Antologia Paulo Coelho
Enviado por davidalbertito • 30 de Junio de 2014 • 974 Palabras (4 Páginas) • 1.185 Visitas
“Lo maravilloso de aprender algo, es que nadie puede arrebatárnoslo.”
E
n esta antología lo que hare será presentar un autor y de lo que suele hablar ese autor. Ahí podremos darnos cuenta de que un autor también puede escribir de un tema en especial o con un fin específico. En este caso el autor será Paulo Coelho. El tema que trata este autor es superación personal y reflexiones.
Este trabajo se lo dedico a un amigo de España llamado Sam porque él le hablo de Paulo Coelho a mi papa, que el a su vez me lo platico a mí.
Paulo Coelho-24 de agosto de 1947-Brasil
Tema:
Reflexiones y superación personal
Paulo Coelho Además de recibir destacados premios y menciones internacionales, en la actualidad es consejero especial de la Unesco para el programa de convergencia espiritual y diálogos interculturales así como Mensajero de la Paz de Naciones Unidas.
Él ha escrito muchos libros pero todos ellos tratan sobre un tema en específico: Reflexiones y superación personal.
En esta antología se hablara de los libros destacados en este tema y de las mejores reflexiones y frases de Paulo Coelho
PRÓLOGO.- El mejor prologo reconocido por Crystal Mirror Award de Paulo Coelho es el prólogo que escribió en el libro de “El Alquimista”. En mi opinión, el prólogo fue escogido gracias a la enseñanza que tiene el mismo con su breve historia narrada. El prólogo es el siguiente:
“ El alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su autor: Oscar Wilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.
El alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago.
Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lagoy se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde acababa la historia.
Él decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades -diosas del bosque- y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulceque era, en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloras? -le preguntaron las Oréades.
-Lloro por Narciso -repuso el lago.
-¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! -prosiguieron ellas-.
Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
-¿Pero Narciso era bello? -preguntó el lago.
-¿Quién si no tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
-Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.
-Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada
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