Batallas En El Desierto

Las Batallas en el Desierto

Me acuerdo no me acuerdo: ¿qué año era aquél? Todo era muy diferente a como ahora lo es y en todas partes sonaba el antiguo bolero puertorriqueño: Por alto esté el cielo en el mundo, por hondo que este el mar profundo, no habría una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti.

Viviamos bajo el régimen de Miguel Alemán y casi todos se quejaban de las situaciones de ese mundo antiguo. Los periódicos decian que el mundo estaba atravesando un momento angustioso pero aun asi había esperanza en la gente. Mientras tanto nos modernizábamos, la cocacola sepultaba las aguas frescas de jamaica, chía y limón. Únicamente los pobres seguían tomando tepache.

Había guerra contra la Liga Arabe y los niños que en verdad eran árabes y judíos solo se hablaban para insultarse. El profesor decía que no teniamos que heredar el odio ya que el mundo del mañana debe de tener paz.

Yo era un niño de la colonia Roma, y los turcos no me resultaban extraños como Jim. Jim era un niño nacido en San Francisco. Nuestro principal deporte era molestar a Toru, ésto paro hasta que él se defendió y por poco deja hecho pedazos a Domínguez. Hoy Toru dirige una industria Japonesa.

Las batallas en el desierto comenzaban, así les decíamos a las peleas que eran en un patio de tierra colorada. Habia polvo de cesantía y no había árboles ni plantas, sólo una caja de cemento al fondo que ocultaba un pasadizo.

Yo no entendia nada sobre la guerra y por suerte en México no había guerra desde que el general Cardenas venció a la sublevación de Cedillo.

Había tenido varios amigos pero ninguno le cayó bien a mis padres. Ese año yo era amigo de Jim y era muy extraño que si su padre tenia un puesto tan importante en el gobierno, estudiara en un colegio de mediopelo. Era extraño para el hijo de el compañero de Miguel Alemán. Era todavia mas raro que Jim viviera con su madre y no en una casa de Las Lomas, sino en un departamento cerca de la escuela. En los recreos se decia que era raro que la mamá de Jim solo fuera la querida de ese hombre, ya que la mama de Jim era una mujer my guapa y la esposa de Miguel era una mujer horrible. Miguel nuca trató bien al pobre de Jim. Dicen que tiene mujeres por todas partes.

Jim decia que veia poco a su papá porque siempre estaba fuera trabajando al servicio de México. Cuando Jim decia eso, Alcaraz siempre replicaba comparando esta situación con Alí Babá y los cuarenta ladrones. Esto lo comentaba por que en su casa decian que se estaban robando lo que no había. Jim se peleaba y no queria hablar con nadie pero él se ha hecho mi amigo, ya que yo no era su juez. Los viernes, a la salida me hiba con Jim a la Roma.

Nosotros eramos tantos hermanos que no podia invitar a Jim a la casa. Mi padre no salía de su fábrica de jabones.

Recuerdo una mañana en la que tuve una pelea con Rosales, fue fuerte pero gracias a esto aprendí una gran lección.

Junto a Rosales yo era un millonario pero junto a Harry yo era un mendigo. El año anterior, fui a casa de Harry en las Lomas. Esta casa tenía de todo y los padres nunca me dirigieron la palabra. Lo contrario me paso con Rosales cuando fuí a su casa en una vecindad. Su mamá me recibió muy amablemente y me hizo compartir la cena.

La pelea convenció a Jim de que yo era su amigo. Un viernes me invito a merendear a su casa y conocí a su mamá, Mariana. Nunca pensé que la madre de Jim fuera tan joven, tan elegante y sobre todo tan hermosa. No puedo describir lo que sentí cuando le di la mano. Empezamos a merendear y yo estaba muy nervioso, no sabia que hacer. Mariana rompió el silencio preguntandome unas cosas y contandome otras. Llegó el momento en el que me tuve que ir y para despedirme di las gracias. Me hubiera encantado quedarme o minimo llevarme una foto de la hermosa Mariana.

Empeze a caminar por Tabasco y me dije “Voy a guardar intacto el recuerdo de este instante porque todo lo que existe ahora mismo nunca volverá a ser igual.” Un dia lo vere como la prehistoria. El día de hoy lo conservare entero porque hoy me enamoré de Mariana. Me empezaba a preocupar que hiba a hacer ya que a mi edad lo único que puedes hacer es enamorarse en secreto, sabiendo que no hay esperanza.

Al llegar a mi casa mi mamá estaba enojada y preocupada por que no habia sabido nada de mi. Al principio me creyó un mentiroso, pero luego la logre convencer. Volví a ser niño y regrese a la plaza ajusco a jugar. No me dejaba de preguntar ¿Cómo me había enamorado de Mariana? Me parecia estupido ya que yo era muy chico, pero por otra parte lo que yo sentia era inmenso.

Siempre intentaba

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