personas, jamás las manipulemos, mejor flirteemos^[5]5 y tengamos cuidado con jugar doble.

Al enamorarnos evitemos perder el control y precipitarnos en picada hacia la otra persona. Dejemos simplemente que el deseo surja, observándolo con cautela y recordemos que enamorarnos puede conducirnos o no al verdadero amor. Normalmente al conocer una persona, desde el primer día nos está diciendo quién es realmente.

La esencia del amor y el principal ingrediente de la decisión de unirte a otro ser es la entrega. Y es la entrega la que permite comprometernos, pero también la que  nos hace vulnerables ante esa persona ya que ésta podría hacernos daño, y debes aceptarlo, porque nadie es perfecto.

Ten cuidado con quien estableces una nueva relación y más aún si tus intenciones son las de tener relaciones sexuales, ya que hoy en día existen demasiadas enfermedades venéreas. Si tú posees la enfermedad conviértela en un medio para crecer, utilízala para ser más auténtico, más honesto y más comunicativo. Será difícil no lo niego porque te podrán rechazar, pero no podemos echarnos a la pena toda la vida, la vida es una y hay que vivirla tal como se presente.

Los celos, los monstruos de la envidia, no son racionales. Y, desde luego no son amor. Los origina el temor de perder algo que nos es querido o que nos abastece de amor. Cuando surjan los celos no los juzgues, reconócelos y relaciónalos con el pensamiento que los creo e intenta mantener cierta serenidad con respecto a ellos. No hay nada más incomodo en una relación que los celos, una de las causas de desunión de las parejas.

Si por algún motivo tenemos ira expresémosla directamente en el momento presente y tengamos en cuenta que simplemente es una emoción. Perdónala en ti, porque es natural y perdónala en los demás, porque es natural.

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