¿Cómo se configura la experiencia interior en Georges Bataille desde el erotismo?

¿Cómo se configura la experiencia interior en Georges Bataille desde el erotismo?

Presentación del problema.

La importancia que adquiere abordar uno de los planteamientos filosóficos más cuestionados y significativos a su vez para el  pensamiento en el siglo XX,  representa una necesidad clara acerca del modo de asumir la filosofía en la actualidad. Por tal razón ideas como las trabajadas por el autor Georges Bataille,  específicamente pensamientos como el de La experiencia interior, merecen de buena atención.

Georges Bataille es una de las figuras en el siglo XX más cuestionadas por la  forma de expresar sus pensamientos y por su particular estilo de características inclasificables. Razones que llevaron a gran parte del sector intelectual en Europa  a cuestionarse desde mediados de entreguerras hasta el auge del pensamiento denominado estructuralista y posestructuralista Francés. Así pues inicia su incursión en el mundo del pensamiento La  experiencia interior el libro que abre las puertas a una forma de pensamiento asistemática desde las antípodas del pensamiento filosófico. Tanto así que la experiencia interior en el momento en que se presenta como un Método de meditación inmediatamente es criticado  al grado de menosprecio por figuras bastante relucientes en el panorama  académico por estas épocas: Sartre como su principal detractor anuncia con total ahínco el surgimiento de un nuevo místico ateo. Situación que paradójicamente ayuda a centrar las miradas sobre esta figura del pensamiento tan particular.

Así pues el  tema abordado de la experiencia interior junto la suma de varios de los escritos del autor permiten ver cómo este tipo de postura con intenciones antifilosóficas se centra en la columna vertebral de los grandes problemas filosóficos contemporáneos, precisamente por su intención de querer apartar la filosofía de la manera como se venía asumiendo, se genera una mutua fascinación, de ahí el calificativo por el que se nombra al autor de ajeno a la filosofía, pero no sólo a esta sino también a las diferentes esferas de la academia y del pensamiento mismo ya que nuestro autor en un sinnúmero de ensayos, escritos, panfletos, artículos y libros enteros muestra  variados parentescos con la filosofía, la antropología, la economía,  la literatura, el arte, la religión, la mística,  la psicología, la política,  la poesía y hasta la numismática de las monedas y un largo etcétera,   sin pertenecer cómo hijo ante ninguna de las anteriores definiciones a pesar  de los intentos de varios pensadores por clasificarlo. Con esto el autor está creando desde los inicios de su lectura una apreciación totalmente asistemática en sus lectores sobre él y sus intenciones, ya que con lo escrito no habría un orden ni una manera metódica de acercarse a la obra, un libro podría según es hablado por el mismo autor en sus conferencias “abandoné el libro en sus tres cuartas partes, para escribir otro” ha   abandonado un libro a medias,  retomarlo 15 años después  y fácilmente   volviéndolo a dejar.  Posiblemente  uno de sus libros  puede ser el primero y el último, sin importar el orden pues éste no existe,   peor aún cualquiera de sus panfletos o poemas puede ser el mismo inicio de sus interesados ensayos y viceversa. De este modo muestra el autor la imposibilidad de revelar la importancia de sus distintos temas como una integración que se pudiera asumir como el flujo del discurso y como un canon ascendente.

De esta manera el autor da  origen al acercamiento a la experiencia misma, sin presupuestos a priori, el desorden no es algo espontáneo para el autor pero tampoco premeditado, él  da las posibilidades de asumir la realidad no como un pensamiento dentro de la cotidianidad con tendencias filosóficas,  sino como  el quehacer de la filosofía en todo su resplandor desde la  vida misma. Con todas las particularidades que esta trae consigo, con su nueva (chanse) con la suerte sobre cada ser, esta postura no está formulada bajo un esquema porque “simplemente” la experiencia hay que vivirla lo difícil es pensar la experiencia sin un plan determinado y sobre todo en la actualidad.

 De este modo asumiremos el problema de este proyecto monográfico ya que se concentrará en mostrar las determinadas formas de las diferentes partes que componen la experiencia interior y le da su peculiar  manera de asumirse.

Justificación de la investigación.

En proyecto monográfico se sugiere la descripción  o la exposición de la  experiencia interior como una forma original,  de platear una idea dentro de la filosofía misma bajo el pensamiento del autor Georges Bataille. Al hablar de la experiencia,   la cual en esta  ocasión nos es pertinente mostrar; cómo se configura. Es de total relevancia tratar  uno de los temas en los que nos ubicaremos para acoger la investigación. Y como la pregunta misma nos lo indica,  ha de ser el erotismo, tema de sustancial importancia para nuestros intereses, asimismo habrá otra serie de conceptos que se mueven en rededor de la obra del autor y que nos serán  útiles al momento de lograr nuestro objetivo.

Necesariamente al  hablar del erotismo hablaremos de la forma como el mismo es asumido  “el erotismo es la afirmación de la vida hasta en la muerte” (Bataille, 2007) con esta definición nos acercamos a múltiples apreciaciones que deberán darse bajo la tutela de otros conceptos utilizados en la obra de Bataille, que son la religión, lo prohibido,  la transgresión,  la mística, la sexualidad, el deseo, la angustia, la individualidad, el éxtasis,  el miedo, el límite entre otros  que se cruzaran de manera trasversal durante la presente investigación. El uso de estos conceptos arduamente trabajados por el autor serán abordados desde la estricta necesidad que requiere el desarrollo de la conformación de la experiencia interior.

Cabe resaltar que la investigación sobre la experiencia interior ha propuesto en  contradicho a diferentes posturas filosóficas por intentar ser  catalogada una mística en su sentido peyorativo si se quiere en términos sumamente contemporáneos, pero si asumimos esta mística batailleana podríamos decir que   es una posición totalmente escéptica ante los postulados altamente filosóficos,  pretendiendo asirse  por medio de la mística ante  la abolición de la pregunta.  Con esto la meditación epistémica  pierde relevancia y   se  da prioridad a lo que se experimenta,   a lo que embarga al ser,  a lo que lleva al sujeto a la experiencia, la cual  no habrá  de ser vista con  un matiz religioso,  pues si bien es cierto que la religión servirá como ejemplo para poder comprender lo que en esta investigación nos interesa no alcanza a procurar lo que la experiencia interior propuesta por Bataille manifiesta, pues se debe tener claridad que dicha experiencia es sin ningún tipo de presupuestos y menos dogmáticos.

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