Analizar el libro ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson
Enviado por Ghia Durán Camus • 9 de Julio de 2023 • Informe • 1.298 Palabras (6 Páginas) • 83 Visitas
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CASO I:
¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?
Carrera: Ingeniería Comercial
Asignatura: Comportamiento y Desarrollo Organizacional
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Profesor:
Alfredo Robinson Codocedo
Fecha de envío:
26 de marzo 2023
Nombre de Estudiante:
Ghía Durán Camus
Introducción.
El presente informe tiene como objetivo analizar el libro ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson. El libro es una breve fábula motivacional y empresarial, donde el autor intenta explicar cómo adaptarnos a un mundo de constantes cambios.
Para su análisis se realizará un resumen del escrito para luego proponer cuatro enseñanzas, dos personales y dos empresariales. Finalmente, se interpretan dos frases escritas por el autor, y la enseñanza que pretende dejar.
El producto final espera ser una herramienta de apoyo para la futuras generaciones de estudiantes de la carrera Ingeniería Comercial de la Universidad Mayor.
Preguntas.
Resumen del libro ¿Quién se ha llevado mi queso?
En Chicago, un grupo de compañeros se reúnen almorzar e inician una conversación sobre los cambios que están teniendo en sus vidas. Michael, uno de ellos, cuenta que su empresa no se adaptó al cambio y estuvo a punto de perderla, hasta que oyó una breve historia que transformó su forma de ver el cambio, en vez de verlo como la posibilidad de perder algo, lo empezó a ver como una oportunidad de ganar algo. Y así fue como empezó a contar la historia.
La historia se desarrolla en un laberinto donde habitan 4 personajes, dos ratones «Fisgón» y «Escurridizo» y dos liliputienses «Hem» y «Haw», todos con la misma pasión, encontrar su propio queso. Todos los días salían a recorrer un enorme laberinto en busca del queso, laberinto compuesto por pasillos y depósitos que contenían queso delicioso, pero también habían rincones oscuros y callejones sin salida que no conducían a ninguna parte.
Los ratones, utilizaban el sencillo método de tanteo para encontrar el queso, se perdían, seguían direcciones equivocadas y chocaban con las paredes, pero al cabo de un tiempo encontraban el camino. Mientras que los liliputienses utilizaban su complejo cerebro para desarrollar métodos más sofisticados para encontrar el queso. En ocasiones se dejaban dominar por sus poderosas convicciones y emociones humanas, que nublaban su forma de ver las cosas, lo que hacía que la vida en el laberinto fuese mucho más complicada. Aun así, Fisgón, Escurridizo, Hem y Haw terminaron por encontrar el camino hacia su propio depósito de queso.
Después del hallazgo, los ratones y los liliputienses establecieron su propia rutina. Fisgón y Escurridizo continuaron levantándose temprano cada mañana, se ponían sus atuendos y corrían al depósito del queso. Una vez llegaban, se quitaban las zapatillas, las ataban y se las colgaban al cuello, husmeaban, marcaban la zona e iban de un lado a otro para comprobar si se había producido algún cambio con respecto al día anterior, por último se dedicaban a disfrutar del queso. Por otra parte, Hem y Haw, se levantaban cada día un poco más tarde, se vestían con lentitud y en lugar de correr, caminaban hacia el depósito del queso. Una vez llegaban, se instalaban cómodamente, se quitaban las zapatillas y se llenaban de queso, se sentían felices y seguros, tenían la sensación de haber alcanzado el éxito.
Una día, los ratones llegaron al depósito y descubrieron que no había queso, no se sorprendieron, ellos ya habían notado que la provisión de queso disminuía y estaban preparados para el cambio, pronto comenzaron a buscar un nuevo depósito de queso. Por su parte, Hem y Haw llegaron ese mismo día un poco más tarde, y descubrieron que no había queso, maldijeron y pensaron que al día siguiente la situación cambiaría, sin embargo, pasaron los días y el queso seguía sin aparecer.
Mientras Hem y Haw seguían tratando de averiguar que había pasado con su queso, Fisgón y Escurridizo ya habían puesto patas a la obra. Habían llegado más lejos que nunca en los recovecos del laberinto, recorrieron nuevos pasadizos y buscaron el queso en todos los depósitos que encontraban, sin tener éxito durante un tiempo, hasta que finalmente llegaron a una zona llena de queso, era la mayor provisión jamás antes vista.
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