Análisis FODA Organigrama Inventario de actividades Cadena de valor

ÍNDICE

Introducción………………………………………………………………………………………...1

Sistema de costos……………………………………………………………………………...…3

Nuevas técnicas de gestión de costos…………………………………………………………………………..8

Hacienda familiar “Carrillo Torres”……………………………………………………………………………….9

Historia……………………………………………………………………………………9

Planeación estratégica…………………………………………………………………………………….9

• Misión
• Visión
• Valores

Análisis FODA

Organigrama

Inventario de actividades

Cadena de valor

Productos

INTRODUCCIÓN

En un país que no proporciona las suficientes fuentes de empleo para todas las personas en edad laboral, es cada vez más necesario aprender como iniciar un negocio propio de la mejor manera, haciendo cálculos que minimicen el riesgo de perder la inversión y, con ello en ocasiones, los ahorros de toda una vida, para así poder asegurar el ingreso familiar. Todo negocio implica un riesgo, pero si se toman en consideración las medidas necesarias se tienen mayores oportunidades de éxito.

Pese a que en México 97% de los negocios son empresas pequeñas o medianas (Pymes), no existen políticas públicas adecuadas para apoyarlas y su promedio de vida es de apenas dos años. Según especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Los procesos para abrir o mantener las Pyme son tan complicados y caros, que muchas terminan por cerrar, además de que nadie las prepara para competir con inversionistas extranjeros. En países ricos, como Estados Unidos y Canadá, las Pymes son la columna vertebral de la economía interna, mientras que en México se encuentran bastante descuidadas.

Es por esta razón, que resulta difícil conservar un negocio porque los recursos asignados al sector “casi nunca” son para los pequeños empresarios, sino para las grandes empresas. Si se bajaran los recursos a este sector seria a una tasa muy elevada, que podría llegar a ser hasta del 160%, por lo que con frecuencia el nuevo emprendedor prefiere buscar financiamiento entres sus proveedores, familiares y amigos.

Y por si fuera poco, las compañías nacionales no generan ingresos suficientes para destinarlos a la competitividad; por esto, es necesario fomentar e impulsar apoyos, financiamientos y capacitación de dueños y personal.

Sin embargo esto no quiere decir que el éxito sea imposible o este negado para el pequeño empresario, por el contrario, el desarrollo de México se encuentra en una estructura de pequeñas y medianas empresas, si bien es cierto que el apoyo del gobierno mediante políticas públicas es necesario y urgente para fortalecer este sector empresarial, existen algunos puntos a considerar que nos serán de mucha utilidad.

El iniciar un negocio significa, sin duda alguna, dar un giro a nuestra vida, podemos bien, incrementar nuestras ganancias y ganamos el “beneficio” de ser nuestros propios jefes. Aunque por otra parte esto implica también la exigencia de estar 24 horas preocupado por la empresa y la dificultad de comenzarla desde cero.

Cuando iniciamos un nuevo negocio nos encontramos ante un reto en todo sentido, significa cumplir un sueño, dejar de pertenecer a una empresa para formar la propia, y que quizá nos otorgue la obtención de ingresos que el mercado laboral no ofrece. Los objetivos de todo negocio que se emprenda son el crecimiento, la supervivencia, y la obtención de utilidades; para esto deben realizarse adecuadas distribuciones de recursos basados en una efectiva información de costos. Los análisis de costos son fundamentales en todo proceso especialmente para la correcta toma de decisiones.

Uno de los principales desafíos de las Pyme es comenzar a generar información de costos, ya que los datos que proporciona la contabilidad tradicional no son útiles para la toma de decisiones, de aquí la importancia de la actualización de los Sistemas de Costos pues debido al desarrollo de las mismas empresas, los adelantos tecnológicos y la competitividad la producción cada vez se vuelva más compleja.

Es importante implementar un sistema de costos dentro de una Pyme ya que si logramos implementarlo eficazmente, bien podremos fijar adecuadamente nuestros precios de venta, optimizar nuestros procesos de producción y consecuentemente aumentar la rentabilidad de nuestra empresa.

Un gran problema en cualquier empresa es la creencia de que la adquisición de nuevos activos aumentara la productividad y la calidad del producto. Lograr un cambio en esta filosofía de gestión es un gran reto, especialmente en épocas de crisis como la que vivimos hoy día, los problemas financieros de un negocio crean la necesidad de enfocarse en los costos.

La implementación de un modelo de costeo razonable y adecuado puede evitar la toma de decisiones equivocadas, a la vez que proporciona información confiable, objetiva y oportuna para la dirección. Es aplicable a cualquier tipo de empresa, independientemente de su rubro, volumen de facturación o cantidad de empleados.

Un buen sistema de costeo debe ser una herramienta de planificación, control y gestión que permite identificar las verdaderas causas por las cuales la empresa incurre en mayores costos, de este modo, si una empresa, sea cual sea, conoce a fondo su estructura de costos, puede estimarlos y controlarlos. Sólo conociendo los motivos por los cuales estos aumentan, es posible aplicar acciones correctivas para poder optimizarlos.

Lamentablemente, hoy por hoy las industrias dedican más tiempo a aumentar la producción que a analizar los costos, cuando una mejora en la productividad permitiría fabricar más, al mismo tiempo que disminuye costos.

En las Pyme como la que analizamos, alrededor del 30% de los costos están “ocultos”, los cuales se generan por los excesos de stocks, la existencia de fallas internas que provocan reprocesos, la falta de compromiso de la mano de obra, la ausencia de mantenimiento preventivo, la presencia de tiempos muertos en el traslado y manipulación de materiales; en general, por todas las actividades en la empresa que no agregan valor.

La falta de segregación de estos costos conduce a una sobreestimación del costo de producción y por tanto son los consumidores quienes terminan pagando por esas ineficiencias.

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