Análisis de la novela Acerca de Roderer

Análisis de la novela

La partida de ajedrez es el primer contacto entre los jóvenes, se plantea como una metáfora de lo que habrá de ser su futura relación:

“Un duelo en el que yo era el único contendiente y sólo conseguía dar golpes en falso. Esto era tal vez lo más curioso: Roderer no parecía dispuesto a ningún contraataque, ninguna amenaza visible pesaba sobre mis piezas y sin embargo yo no dejaba de sentir ante cada una de esas jugadas incongruentes una sensación de peligro, el presentimiento de que iban configurando algo cuyo sentido se me escapaba, algo sutil e inexorable.”1

En este ámbito se despliega el conflicto de Roderer como un problema espiritual atado a la búsqueda del conocimiento y desemboca en la viejísima tentación: ser como Dios. Si bien este hecho está en la intención del protagonista desde el principio, el lector accede al mismo mediante el intercambio de ideas y descubrimientos entre Roderer y el Narrador, quien a su vez sigue un camino parecido. La búsqueda del conocimiento total, la persecución del logos divino, que Roderer realiza a través de una lectura y relectura obsesiva de textos de diversa especie, actividad que lo lleva a dejar la educación formal y a vivir en una permanente vigilia pensante. En la mitad del libro se revela el problema, el cual se hace claro en un comentario de un texto ficticio –estrategia de la retórica borgeana de comentar textos inexistentes -, Roderer afirma ante el Narrador, de modo explícito, su conciencia del mal. Su lenguaje muestra un profundo conocimiento sobre el tema que aborda: palabras como salvación, perdición, amor y comunión, términos relacionados con lo teológico. Y por supuesto la afirmación más rotunda de Roderer en cuanto al conocimiento absoluto:

“-La perdición – dijo y su voz vibró un instante, antes de recuperar la frialdad de siempre –se supone que es un acto solitario, a espaldas de todos los hombres; un acto, además, que debe ser terrible como para desafiar una misericordia infinita. Hay en realidad una sola ofensa a Dios sin retorno: el intento de suplantarlo.

-El asesinato como en Dostoievski –dije yo.

-O el conocimiento –y debió advertir en mí un gesto de sorpresa porque añadió secamente – No por supuesto las cuatro o cinco leyes con que se entretienen los

hombres; no las sobras, la cuota de sabiduría tolerada, sino el verdadero conocimiento, el logos, que resguardan juntos el Diablo y Dios.”2

La madurez de las expresiones de Roderer con respecto a este misterio contrasta con la percepción más bien ingenua que tiene el Narrador del fenómeno, quien, avanzado el relato, se revelará como absolutamente ateo. Sin embargo, queda aterrorizado al ver los efectos del Mal en su compañero y en su propia familia.

Cuando Roderer afirma haber encontrado la revelación, el conocimiento absoluto que va más allá de los límites humanos, no tiene tiempo para transcribirlo y dejarlo grabado. Muere repentinamente de manera muy cruel, sin paz y lleno de dolores, como una respuesta del Diablo al intento de obtener sus conocimientos.

Los personajes

Gustavo Roderer

Gustavo Roderer es un muchacho de 17 años que llego a Puente Viejo con su madre para vivir allí. No se conocen las razones por las cuales se muda a este pueblo, y tampoco se conoce su pasado o porque no tiene padre. Es una persona muy retraída y tímida que parece tener un genio dentro de él. No tiene ningún interés en tener algún tipo de contacto con otras personas. Las únicas personas con la que tiene alguna relación son con el narrador y con su madre. La hermana del narrador, Cristina, que estaba enamorada de Roderer era ignorada por él. Ella simplemente la veía como la “hermana de mi amigo”, pero ella quería algo más. El problema es que Roderer no se dio cuenta. Lo mismo le pasa con Daniela, la compañera del colegio, que es aún más grave, porque llega hasta el punto donde muere por querer estar más flaca y verse bien.

Durante la novela el lector va conociendo poco a poco el objetivo de Roderer, el cual es llegar a un conocimiento absoluto que vaya más allá de los límites humanos. Durante toda su vida trabaja en este proyecto, el cual, según él, logra. Este “nuevo conocimiento” lo describe como un entendimiento que la razón humana común es incapaz de comprender. La veracidad de sus afirmaciones no se puede comprobar, porque muere justo cuando tenía pensado contárselo todo al narrador. O tenía razón, o Roderer realmente tenía algún desorden mental que lo llevaba a tener alucinaciones y a creer que poseía una inteligencia superior, parecida a la de un Dios.

El nombre masculino Gustavo, tiene origen germánico. Sus orígenes son confusos y hay dos interpretaciones.  Una es que proviene de la palabra alemana “Gast”, que significa huésped. Roderer se había mudado recientemente a Puente Viejo, por lo que puede ser interpretado como un huésped del pueblo. El otro posible origen es de la palabra “Gund-staff”, el que tiene el lugar de rey. Este origen puede ser relacionado con Roderer ya que él se sentía bastante importante y creía tener la razón en todo. Se creía poseer el conocimiento “de un rey”.

El Narrador

El narrador, innominado, es un joven de también 17 años que vive en Puente Viejo. Vive con su familia que consiste en su madre, el padre y Cristina, la hermana. Es conocido como el alumno más inteligente de Puente Viejo. Siempre tenía las mejores calificaciones y era bueno para cualquier materia. También era muy bueno jugando al ajedrez. Siempre iba al club Olimpo donde se encontraba con otros aficionados para jugar. Su “objetivo” era parecido al de Roderer, se interesaba por muchas cosas e intentaba obtener un conocimiento absoluto.

Se pueden reconocer varios aspectos autobiográficos de Martínez en este personaje. Ambos crecieron en la zona de Bahía Blanca, les gustaba jugar al ajedrez de chicos, el club Olimpo es el mismo al que iba Martínez para jugar al ajedrez. La partida de ajedrez entre el narrador y Roderer es a su vez un recuerdo autobiográfico que va a ser explicado más adelante. Ambos estudiaron Matemática como carrera universitaria, y ambos fueron a Inglaterra para hacer un doctorado. El narrador fue a Cambridge y Martínez a Oxford.

Nielsen

La palabra Nielsen es de origen danés y su significado es hijo de campeón. Ya que Niel es campeón y sen hijo. En el club Olimpo el narrador es llamado bajo el apodo Nielsen.  Él era una de las personas más inteligentes del pueblo, por eso lo llamaban Nielsen haciendo referencia al termino campeón. A su vez, los Nielsen eran unos hermanos que iban siempre al club Olimpo y eran conocidos por jugar bien al ajedrez. En el cuento “La intrusa”de Borges, son mencionados unos hermanos Nilsen.

La madre de Roderer

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