Análisis Lazarillo de Tormes y Juguete Rabioso

Análisis: El Lazarillo de Tormes y Juguete Rabioso

La vida del Lazarillo de Tormes y sus fortunas y adversidades, novela española anónima, y Juguete Rabioso, del escritor argentino Roberto Arlt, pueden funcionar como un ejemplo de lo que el teórico ruso Mijaíl Bajtín denominó intertextualidad, siendo esta la relación que un texto mantiene con otros, ya sea implícita o explícitamente.

Tanto la obra de Arlt como la novela picaresca nombrada anteriormente tratan temas similares, sea este la pobreza en la que los personajes principales se encuentran sumidos y en torno a la cual se desarrolla la historia, o la marginalidad y el desentendimiento del resto de la sociedad hacia estos sectores “menos queridos” y “menos importantes”. En base a los asuntos atendidos, lo que se busca es que los lectores puedan abstraerse a un clima de reflexión y construir un pensamiento crítico social. Sin embargo, no son los argumentos de ambos textos ni estas características las que logran establecer por completo la relación, sino la forma y el abordaje de las mismas.

Un concepto de ironía podría ser “la figura mediante la cual se da a entender lo contrario de lo que se dice”. Ejemplos de este recurso pueden encontrarse tanto en Juguete Rabioso como en la historia de El Lazarillo de Tormes. Aquí es donde radica la analogía entre ambas obras literarias, y aquí también radica nuestro objeto de estudio; en el empleo de lo irónico como un procedimiento humorístico utilizado para tratar los temas que estos textos proponen.

“El humorismo es la ironía que termina en seriedad” (Jankélévitch)

Una pregunta a la que resulta menester atender es: ¿qué papel juega el humor cuando se presentan asuntos que parecen prestarse a un análisis serio y profundo? Es importante entender que el humor en conjunción con el arte, se vale de las sutilezas del lenguaje del mismo (esto es, artístico) para lograr una mayor atención de la crítica social que se construye con la ayuda de cualquiera sea la manifestación artística, en este caso la literatura. Igual que mencionado antes, la ironía constituye un medio posible para alcanzar el efecto humorístico deseado. En la ironía, «la palabra se contrapone al pensamiento, pero, lejos de ocultarlo, lo destaca y resalta con más fuerza». El hecho de que el ser capaces de interceptar la ironía tiene que ver con un no tan sesgado bagaje cultural, implica que los receptores deban ser conscientes del mundo que los rodea y del contexto en el que se encuentran, lo que hace la utilización de este recurso aún más efectiva.

Concentrándonos en ejemplos concretos de los textos a analizar, sea el caso de la novela española, donde hasta la voz del autor y la del narrador (es decir el personaje principal) se superponen de forma irónica. Si bien el escritor de la obra nos presenta a Lázaro de forma que sintamos compasión, si no pena por él, al contrario de sentir respeto hacia un personaje digno de admiración, cuyo esfuerzo finalmente rindió sus frutos, el protagonista nos cuenta sus desventuras y la historia de su vida como grandes logros con los cuales parece hallarse conforme,.

“Consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuanto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto”

En esta instancia se destaca la figura del Lazarillo como antihéroe, como antítesis de los protagonistas de las novelas de caballería; valientes que libran batallas y salvan doncellas. Hay un grado de ironía presente, incluso, en el mismo nombre con el que fue bautizado nuestro personaje; nombre acompañado de su lugar de origen, al igual (y al contrario) que muchos héroes, de procedencia honrosa y noble. El Lazarillo de Tormes, nacido en un humilde molino junto al río.

Algo similar ocurre con Juguete rabioso, que nos cuenta la historia de un grupo de chicos

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