Del Amor Y Otros Demonios Gabriel García Marquez

Del amor y otros demonios

Esta novela es desarrollada en el siglo XIV cuando Gabriel García Márquez en sus tiempos de periodista acude al convento de “Santa clara” es aquí donde encuentra algo extraordinario entre todas esas cajas fúnebres, la caja de los restos de “Sierva María de todos los Ángeles” una sierva santa con el cabello de un largo de veintidós metros, algo que es normal ya que de difunta por lo menos tenia doscientos años, años en lo que por lo menos su cabello creció un centímetro por mes, sin embargo toda su vida su cabello nunca fue cortado, con la promesa de que si ella vivía lo cortaría hasta el día de su muerte.

La novela comienza con algo trágico; una simple mordedura a sierva María, de un perro de la calle, que es muy predecible que pueda tener rabia, ya que en la época relatada esta era una enfermedad muy común entre los perros que residían en el pueblo. Para esta enfermedad no existía algún tratamiento cien por ciento eficaz, de hecho al contraer esta enfermedad no existía salvación alguna. Al paso de los días, Sierva María no se ve perjudicada por ningún síntoma, que ya se halla escrito antiguamente de otras personas que hayan contraído dicha enfermedad. Sierva María era hija única del Marqués Don Ygnacio de Alfaro, fruto de su segundo matrimonio contraído con Bernarda cabrera, una mujer despiadada sin amor a su hija que solo le interesaba el dinero y su amor por un esclavo que ella compro con su dinero, que con sus actos gano la muerte y es aquí donde Bernarda pierde interés por la vida y empieza a morir lentamente, donde además jamás le presta atención a su hija. Ella era una niña que había heredado la timidez de su padre, tenía la tez blanca, dientes perfectos, ojos azules como el mar, crece en la cultura de los esclavos de yoruba, comparte sus gustos y habla sus lenguas. Con el paso de los días apenas si se le notaba la herida en su tobillo, así que no se alarmaron tanto, días después la esclava que acompaño a Sierva María al mercado y que solo ella y pocos sabían lo de la mordida del perro se enteró, que, un perro con las mismas características que tenía el animal que mordió a la niña, había muerto de mal de rabia; al saber esto la esclava le cuenta a la madre Bernarda Cabrera, que a la niña la había mordido un perro cuando habían ido al mercado y que ese perro había fallecido a causa del mal de rabia. La historia avanza con el hecho de que la niña empieza a contraer fiebre y su comportamiento es raro, hasta incluso algunos pueden decir que se está convirtiendo en perro. El Márquez al enterarse de la mordedura del perro a sierva María: acude a la ayuda de Abrenuncio un doctor distinguido, lo llevo a su casa, le comento lo que le había pasado a Sierva María, este le prometió hacerle una visita a su casa y examinar a la niña. Al paso de los días el doctor asistió a la casa del Marqués, examino a la niña y encontró la herida prácticamente curada, le comento que no había nada de que alarmase, pero debía tener cuidado, porque existían casos en donde la rabia no se desarrolla inmediatamente sino con el paso del tiempo se desarrollaba.

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