Análisis de Alicia en el país de las maravillas

De la niñez a la adolescencia: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas

Alicia en el país de las maravillas

Lewis Carroll

Charles Lutwidge Dodgson, conocido mayormente por su seudónimo Lewis Carroll, nació en 1832 en el condado de Chesire, Reino Unido, época en que el ascenso al trono de la reina Victoria asienta las bases de una sociedad posterior a la Revolución Industrial, y da inicio de un largo periodo de estabilidad interna propiciado por la hegemonía del Reino Unido. Independientemente de estos cambios, aún se observaba una marcada división de las clases sociales con escasa, sino nula, movilidad social; la sociedad estaba exacerbada de moralismos y disciplina, con rígidos prejuicios y severas interdicciones, producto de los valores puritanos imperantes.

Nacido en una familia conservadora y de profundo sentido religioso, Dodgson fue el mayor de once hijos, todos zurdos y tartamudos, lo cual era considerado un defecto en la época. Fue educado en casa durante su infancia y más adelante ingresó a Oxford, universidad en la que trabajaría por cincuenta años. Se recibió de preceptor y fue ordenado diácono de la Iglesia Anglicana.

En 1856 conoció a Henry Lidell: él, su esposa y sus tres hijas influenciaron en gran medida su vida tanto personal como literaria. Con las tres niñas, especialmente Alice Lidell, entabló una profunda amistad, y acostumbraba salir en excursiones de picnic en su compañía, ya que mostraba preferencia por relacionarse con niñas pequeñas. Su libro más conocido, Alicia en el país de las maravillas, publicado en 1865, fue inspirado por una de las muchas historias que relataba durante sus salidas con las Lidell. Pese a que Dodgson lo negó, se conjetura que la protagonista está basada en Alice. Su producción literaria incluye la secuela de este libro, Alicia a través del espejo.

En 1863 dejó de contactarse con la familia Lidell debido a motivos desconocidos. Murió en 1898, a raíz de una neumonía.

En este análisis nos enfocaremos en su libro Alicia en el país de las maravillas. En él, Alicia cae por una madriguera al perseguir a un conejo blanco. A partir de entonces comienzan sus aventuras, durante las cuales se encuentra con distintos personajes y situaciones, cambiando de tamaño y forma y enfrentándose a un mundo extraño. Participa en el té de la liebre y el sombrerero, conoce al gato Cheshire que aparece y desaparece, juega al Croquet con la Reina de Corazones y hasta es citada como testigo en el proceso iniciado contra la sota. En el momento de mayor peligro, cuando la Reina clama por su cabeza, se despierta y descubre que todo fue un sueño.

Esta novela se trata de clásico de la literatura inglesa, cuya influencia se extiende hasta nuestro días debido al carácter simbólico de su narrativa. El país de las maravillas en que la protagonista se encuentra actúa como un reflejo de la sociedad inglesa de la época: en él, la lógica se ve invertida, y los firmes valores morales y religiosos que oprimían a los ingleses desaparecen para dar paso a un lugar donde reina la locura, tomando dimensiones satíricas a la hora de representar ciertos aspectos arquetípicos a través de los personajes que se introducen.

Así, Alicia se establece como un elemento de oposición a esta locura, la cual acaba por forzarla a replantearse una serie de aspectos no solo respecto al mundo que la rodea, sino sobretodo respecto a sí misma. El proceso que de ello deriva representa la transición de la niñez a la adultez, ya que la protagonista se encuentra con un mundo cuya realidad difiere radicalmente de lo que ella conoce y ve todos sus principios y asunciones previas alteradas: la confrontación con los distintos personajes que aparecen a lo largo de la obra desafían la lógica a la que está habituada, y le provocan una confusión respecto a su propia identidad y lugar en la sociedad.

Existen distintos aspectos que reflejan esto, los cuales abarcan múltiples niveles. Según lo que planteado por Genette, la categoría de tiempo del relato se divide en distintas subcategorías: una de ellas es la duración del relato, que en Alicia en el país de las maravillas estaría directamente ligada a la desaceleración, ya que a lo largo de la novela se describen en detalle sucesos que no duran una gran cantidad de tiempo, haciendo pausas exhaustivas para abarcar la totalidad del sueño que transcurre durante la siesta de Alicia en el jardín. Otra subcategoría es la frecuencia, que se define como los hechos que son reiterados constantemente en el relato: en la novela podemos observar que se mencionan sucesivamente los cambios de forma y tamaño que sufre Alicia, por ejemplo.

El modo de contar, descrito también por Genette, se refiere tanto a la distancia como a la perspectiva. Por una parte, la distancia en la novela analizada es de discurso imitado por las múltiples ocasiones en que el autor hace uso de comillas para referirse a lo dicho por los personajes en vez de narrarlos él mismo. Por otra parte, la perspectiva utilizada es focalización interna, ya que el narrador sabe todo acerca de lo que le sucede a la protagonista Alicia, y la narración se enfoca en su totalidad en la perspectiva de esta, por lo tanto el narrador se ve igualado a su visión.

La voz narrativa, de acuerdo a Genette, se divide en tres: en primer lugar el tiempo de narración, que en la novela es ulterior ya que los hechos se narran en un pasado; en segundo lugar los niveles de la voz narrativa, que en este caso desarrolla la historia a nivel intradiegético, pero asimismo posee factores del nivel metadiegético donde podemos ejemplificar las historias que cuenta Alicia a través de sus rimas; y por último, la persona narrativa, que es heterodiegética debido a que el narrador no se encuentra dentro del relato, no es ni testigo ni un personaje dentro de este.

...