Dibujamos las fronteras a partir de la literatura

Verónica Andrade

Narrativa ecuatoriana

Trabajo N° 3

Cuenca, 3 de abril de 2016

Dibujamos las fronteras a partir de la literatura

Fernando Balseca. En busca de nuevas regiones: la nación y la narrativa ecuatoriana. Tomado de Procesos, Revista Ecuatoriana de Historia No. 8, Quito. Corporación Editorial Nacional, 1996, pp.141-155  

Fernando Balseca en su artículo “En busca de nuevas regiones: la nación y la narrativa ecuatoriana” nos introduce a la literatura ecuatoriana presentándonos un contraste entre cuatro obras emblemáticas. Así, para el desarrollo del artículo las separa en dúos facilitándole al lector la comprensión de los temas a tratar.

En primer lugar, se centra en la descripción de la obra del ambateño Juan León Mera, Cumandá y la del lojano Migue Riofrío, La Emancipada. Detenidamente nos comenta la propuesta de los autores. Al principio, haciendo énfasis en la descripción de los paisajes que Mera realiza, dibujando así las fronteras que en ese entonces aún no se encontraban cerradas. Y después, a medida que avanza manifiesta un interés especial en el papel que cumple Rosaura, quien representa a la Patria naciente. De forma muy bien trabajada, nos comenta sobre la “negociación cultural” que explica el por qué los narradores tienen que sacrificar a su personaje femenino. Esto se da por el hecho de que la memoria colectiva persiste, es decir, no se puede borrar totalmente la historia antigua, las ideas pasadas y cambiar a un nuevo pensamiento.

Las dos obras que continúa analizando Balseca son Pacho Villamar de Roberto Andrade y A la Costa de Luis A. Martínez. Aquí, se toma en cuenta la presencia de mujeres que tienen raíces negras, un poco más voluptuosas que nuestras anteriores protagonistas, incluso más liberales, pero también con un trágico final. El progreso del país es un tema central en estas novelas, y se puede percibir en ellas un tinte político que trata de rescatar la nación de lo que está pasando en cada período, como comenta Balseaca encontramos en ellas: “el peso que la letra tenía en la conformación de los países.” (Balseca 1996: 154)  

Puedo concluir, a partir de este artículo, que la literatura participa activamente en los inicios de la nación y podemos recurrir a ella para conocer nuestro pasado. Es importante resaltar que esta también forma parte del proceso histórico, ayuda a relatar los hechos, ya sea de forma “maquillada”, como lo hizo Riofrío, o no. Un muy buen artículo que puedo recomendar a quienes estén interesados en las novelas de nuestros inicios.

Bibliografía:

Fernando Balseca. (1996). En la busca de nuevas regiones: la nación y la narrativa ecuatoriana. Procesos, 8, 141-155.

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