Análisis del libro “Grandes problemas: ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad?”

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Universidad del Valle de México

Licenciatura en Derecho

Materia: Tendencias Socioeconómicas y políticas de México

Tema: Análisis del libro “Grandes problemas: ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad?”

Docente: Manuel Eduardo García Arteta

Alumna: Camila Patricia Pérez Eyssautier

Tema: ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad?

Un tema bastante interesante desde que comienzas a leerlo, pareciera se trata de la solución que necesitamos ahora más que nunca.

Sin embargo, para llegar a dicha solución, primero se necesitaría una breve introducción.

Lo principal, sería establecer los factores que impiden que México salga del terrible estancamiento económico en que ha estado sumido durante los últimos 30 años.

Probablemente, se debería tomar como principal culpable la tasa de acumulación de capital insuficiente, que se da como resultado de un desalineamiento entre la tasa de rentabilidad de nuevas inversiones y la tasa de interés real.

Caro que hay muchas circunstancias que influyen en dicho desalineamiento, por un lado, la tasa de rentabilidad de las nuevas inversiones tiene algunos factores que resultan particularmente relevantes que se ve afectada por los niveles de inversión pública tan bajos. También se ven afectadas por el peso fuerte, una tendencia recurrente hacia la apreciación del tipo del cambio real.

La importancia relativa de estos distintos factores varió de un subperiodo a otro. Durante la década de los ochenta, la brutal contracción de la inversión pública que trajo consigo frásticos ajustes fiscales a los que forzó la crisis de la deuda y la desintermediación financiera asociada al recrudecimiento de la inflación fueron, junto con la crisis del petróleo de 1986, los factores principales detrás del estancamiento.

Claro que dicho estancamiento también interactúa con la desigualdad, pues la tendencia a la concentración del ingreso y de la riqueza limita la expansión del mercado interno y la desigualdad de alguna forma fomenta el crimen y la violencia, lo que se traduce en la reducción del crecimiento.

• El Déficit en infraestructura y el Rezago del Sur

Como es bien sabido, la función de un Estado moderno es la acumulación de capital público en infraestructura. Dicho capital que hace, debido a su naturaleza ya la presencia de fuertes externalidades, que el mercado no logre proveer espontáneamente socialmente óptimos.

Un factor que ha frenado el crecimiento durante los últimos 30 años ha sido la baja tasa de interés de inversión pública. Aunque esto tiene que ver en parte con las privatizaciones, es también consecuencia del tipo de ajuste fiscal que se dio después de la crisis de la deuda.

La caída de la inversión publica tuvo mas peso al momento de la contribución a la tasa de inversión fija. En el ámbito latinoamericano, la reducción en la tasa de inversión total fue especialmente severa en Brasil y México, los países de peores resultados en termino de la productividad de la productividad de la región.

Claro que no todo puede ser malo, la inversión en infraestructura tiene mayor potencial para generar “ganancias” en el campo de la productividad y la inversión del sector privado.

Sin embargo, siempre existe el déficit en infraestructura. México ocupa el lugar número 64 de 148 países en materia de infraestructura, mientras que su posición a nivel global es el número 55.

La primera razón del rezago de México en infraestructura se encuentra en la extensión de la red carretera que representa el 13% en relación con los países industriales, después tenemos el rezago en la capacidad de generación de electricidad que representaba el 26.5% comparada con la de los países industriales. Otro sector también son las telecomunicaciones, aunque se ha registrado un gran avance con respecto a este rubro.

Este rezago, no es un rezago uniforme, pues como podemos darnos cuenta, en el sur los salarios son notablemente más bajos que en cualquier otra región del país. Dicho “fenómeno” deriva del rezago en la infraestructura que significa la productividad de la actividad económica, especialmente en la industria manufacturera donde las economías de escala y de aglomeración son de mayor importancia.

• La trampa fiscal: la baja carga tributaria como obstáculo al crecimiento y la redistribución

El sistema fiscal de una economía moderna cumple varias funciones principales. La primea es la de la provisión de bienes públicos y de acumulación de capital público.

Esto contribuye al crecimiento de largo plazo el cual se cumple mediante las inversiones en infraestructura física y social que por su naturaleza el mercado no provee en los montos que sean socialmente óptimos.

La carga fiscal en nuestro país siempre ha sido muy baja comparada con los estándares internacionales. Claro que con los ingresos tributarios las regalías y derechos pagados por Pemex, la carga fiscal sube considerablemente, aunque por desgracia esto no significa un avance notable en los ingresos tributarios.

Además de ser baja, la carga impositiva recae de manera desproporcionada en los impuestos indirectos en lugar de en los ingresos a las personas y empresas e impuestos a la propiedad, como sucedería en los países desarrollados.

Con el tiempo, la estructura impositiva ha decaído, debido a que la tasa máxima del impuesto sobre la renta a las personas físicas tuvo una tendencia a la baja, que la llevó de 55% a principios de los ochenta, a 28% en 2009, el IVA ha tendido a aumentar, con oscilaciones, pasando de 10% en sus orígenes a 16% en la actualidad.

Ahora bien, la trampa fiscal significa un círculo vicioso de bajo nivel interactúa con el estancamiento económico. Pues si la economía creciera, los ingresos públicos aumentarían lo cual permitiría la mejora en la provisión de servicios públicos, lo que sin duda facilitaría la elevación de la carga fiscal.

• El bajo nivel de intermediación bancaria y la reforma financiera

En mayo de 2013 el presidente Enrique Peña Nieto envió a la Cámara de Diputados una propuesta de reforma al sistema financiero que pretende fortalecer la banca de desarrollo, reducir las primas de riesgo y elevar la competencia entre instituciones para aumentar la oferta de crédito y reducir el costo del financiamiento, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas.

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