Análisis de FISH

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FISH!:

“La eficacia de un equipo radica en su capacidad de motivación”

FISH, por los autores Stephen C. Lundin, Harry Paul y John Christensen, es una lectura rápida, que consta de tan solo 84 páginas y nos habla sobre la motivación empresarial y la importancia que esta posee en el desempeño laboral.

Las personas tendemos a frustrarnos con facilidad dentro del ámbito laboral, en particular si estamos desempeñando una actividad que no es de nuestro completo agrado, esto puede convertir el trabajo en algo sumamente tedioso y rutinario. La disyuntiva ocurre cuando dejamos que esta frustración afecte nuestro rendimiento y a la vez contagie a nuestros compañeros de equipo.

Para esto, FISH nos brinda una nueva perspectiva cuyo objetivo resulta en elevar el índice de motivación dentro del centro de trabajo y, a la vez, nos recuerda que la manera que elegimos sobrellevar las diversas situaciones que afrontamos día con día depende únicamente de nosotros. Esto es de mucha relevancia en el ámbito empresarial, ya que es un área exigente y sus altas expectativas ocasionan la desmotivación e irritabilidad de sus trabajadores, requiriendo así de nuevas estrategias para mantener la productividad de todos.

El libro hace alusión a cuatro “ingredientes”, refiriéndose a cuatro actitudes esenciales que todo trabajador debe poseer y poner en práctica, con la finalidad de transformar su espacio y condiciones de trabajo. Dichos ingredientes deben ir de la mano con la creatividad, pasión, flexibilidad y entusiasmo que debe caracterizar a todas las personas en su vida diaria.

El primer ingrediente es “escoger tu actitud”, aunque es más sencillo decirlo que hacerlo, esto es clave. Es fácil dejarse aturdir por la carga laboral, la velocidad con la que la información entra y sale, esto puede poner de mal humor a cualquiera. Sin embargo, tenemos la capacidad de elegir cómo vamos a reaccionar ante todo ello. Es importante escoger una actitud que nos facilite desenvolvernos adecuadamente y sea un medio para alcanzar nuestro máximo potencial. El libro menciona que elegir una actitud supone cierto nivel de responsabilidad e iniciativa, esto quiere decir que al decidir cómo encarar nuestro día inmediatamente estamos siendo proactivos y mostrando compromiso con nuestro trabajo, solamente con escoger nuestra actitud ya estamos haciendo algo. Está en nosotros decidir si queremos que ese “algo” sea positivo o negativo. Cabe recalcar que todas las actitudes tienen un trasfondo, por ende, es importante respetar y comprender las razones por las que a alguien puede resultarle complicado escoger una actitud positiva. Un equipo está para apoyarse mutuamente, así que, en lugar de juzgar, lo ideal es ser comprensivo y ayudar a que esta persona elija mejor su actitud.

Las ventajas de adoptar una actitud positiva hacia el trabajo y la vida en general son innumerables, pero la más remarcable es la fluidez con la cual las cosas empiezan a darse. Dejas de tensarte por cosas que escapan de tu control y empiezas a notar las diferentes maneras en las que puedes compensar aquello. Ves todo desde una perspectiva más optimista.

El segundo ingrediente es “jugar”, y si bien es cierto que un centro laboral es un lugar serio donde las personas acuden para trabajar, el trabajo en sí no tiene porqué ser aburrido. Es crucial que encontremos la manera de convertir la tensa atmósfera de una oficina en un ambiente más agradable y divertido. Puede ser algo tan simple como poner música o darse un tiempo para conversar y relajarse junto a los colegas, como algo más elaborado, como lo son las actividades recreacionales, tales como competencias tanto internas como externas con otras empresas del mismo rubro. La idea es mantener un ambiente fresco y despejado para que las tareas se sientan menos como obligaciones y más como un acto voluntario de compromiso para con la empresa y equipo de trabajo.

El tercer ingrediente es “alegrarles el día”, los clientes son una parte fundamental de toda empresa, sin ellos la empresa no existiría. ¿De qué sirve un bien sin un consumidor? Debemos recordar que nos debemos a ellos, que gracias a ellos la compañía sigue en pie, por ende, debemos tratarlos con el mayor respeto posible. Oír sus quejas o sugerencias con sumo detenimiento nos permitirá crear nuevas estrategias para acaparar su atención, lo cual beneficiaría a ambas partes. Los trabajadores no son los únicos que tienen que estar motivados para que una empresa sea exitosa, los clientes también deben estarlo. Necesitan sentirse importantes, que su opinión importa. Los trabajadores deben entrar en un contacto directo con los clientes, conocer qué es lo que realmente quieren, de esta manera podrán brindarles un mejor servicio, teniendo no solo clientes satisfechos, sino también trabajadores que se sientan reconocidos por su buen trabajo y motivados a seguir mejorando sus servicios.

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