De Amor Y De Sombra Rsmn.

eseña de amor y de sombra

Después de La casa de los espíritus, los bibliófilos esperaban la segunda obra de Isabel Allende, quien con su primera novela ya se había ubicado en el grupo de los mejores narradores de lengua española.

Para Isabel su segunda novela significa un reto: debe escribir un texto que esté a la altura de su primera obra.

La novela está divida en tres partes o momentos narrativos: “Otra primavera”, “Las Sombras” y “Dulce tierra”. Las acciones de cada una de estas partes se desarrollan en diferentes medios: el mundo de Irene, el hogar de los Ranquileo, la vida de los Leal. Pero también se hace capítulo aparte para contar la vida de algún personaje con el fin de aclarar al lector detalles que importarán para entender las reacciones de ellos.

“Otra primavera” fundamenta los hechos de la novela con un estilo claro y directo, original tanto en la forma como en el contenido. Se anuncia en ella la falsedad de una vida burguesa basada sólo en la apariencia (la casa, la madre de Irene); también se presenta la vida sencilla de las familias de campo, con sus creencias, ingenuidades y su lucha cotidiana por la vida (la vida de los Ranquileo y sus vecinos); además, se desarrolla la vida de una familia cuyos miembros se encuentran involucrados en la política revolucionaria (los Leal).

Irene es periodista y Francisco la acompaña en busca de la noticia. La Irene de esta parte de la novela es un personaje desconectado de la realidad, mientras Francisco no se desliga de ella.

En esta primera parte se evidencian más fuertemente ideales políticos de signo definido, que sin embargo no están ausentes en el resto de la obra. Este ingrediente político no acerca, en absoluto, la novela al panfleto.

“Las Sombras”, la segunda parte de esta novela, señala por un lado la angustia que produce la búsqueda de una persona desaparecida y, por otro, el muro de silencio que construye la policía. El ambiente se enriquece con nuevas locaciones y experiencias. Los protagonistas son los mismos, pero en Irene se va moldeando una conciencia de la realidad.

“Dulce patria” es la última parte de la novela. El encuentro con una tumba clandestina en la que yacen las víctimas de la policía, incluida Evangelina, joven buscada por los protagonistas, lleva a Irene al encuentro definitivo y brutal con la realidad; la serenidad de Francisco es su apoyo.

Contrapunto de lo anterior es la consumación del amor de los protagonistas, pieza maestra que ejemplifica la entrega amorosa total.

Sucede una serie de acciones: dar a luz pública por medio de la Iglesia Católica los hechos descubiertos, el atentado contra Irene, la huida al extranjero y la esperanza.

- ¿Volveremos? – murmuró Irene.

- Volveremos – replicó Francisco.

La obra no se aleja del estilo ya manifiesto en su primera novela; más bien

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