CAPÍTULO I: ¿ESTÁ JUSTIFICADA LA TRAICIÓN CUANDO SE TRATA DE AMOR?
Enviado por David Maldonado • 17 de Septiembre de 2016 • Resumen • 510 Palabras (3 Páginas) • 554 Visitas
CAPÍTULO I: ¿ESTÁ JUSTIFICADA LA TRAICIÓN CUANDO SE TRATA DE AMOR?
‹‹Hija mía, querida María Ignacia, te espero hoy a las siete de la noche en la sacristía. Sé puntual, entra por la puerta trasera, debo consagrarte… Trae ropa ligera y, por favor, ya ven sin crinolinas, no me hagas trabajar tanto.››
En este capítulo se nos presenta a uno de los personajes que influyo en la historia de México de una manera muy importante. Conocida por pocos y amada por muchos, María Ignacia Rodríguez de Velazco, mejor conocida como “La güera Rodríguez” fue (a como la describe el autor), una mujer muy hermosa con encantos seductores a los que nunca nadie se le resistía.
Ella nunca le temió a las consecuencias de sus actos, ella era toda una Afrodita del siglo XIX. Tanto así que mantuvo relaciones con cualquier tipo de hombre sin que importara que fueran ‘’ obispos, príncipes de la iglesia, inquisidores, investigadores, científicos, líderes políticos, empresarios’’ y demás, hasta llegar con su Agustín de Iturbide. Ella era su amante, amante con la que sostenía un romance tan prohibido como el de la luna y el sol, tan prohibido como el de el invierno y el verano. Prohibido porque no sería bien visto ver al consumador de la independencia acusado de adulterio si él era la persona más importante en esos momentos.
El sueño de ‹‹La güera›› siempre fue ser la primera dama de México, y así con su querido Agustín decidieron tenderle una traición a su esposa doña Ana María Huerta.
Estos hicieron una carta falsa en donde se le acusaba a ella de ser una adultera. Y así con ella fuera del juego Iturbide se divorciaría para luego poder desposarse con su amante. Pero para la mala suerte de la güera la iglesia no podrá permitir que hubiera un divorcio, la única emperatriz de México será doña Ana y nadie más.
Y así, ese fue el día más triste de la güera, no podría ser emperatriz ni la primera de don Agustín. En balde el desvió del desfile que paso por la casa de la güera. En baldé el sufrimiento y la pena de doña Ana por tal acusación de algo que ella nunca fue y que nunca hizo.
En conclusión se podría decir que si se puede justificar una traición cuando se trata de amor, -¿Porque?-, porque bien lo dicen en el libro en la descripción de esos quienes aman sin importar lo que pase; ‹‹No se puede ser sabio cuando se ama››, no se puede tener un buen juicio cuando el mundo se pinta de otro color y los instintos y deseos de placer te nublan la vista. No se puede estar en los cinco sentidos cuando la fiebre del amor te ataca. Caes sometido al amor. Si, si se justifica, todo sea por cumplir la necesidad de tener siempre ahí a esa persona y que así siempre este a tu lado.
CAPÍTULO II: Pancho Villa y la Revolución traicionada
...