Contrato Social
Enviado por nodaza10 • 14 de Abril de 2013 • 4.237 Palabras (17 Páginas) • 264 Visitas
CONTRATO SOCIAL
La obra tiene cuatro libros pero en realidad es un proyecto inacabado. El autor hace saber al lector la causa que le llevó a no poder completar dicha empresa: “Este pequeño tratado se ha extraído de una obra más extensa, iniciada sin haber consultado mis fuerzas y abandonada después de un tiempo. De los diversos fragmentos que podían extraerse de ella, este es el más considerable y el que me ha parecido menos indigno de ser ofrecido al público. El resto ha desaparecido.”
Libro I
Rousseau parte de la tesis que supone que todos los hombres nacen libres e iguales por naturaleza. Nos habla del estado originario del hombre, afirma que la familia “es el primer modelo de sociedad política”. Rousseau argumenta contra el derecho del más fuerte: “Convengamos, pues, en que la fuerza no constituye derecho, y que únicamente se está obligado a obedecer a los poderes legítimos”.
El hombre es libre por naturaleza, sin embargo, las circunstancias sociales lo mantienen atado; aquel que nace obligado a obedecer y obedece hace bien, pero si es capaz de enfrentarse a su esclavitud y superarla, obra mucho mejor aun. Así demuestra que fue creado para disfrutar de la libertad, si no tiene derecho de discutirla.
Las primera sociedad, por naturaleza es la familia, aunque el lazo se rompe al terminarse la necesidad de un hijo hacia un padre, comúnmente sigue habiendo una relación que sin forzosa ni natural, es más un convenio; así pues toda sociedad es un convenio. El cual tiene jefes y subordinados. Y aunque unos nacen para mandar y otros para ser esclavos, no es porque haya distinción, es solo porque así ha existido.
El derecho sobre los demás jamás significara nada si emana de la fuerza, ya que esta palabra significa potencia física, y si alguien sucumbe ante la fuerza, no es un acto de obediencia, si no un acto de necesidad o prudencia, así que el derecho no nace de la fuerza, ni se está obligado a obedecer, además, si la razón está dada por el derecho ante los demás, significa que cada que hubiese alguien más fuerte la razón cambiaria de significado, no teniendo jamás un sentido común, por lo que las relaciones no podrían darse.
El derecho de esclavizar a las personas no la da la superioridad en fuerza, la esclavitud no es parte de la naturaleza social y mucho menos de la naturaleza humana. Ni la guerra da el derecho de esclavitud, solo el de obediencia, el derecho de matar a los enemigos en una guerra pueblo a pueblo es sensato, solo cuando este tiene arma en mano, en caso contrario, la matanza es inhumana y sin sentido.
La sobrevivencia individual de las personas sería imposible; así que la única forma de lograrlo es unir fuerzas. Muchos hombres forman parte de un todo a favor de un bien común, esto es el pacto social, pero cuando el pacto se rompe y se deshace la alianza, cada individuo recupera su naturaleza primitiva; la libertad. Pero como el objetivo es colectivo, no debería haber intereses personales en un pacto social, impidiendo así que se desintegre, pero si los hay, entonces ese pacto social es tiranía.
Rousseau distingue tres tipos de libertades: la libertad natural, que es la que se pierde tras el contrato, la libertad civil que está limitada por la voluntad general y la libertad moral, “que es la única que convierte al hombre en amo de sí mismo”. El pacto social convierte en iguales a los hombres por convención y derecho.
La soberanía de cada individuo se encuentra dentro de una sociedad, existe esa alianza que obliga al individuo a actuar bajo el bien común, pero esto no significa que tenga que estar de acuerdo con todo, sin embargo no puede incluir un interés personal hacia el resultado de la búsqueda del bien común.
Lo que pierde el hombre por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que intenta y puede alcanzar; lo que gana en él mismo es la libertad civil y la propiedad a todo lo que posee.
El derecho de primer ocupante, aunque más real que el del más fuerte, no llega a ser un verdadero derecho sino después de establecer la propiedad. Todo hombre tiene naturalmente derecho a lo que le es necesario; pero el acto positivo que le hace propietario de algún bien le excluye de todo lo que queda. Esto es que, cada individuo tiene derecho a poseer algo, pero para esto, no debe tener ya un dueño, que solo se acupe lo necesario para vivir, y que se acupe por medio del trabajo y no de simples actos vanos como la compra.
Libro II
Esta parte se enfoca en todo lo que conlleva el concepto de “voluntad general”. También analiza las nociones de “ley”, que no sería otra cosa que un acto de la voluntad general, es decir, donde el “pueblo” sería el “legislador”.
Establece ciertas proporciones entre el número de habitantes y la extensión de los países. El objetivo de todo pueblo es conseguir abundancia y paz. Rousseau coincide con Aristóteles en la necesidad de una clase media, aunque en el ginebrino hay una mayor tendencia a una homogeneización. Piensa que la libertad se subsiste gracias a la igualdad.
La soberanía es inalienable porque es el ejercicio de la voluntad general, jamás deberá separarse del individuo miembro de una sociedad, y que el soberano, que no es mas que un ser colectivo no puede ser representado por alguien más, solo por el mismo; el poder se transmite, pero no la voluntad. Aunque no es imposible que la voluntad personal sea igual que la voluntad colectiva, si es imposible que este acuerdo este presente siempre; aunque si esto llegara a ocurrir seria solo coincidencia y no parte del proceso.
La soberanía también es indivisible porque cada persona tiene voluntad y esta crea una voluntad general, la declaración de esta voluntad es soberanía y por tanto es ley. No se puede dividir la soberanía en su concepto, por lo que muy a menudo lo hacen en su objetivo, es como si dividieran a una persona, a uno les toca una parte, y muchos políticos lo hacen a los ojos de todo el pueblo.
La voluntad general es recta y tiende constantemente a la utilidad pública; pero no siempre las deliberaciones del pueblo tengan la misma rectitud, Siempre quiere uno su bien, pero no se lo ve siempre bien; nunca se corrompe al pueblo, pero se le engaña a menudo, y entonces es cuando parece querer lo que es malo. Así pues, para tener una buena voluntad publica general, es necesario que no existan sociedades dentro de los estados, si no que cada persona opine de acuerdo con su modo de pensar.
El pacto social da al cuerpo político poder absoluto sobre todos los suyos, este mismo poder, que dirigido por la voluntad general,
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