DESENCADENANTE DE LA TRAGEDIA Y CAUSANTE DE UN AMOR EN CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Enviado por Leidy.lkh • 23 de Octubre de 2016 • Reseña • 1.845 Palabras (8 Páginas) • 652 Visitas
LA ALTANERÍA COMO DESENCADENANTE DE LA TRAGEDIA Y CAUSANTE DE UN AMOR EN CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
PRESENTADO POR: Leidy Hernández Bernal
La literatura de Gabriel García Márquez, ha sido una de las más emblemáticas y admirada por críticos, literatos y gente del común, su obra crónica de una muerte anunciada no es la excepción. A continuación, se presentará un análisis Socio crítico realizado en esta obra. Se mostrarán las huellas del sujeto cultural en el libro con el objetivo de demostrar como la altanería puesta en algunos de los personajes, fue la causante de la tragedia que se presenta en el escrito.
El sujeto cultural es visto como aquel que muestra varias ideologías, es decir, es multidimensional. En esta observación se indicarán los idiosemas e ideologemas que identifican a los personajes altaneros y a los que no, para mostrar el contraste ideológico en el texto.
La altanería como el desencadenante de la tragedia y a la vez como la responsable de un amor, es lo llevado a demostrar en esta reflexión. Partiendo de una de las visiones que nos aporta la Sociocrítica, como lo es el sujeto cultural.
Fatalidad, inocencia, sacrificio bárbaro, amor altanero, es una de las cosas que posee esta crónica, resaltando la maravillosa manera de escribir de García Márquez.
El curioso epígrafe del libro, tomado de un poema de Gil Vicente: “la caza de amor es de altanería”, es pieza clave para convencernos, que es la altanería la que va a llevar a lo ocurrido en la obra. Desde antes de iniciar la narración, el autor ya nos está dando una pista.
Cambiando un poco la imagen de la caza,” qué es lo que hacen las aves de alto vuelo”, se podría estar refiriendo al combate de seres altivos y soberbios. De allí, es donde procede el personaje de Bayardo San Román, ese forastero arrollador, dominante, seguro y altanero, el hombre que lo tiene todo y lo puede todo, y ante quien nadie se resiste.
Él se impone ante Ángela Vicario, pues no intenta seducirla sino someterla o en sí comprarla para que se case con él, aprovechándose de la situación económica de ésta y contando con el apoyo condicional de la familia pobretona de ella, interesada en emparentar con hombre rico y de muy buena presencia todo se le hizo más fácil. Únicamente Ángela se resiste, lo cual se ve como indirecto indicio de su valentía. Aún así, la obra nos muestra que Bayardo San Román logró sorprenderla pero no llegó a seducirla, esto se evidencia cuando el narrador de la obra dice: “ella me confesó que había logrado impresionarla, pero por razones contrarias del amor. “Yo detestaba a los hombres altaneros y nunca había visto uno con tantas ínfulas” me dijo, evocando aquel día”.
Esta huella nos conduce a reinterpretar las acciones de Ángela la noche de boda. Todo ello para mostrar que desde el momento que Bayardo San Román pretendió a Ángela Vicario y se propuso casarse con ella, aunque esta no quisiera, se estaba dando paso a una tragedia. La muerte de Santiago Nasar no fue la única tragedia llevada a cabo en la obra, quizás la más trágica y memorable, pero que Ángela Vicario no fuera virgen, desataría un fatal golpe a la honra de la familia Vicario, siendo la deplorable noticia de Ángela Vicario la que llevó a la nefasta muerte de Nasar.
La madre de la novia devuelta, Pura Vicario; siempre procuró que sus hijas aprendieran todos los oficios del hogar para el día que se casaran, por lo tanto, no cabía la idea de que no era virgen: “ellas habían sido educadas para casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina, tejer encaje de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales y dulces de fantasía, y redactar esquelas de compromiso”. “-son perfectas”, les oía decir con frecuencia. - cualquier hombre será feliz con ellas, porque han sido criadas para sufrir”. Lo que demuestra que la madre de Ángela tenía una ideología sobre el papel de la mujer y se encargó de inculcársela a sus hijas y educarlas en ello.
El hecho llevó a que los gemelos Pedro y Pablo Vicario, hermanos de Ángela Vicario quisieran matar a Santiago Nasar, esto porque al preguntarle a su hermana quién fue el causante de su deshonra, ella no encontró otro nombre que el de Santiago: “lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre. –Santiago Nasar- dijo”.
Los padres de Ángela, Poncio Vicario y Purísima del Carmen; fueron un tanto altivos e imponentes con su hija. Pues el argumento en el que se apoyaron para comprometerla fue: “que una familia dignificada por la modestia no tenía derecho a despreciar aquel premio del destino” y aunque Ángela pretendió insinuar la carencia de amor, su madre hizo caso omiso al decirle: “también el amor se aprende” sus progenitores no tuvieron en cuentas sus sentimientos; sometiéndola a casarse con un hombre arrogante y orgulloso pero con mucho dinero, que creía que a todo le podía poner un precio y luego comprarlo.
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