Análisis Del "Fausto"
Enviado por paularamos15 • 9 de Septiembre de 2014 • 818 Palabras (4 Páginas) • 338 Visitas
Análisis del “Fausto”
La tragedia de Fausto es la tragedia de una época en que los seres humanos han llegado a confiar en el poder absoluto de la ciencia, creyendo que por medio de ella habrá de alcanzar el conocimiento necesario para poder cambiar al hombre.
Fausto es presa de la angustia y la frustración provocada por el fracaso de sus intentos de alcanzar la máxima sabiduría. Y entretanto tampoco ha logrado el reconocimiento de sus semejantes hacia su talento, ni las riquezas materiales que otros inferiores a él han obtenido por tal conocimiento. Sus primeras palabras son las del sabio que ha llegado a la ciencia suprema de conocer la inutilidad de la ciencia –“Y veo que nada podemos saber.”
No encuentra sentido alguno a su vida y a sus esfuerzos. Oscila su ánimo entre la euforia y la depresión. No bien convoca exitosamente a un espíritu que le revelará la esencia del saber y de la vida, éste lo rechaza despectivamente y se aleja. Se inclina al suicidio, y en el último momento es rescatado. Recupera en cierto grado el aprecio hacia la vida, mientras Fausto se encuentra atormentado por esta situación, se le aparece en forma de perro.
Mefistófeles, hasta cierto punto es lo que parece un perro, la bestialización degradante de un ángel caído. Acercándose a su futuro amo dejando a su paso un rastro de fuego, Goethe nos hace entender que en el centro de los círculos que traza esta el hombre pero Fausto expresa que no tienen ningún significado –“(…) no encuentro vestigio de ningún espíritu. Todo ello no es más que adiestramiento.” Esto se puede aplicar a la naturaleza y oficio de Mefistófeles, quien es un espíritu maligno que ha perdido las cualidades de la espiritualidad. Esto quiere decir que en realidad Mefistófeles es un ser sin libertad, sin iniciativa y elección. Aunque Dios en el Prologo en el cielo le de la libertad de vagar por la tierra y contribuir a la salvación del hombre, él psicológicamente es vigoroso y maligno, físicamente solo es una máquina infernal que cumple una función impuesta.
Cuando el perro se transforma en Mefistófeles, vestido como estudiante, Fausto no expresa ningún temor ante su aparición contrario a como había quedado aterrorizado con el espíritu de la tierra – “¿Con que era ese el núcleo del perro de aguas? ¡Un estudiante andariego!” Fausto desprecia a Mefistófeles, en vez de temerlo, desde el primer momento ya que se había dado cuanta de ante mano que era un demonio y como ya había dicho en su primer monologo: “no temo al infierno ni al diablo…” Fausto ve en Mefistófeles la antítesis del Espirito de a Tierra, así él ya va afrentando a dos criaturas opuestas para él, una representa el Cosmos y otra el Caos. Sin embargo descubre que esta criatura del caos está dominada por leyes que lo obligan a salir por el mismo lado del que vino. Fausto aquí ve la
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