Capítulo 5: La industria del miedo
Enviado por amaro123456 • 25 de Octubre de 2016 • Apuntes • 414 Palabras (2 Páginas) • 194 Visitas
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA[pic 1]
Por: Amaro Salazar Jorge Iván
Capítulo 5: La industria del miedo
Estamos colocados en una sociedad de todos contra todos. Vivimos en la locura. Los pobres somos robados por personas aún más pobres, caminamos por las calles, si no es, que trotamos, con la incesante sensación de ser perseguidos. Ya hasta contestamos nuestros teléfonos con cautela, por la preocupación de ser víctimas de una extorción, o que uno de nuestros familiares haya sido secuestrado. En el peor de los casos, con el miedo de que una voz nos dé la noticia de que alguien allegado a fallecido a manos del crimen local.
No contamos con las autoridades, mejor dicho, las autoridades también están en contra de la justicia, de nosotros. Paseamos entre las calles y parques de la ciudad, pero al ver a un oficial de policía en vez de sentirnos reconfortados, nos sentimos nerviosos, nos ponemos en un estado de alerta, como si de un drogadicto se tratará.
La televisión no ayuda en nada, es el instrumento favorito de propaganda de las empresas que encabezan la seguridad privada, nos llenan de pánico con noticias amarillistas a toda hora. Nos aterrorizan hasta el punto de llegar a la histeria y no querer ni salir solos a la tiendita de la esquina.
Las potencias mundiales son quienes más provecho sacan de esto, “74% de las exportaciones de armas proceden de sólo cinco países: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Alemania, y el 58% proviene sólo de Estados Unidos y Rusia”, nos revela un estudio del Instituto internacional de investigación de la Paz de Estocolmo.
En algún momento las personas se deshumanizan y comienzan a lucrar con las crisis de la sociedad. Me enloquece saber que los especialistas miran como números a las personas, como un cero más en sus cuentas de bancos.
Estamos en un miedo permanente, un miedo que beneficia los bolsillos de empresas de seguridad privada y cárceles privadas. Pero aún peor, hemos perdido todo tipo de libertad. Cuando no nos colocamos atrás de los barrotes de las ventas nos encerramos en nuestras casas con más de cuatro cerraduras, e incluso hay quienes gastan en un ostentoso sistema de alarmas.
No conformes con el arresto domiciliario efectuado por nosotros mismos, hemos perdido total privacidad. Con el pretexto por parte del gobierno acerca de cuidar “nuestra” seguridad, somos monitoreados todo el tiempo, con cámaras de seguridad y con acceso a nuestras conversaciones en todo tipo de red de comunicación.
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