Arawibe
Enviado por pmangual • 12 de Noviembre de 2012 • Reseña • 531 Palabras (3 Páginas) • 252 Visitas
(Arawaibe)
Era una noche muy tensa con olor a mar y animales muertos en la aldea de Maguana. Los árboles derribados por doquier escenificaban el horrendo paisaje que había dejado ese devastador Huracán.
-Cuando amanezca, tenemos que limpiar la tierra, madre de todo lo que comemos.- Dijo Caonabo, el cacique de Maguana a sus Nitaínos.
Con un acto de reverencia dieron este mandato por entendido. Lo que restaba era informarle a los naborías del gran trabajo que les esperaba. Y así concluyó la reunión de “la nobleza” taina.
Caonabo entró en su bohío y se sorprendio al ver a su bohique llorando. El bohique era el sabio de la aldea, además de ser curandero y poseer poderes mágicos.
-¿Qué te sucede hombre sabio?
-He cometido algo imperdonable. Caonabo, merezco la muerte, ni siquiera Apito me lo perdonaría.- Dijo el anciano entre sollozos.
-Cuéntame, y puede que te perdone yo. Luego me encargo de Apito; has sido un hombre bueno y honesto.
-Mi hija no murió. ¡Esto es terrible!- dijo el bohique entre sollozos, como un niño inconsolable.
Al ver al sabio de la aldea roto en llantos, Caonabo se conmovió y le pidió una explicación de lo que estaba sucediendo.
- Jefe, mi hija no murió devorada por el Caribe fugitivo. Ella fue violada, y yo en mis sueños la había visto embarazada. Por eso la escondí ese mismo día del incidente del cual ese maldito se escapó de mis manos cuando lo iba a matar. La escondí para que no la condenasen y la ahorcaran. Ella dio a luz en cautiverio hace 3 días y te ruego que le perdones la vida a ella y a su criatura que no tiene la culpa de su origen maldito.
Caonabo estaba enfurecido y confundido, pero a la misma vez sentía gran cariño y respeto por el anciano que estaba arrodillado pidiendo clemencia por su hija.
-¡Ya basta anciano!, seca tus lagrimas y trae a tu hija con su criatura. Le pondremos nombre y diremos que la reviviste con un ritual a apito. Todos estarán contentos y haremos un areito para celebrar la llegada del nuevo miembro de Maguana.
-Pero mi jefe; ese hijo es mitad Caribe, mitad Taino.
-Que saque lo mejor de las dos razas. Yo le pondré como nombre Arawaibe. Y nadie cuestionará el origen de su nombre. Arawa, por ser mitad Taino que descendemos de los Arahuacos e Ibe, por su maldito padre que es, o era Caribe.
-Jefe, su misericordia no conoce límites. Haré las danzas para que los dioses le otorguen larga vida.
A Caonabo no le desagradaba la idea de tener un descendiente de un Caribe en la aldea, pues estos eran belicosos y fieros guerreros con el defecto de ser caníbales, costumbre que se encargarían de que no cogiera en su crianza. La cultura de Maguana era de combate y era el cacicazgo más destacado en enfrentamientos y batallas.
El behique rápidamente le
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