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Analisis de cartas a quien pretende enseñar


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2018  •  Informe  •  1.630 Palabras (7 Páginas)  •  443 Visitas

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Estudiantes:

Ledesma María Elena

Tisera Ayelen

8/11/2018

 


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Introducción:

Es este informe basado en Paulo Freire y en sus grandes obras como, Cartas a quien pretende enseñar y Pedagogía de la autonomía, realizamos un análisis de las enseñanzas que dejan ambas en el territorio de la educación y en como modificarnos a nosotros mismos para ser un mejor docente.


 Desarrollo.

Paulo Reglus Neves Freire (Recife, Pernambuco, 19 de septiembre de 1921-São Paulo, 2 de mayo de 1997) fue un educador y experto en temas de educación, de origen brasileño. Uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.

Freire es reconocido como uno de los pedagogos más influyentes de América Latina. Promovió una educación humanista dirigida a integrar al individuo a la realidad nacional.

“La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio” (freire)

Entre sus obras destacan La educación como práctica de la libertad, Educación y cambio,  La pedagogía del oprimido de la autonomía y Cartas a quien pretende enseñar entre otros,

Cartas a quien pretende enseñar.

En su primera carta Freire hace referencia he hincapié, en la estrecha relación que existe en enseñar y aprender.

“Quien enseña aprende y aprende porque enseña”. Quien enseña aprende[1] porque se reconoce en el otro ayudando a descubrir dudas, aciertos y errores.

Asimismo el autor advierte en su segunda carta, que de alguna manera el miedo[2] es un mecanismo de defensa frente a las situaciones donde no nos encontramos seguros.

Freire hace alusión al miedo a la lectura a no comprender un texto, si nuestro nivel intelectual es inferior, miedo a quedar a en ridículo, a buscar ayuda con los compañeros o quedar expuestos, en estos casos es necesario no retroceder, no renunciar a nuestros proyectos.

En su tercera carta destaca la importancia y la necesidad de que el docente le de valor al trabajo que realiza, ya que el magisterio es un labor de lucha social y política, por ende se debe formar ciudadanos críticos que posibiliten un cambio.

“Dejar de lado el rol de tíos y tías y reafirma la labor docente”

 Por otra parte en la carta número cuatro, Freire reconoce que son indispensables pensar en la tarea docente ciertas virtudes: humildad, reconocer que no se conoce todo,  permitirnos escuchar al otro sin superioridad.

Amorosidad en la tarea que ejerce como docente y tolerancia, esta no es ponerse  en conveniencia con lo intolerable es aprender a convivir con las diferencias, aprender con lo diferente. Además el autor señala que el docente debe reunir estas virtudes, la decisión, la seguridad, la paciencia, la impaciencia y la alegría de vivir.

Primer día de clases, en la carta número cinco que escribe Freire nos relata lo que sentimos este primer día de clases, lo que enfrentamos y lo que vamos superando. Miedo, el miedo que se siente el primer dia de clases y que se debe enfrentar y asumir de manera natural, es normal que por miedo los docentes se muestren rígidos y autoritarios aumentando el miedo e inseguridad en los estudiantes, el autor señala que no es nada malo hablar de miedo con los estudiantes ya que de otra manera el maestro aprende a leer a sus estudiantes.

En la sexta carta nos muestra que el maestro debe ser ejemplo tanto en el discurso como en sus acciones. Testimonio entre decir y hacer. Por medio del hacer el ejemplo tiene un efecto inmediato, muestra que el decir puede ser olvidado. (Freire) [3]

Y se puede observar que de alguna manera un maestro debe ser “no autoritario” que reconoce las posibilidades formativas en el dialogo y que reconoce a la educación como un acto político, que forma alumnos responsables por su educación, desde lo social, cultural, ético y político (séptima carta)

En la octava carta Freire nos conduce a la identidad cultural y de como esta se relaciona con las clases sociales y se enlazan en nuestra labor docente.

La identidad que se forma es fundamental para el plan de estudio [4] por lo tanto es un reto para el maestro formar una identidad cultural, que nos reconozca como humanos, sin permitirnos discriminación entre pobres y ricos.

Y para finalizar están grandes cartas de un gran pedagogo, este señala en la novena carta, que como educadores debemos enseñar los contenidos teniendo en cuenta cómo piensan nuestros estudiantes en su contexto real, ayudarlos a saber mejor de lo que ya saben y enseñarles lo que aún no.

Haciendo la reflexión crítica sobre el contexto teórico y cultural, debemos darle prioridad al proceso humanista de la formación educativa, donde se analice las condiciones sociales, respetar el contexto de la práctica sin superponer el discurso teórico.

Y en la décima observamos que como educadores debemos fortalecer la disciplina a nuestros alumnos, no solo para aprender contenidos sino que los comprendan y los hagan vivénciales, que como ciudadanos se apropien de los problemas sociales-políticos de su país y sean gestores de nuevos cambios.

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