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Análisis De "Ollantay"


Enviado por   •  2 de Octubre de 2014  •  3.364 Palabras (14 Páginas)  •  271 Visitas

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FICHA DE ANÁLISIS LITERARIO

I. FICHA BIBLIGRÁFICA

1. Título del Texto

El texto leído lleva el título de “ollantay”

2. Autor

Según la historia oficial, el autor de esta obra es anónimo o desconocido. Indudablemente, este no fue el único drama incaico, sino que hubo otras obras similares, como Uska Paukar y la Tragedia del fin de Atahuallpa de las cuales esta resultó ser una de las más sobresalientes. Existen, supuestamente, dos razones por las cuales la obra debe ser anónima: la primera remonta a la prohibición total de representaciones artísticas que evocaran la vida del incanato previa a la conquista impuesta por la inquisición, argumento de poco peso si se tiene en cuenta que los cronistas, tanto laicos como sacerdotes no tuvieron ningún reparo en registrar cuanto pudieron sobre los indígenas. La segunda se refiere a la prohibición bajo pena de muerte a la lectura pública o impresión de esta obra en especial, tras el levantamiento de Túpac Amaru II. Sin embargo, esta prohibición era efectiva solo para los indígenas, los españoles y en especial los intelectuales de la época no tenían ningún impedimento al respecto, como consta en las referencias dejadas por Javier de Luna Pizarro.

Sin embargo algunos historiadores afirman que el drama que nos llega fue escrito en el siglo XVIII, después de la muerte de Túpac Amaru II, por el Clérigo Antonio Váldez (1770), lo que explicaría la fuerte influencia de la literatura española barroca en él. Entre estos historiadores está el Dr. Raúl Porras Barrenechea, y en su época, también fue no solo sustentado por Ricardo Palma, si no que fue más allá al catalogarlo como 100% producto español, por lo que fue, como él mismo relata, llamado "mal peruano".

Se supuso primero que Antonio Valdés, cura de Sicuani, fuera el autor del Ollantay. Así lo creyó en el siglo XIX el historiador inglés Clements R. Markham, a quien siguieron luego muchos otros, como el doctor Raúl Porras Barrenechea.1 2 Pero esta teoría ha tenido serias dificultades para mantenerse, al no haber ningún registro documental que relacione tal autoría; tampoco se concilia con el hecho de que Valdés no dejara otras piezas literarias o históricas de su creación. Lo más seguro es que la labor de este cura se limitara simplemente a copiar textos antiguos que halló en La Paz o en alguna otra ciudad. También se sospechó que el autor fuera Justo Pastor Justiniani, pero luego se comprobó que éste solo fue un simple copista. Asimismo, en algún momento se creyó que Juan Espinoza Medrano el Lunarejo, célebre escritor mestizo del siglo XVII, fuera su autor. Todas estas suposiciones fueron desbaratadas, en vista de no existir documentos probatorios, lo que para muchos abonaría más a favor de su procedencia incaica.

Existen 3 hipótesis sobre la autoría del Ollantay:

• La primera sostiene que el texto es auténticamente incaico, basándose en que la historia, personajes, ambientes, lenguaje, todo pertenece a la época prehispánica (o sea, antes de la llegada de los españoles a América). Se basa además en que la obra transcurre en un total de quince escenarios, lo que no ocurre en obra alguna del teatro español del Siglo de Oro. Esta posición ha sido defendida por intelectuales de distintas nacionalidades, como los peruanos José Sebastián Barranca, Gavino Pacheco Zegarra, el argentino Vicente Fidel López, el boliviano Jesús Lara, el español Francisco Pi y Margall, entre otros.

• La segunda posición sostiene que el texto es de origen español y escrito durante el período colonial, tesis mantenida por escritores como Ricardo Palma, Bartolomé Mitre, Arturo Oblitas, Marcelino Menéndez Pelayo. Su estructura así como otras características de fondo, como la presencia del “gracioso” o bufón, y el acto del perdón imperial al final de la obra, de presumible influencia cristiana, harían sustentar esta procedencia occidental. Sin embargo, contra esta posición está el hecho tangible de que «graciosos» han existido en todas la literaturas, tanto de Occidente como de Oriente, y en cuanto a lo del perdón, este no era ajeno al estilo de gobernar de los incas, según se sabe de las crónicas.

• Tiempo después surgió una tercera posición, que buscaba conciliar las dos anteriores. Planteaba que el núcleo del Ollantay es de origen incaico o prehispánico, que presumiblemente era representada en forma dramática durante los días de fiesta y otras grandes solemnidades imperiales, pero que fue adaptada por escritores hispanos para su escenificación según modelo del teatro español, mediante una serie de interpolaciones con arreglo en las escenas, el lenguaje, la técnica en general, lo que debió darse desde el siglo XVI hasta culminar en la versión copiada por el padre Valdés, en el siglo XVIII. Esto lo han sostenido José de la Riva Agüero y Osma en el Perú y Ricardo Rojas en Argentina.

Tres son las copias principales que se conocen de esta obra: una hecha hacia 1770 por el cura Antonio Valdés, y parece ser la que se conserva en el Convento de Santo Domingo, de Cuzco; y dos que se cree derivadas de esta, suscritas por el doctor Justo Pastor Justiniani y Justo Apu Sahuaraura Inca, y existentes en el Archivo General de la Nación y en la Biblioteca Nacional del Perú. A tales copias se han agregado otras tres: dos de ellas encontradas en el convento dominicano del Cuzco, y la tercera publicada por Tschudi a base de un manuscrito procedente de La Paz.

3. Editorial

Puerta del sol

4. Número de Edición

Décima tercera edición

5. Número de Páginas

66 páginas

6. Fecha de Lectura

10 de marzo de 2013

7. Vocabulario

7.1. Vestíbulo.- Atrio o portal que está a la entrada de un edificio.

7.2. Delirando.- Delirar.- Desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad o una pasión violenta.

7.3. Acometería.- Acometer.- Embestir con ímpetu y ardimiento. El batallón acometió al enemigo.

7.4. Guadaña.- Instrumento para segar, que se maneja con ambas manos, formado por una hoja larga y curvilínea, puntiaguda por un lado y sujeta por el otro, más ancho, a un mango largo que forma ángulo con el plano de la hoja y lleva dos manijas, una en el extremo y otra en el segundo tercio del mango.

7.5. Mancilla.- Mancha (deshonra, desdoro)

7.6. Hollaría.- Hollar.- Pisar, dejando señal de la pisada. Comprimir algo con los pies. Abatir, humillar, despreciar.

7.7. Rayar.- Amanecer, alborear (Rayar el alba, el día, la luz, el Sol)

7.8. Jovial.- Alegre, festivo, apacible.

7.9. Idolatrada.- Idolatrar.- Amar o admirar con exaltación a alguien o algo.

7.10. Idóneos.- Idóneo.-

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