Análisis Del Libro Ensayo Sobre La Ceguera De José Saramago

"No hay peor ciego que el que no quiere ver", nos recalca el escritor portugués José Saramago, mediante su obra, premio nobel de literatura 1998, Ensayo sobre la ceguera. Este escrito no es más que un mero ensayo, como su nombre lo dice, de la forma en que se encuentra forjada la humanidad en la actualidad. Saramago nos entrega, mediante una excepcional pieza literaria, y una peculiar narrativa, con poca puntuación, oraciones largas, y una lectura densa tan densa como el mismo contenido de la obra, una sociedad en un contexto atemporal y universal, que enfrenta el acaecimiento de una inexplicable epidemia de ceguera blanca que desatada por todo el mundo. La finalidad del autor es hacer un análisis de la decadencia de la sociedad actual, su estructura social y el comportamiento de una colectividad ante una situación trágica global, llevada al límite. La historia es frenética como su redacción, los personajes son impersonales como el blanco de ataque de esta misteriosa enfermedad, donde la espiral interminable de sucesos trágicos en que la actualidad se desenvuelve, Saramago la compara con una parábola en que los personajes tienen que llegar al punto máximo para percatarse de que habían vivido viendo sin ver, y que esa ceguera sólo fue una manifestación física de la ignorancia intencional en que el mundo se ve sumergido. Este ensayo promete poner en evidencia la psicología humana y el individualismo erróneo y egocéntrico al que el hombre puede llegar al verse en peligro, donde la lucha por la supervivencia es prioridad a cualquier medio.

Apenas inicia el libro, el autor nos introduce ante la primera víctima de esta penosa enfermedad. El primer ciego, como lo describe Saramago, es auxiliado por personas que lo ven ante tal desesperación por su inesperada incapacidad. Instantes después, es claro ver el punto que Saramago nos quiere mostrar: el primero ciego es auxiliado por un ladrón de autos, quien no desaprovecha la oportunidad para despojarlo de su auto. (Saramago,2006) Dicen que la ocasión hace al ladrón, pero lo que sí es claro, es que el ser humano es solidario y altruista por naturaleza, siempre y cuando sus intereses no se vean afectados, o bien, no se interpongan en los buenos deseos, una situación ventajosa y tentadora. Sin embargo, Saramago presenta también el otro lado de la moneda, un alma buena e incorruptible, la mujer del médico, (Saramago,2006) quien voluntariamente se interna como si padeciera la enfermedad, metáfora de cómo alguien que si ve, y se queda callado, para la autoridad es una más entre los ciegos. Esta mujer sirve de guía para un grupo de ciegos a quien esta mujer adopta como si fueran sus propios hijos, y que es pieza clave, no sólo como ejemplo de alguien que no quiere aceptar su realidad, si no de que existen personas que realmente creen que para sobrevivir, no es necesario atentar contra los derechos de los demás, sino al contrario, desde el anonimato, con acciones pequeñas y aisladas, y con una buena dirección y un buen propósito, se pueden lograr grandes cosas, en beneficio de la comunidad.

Es imposible no compadecerse de los afectados de la ceguera, pues se ven inmiscuidos en actos de gran malicia deliberada, no sólo de los militares contra ellos (metáfora del abuso del gobierno o de una autoridad), si no los mismos ciegos contra otros. Es normal hacerse la pregunta, ante un mundo de ciegos, ¿cómo se organiza una población de personas perdidas y desesperadas? Vemos uno de los puntos máximos de la parábola de la que hablamos al principio, la historia de los hombre malvados,

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