Distintos tipos de modelos de mujer en los tres cuentos de borges: La Intrusa, Emma Zunz y Pedro Salvadores
Enviado por Santiago Galeano • 22 de Agosto de 2017 • Informe • 1.331 Palabras (6 Páginas) • 891 Visitas
Escuela: EMES 206
Materia: Literatura
TRABAJO PRACTICO N4 "Informe de lectura"
Profesora: Verónica Galván
Alumno: Santiago Galeano
Curso: 6°b
Ciclo lectivo: 2017
INTRODUCCIÓN
Las cuestiones de género tan importantes en la sociedad actual también son materia de representación en la literatura. Los cuentos de Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo quien fue un erudito escritor argentino, pueden abordar distintos modelos de mujer.
En este informe, se confrontarán tres cuentos de Borges, La Intrusa (El informe de Brodie, 1970) Emma Zunz (El Aleph, 1949) y Pedro Salvadores (Elogio de la sombra, 1969). El objetivo es observar cómo en los tres cuentos dan cuenta la diferencia de distintos modelos de mujer.
El informe está organizado de la siguiente manera: En primer lugar, se realiza una breve presentación de los datos más importantes de cada cuento y se narra sistemáticamente cada una de las historias. Más adelante se tomará al personaje femenino de cada cuento y se la analizará más detenidamente tanto en su personalidad como su función en el cuento, todo esto tomando citas textuales. Por último, se exponen las conclusiones que se han extraído del trabajo.
DESARROLLO
Pedro salvadores: "En esta historia los personajes son un hombre una mujer y la vasta sombra de un dictador. El hombre llamado Pedro Salvadores sería un señor como tantos otros de época. Poseía un establecimiento de campo y era unitario. La mujer era su esposa de apellido Planes, los dos vivían en la calle Suipacha no lejos de la esquina Temple. Una noche hacia 1842 escucharon el creciente y sordo rumor de los cascos de los caballos en la calle de tierra y los vivas y mueras de los jinetes. La mazorca, esta vez, no pasó de largo. Mientras los hombres derribaban la puerta, Salvadores pudo correr la mesa del comedor, alzar la alfombra y ocultarse en el sótano. Su mujer volvió a acomodar la mesa en su lugar. La mazorca irrumpió; venían a llevárselo a Salvadores. La mujer declaró que éste había huido a Montevideo. No le creyeron; la azotaron, rompieron toda la vajilla celeste, registraron la casa, pero no se les ocurrió levantar la alfombra. A la medianoche se fueron, no sin haber jurado volver. Aquí principia verdaderamente la historia de Pedro Salvadores. Vivió nueve años en el sótano. La mujer fue despidiendo a la servidumbre, que era capaz de delatarlos. Dijo a todos los suyos que Salvadores estaba en la Banda Oriental. Ganó el pan de los dos cosiendo para el ejército. En el decurso de los años tuvo dos hijos; la familia la repudió, atribuyéndolos a un amante. Después de la caída del tirano, le pedirían perdón
de rodillas. “En este cuento se toma en un principio a la mujer como "basura" ya que es azotada por los federales, más adelante se la toma como un personaje más heróico ya que ayuda a Salvadores a esconderse en el sótano, echar a la gente que podría delatar que su esposo no había huido a Montevideo sino que estaba escondido, toma el rol del hombre ausente de
la casa ya que se gana el pan trabajando cosiendo para el ejército, cría 2 hijo y se aguantó los repudios de la gente diciéndole que tenía un amante mientras su esposo está en Montevideo.
La intrusa: Este cuento narra la historia de dos hermanos, Cristian y Eduardo Nilsen, que viven con la misma mujer, Juliana Burgos (“...no mal parecida, de tez morena y ojos rasgados”). Formados en la barbarie criolla de las profesiones duras y fuera de la ley eran muy unidos, tanto que compartían además de la mujer de la que ambos se enamoran, las características particulares de la soledad y el desgano, tanto que no quieren intrusos en su unión de malevos. Los dos hombres acuerdan repartirse a la mujer, compartirla en la misma casa. Con un tono mandón Cristian le dijo a Eduardo ("..Yo me voy a una farra en lo de Farías. Ahí la tenes a la Juliana: si la querés, úsala). Así, atraídos ambos por aquella mujer a quien trataban como una cosa, objeto de placer y pertenencia, comienzan a celarse. Debido a que la presencia femenina pone en peligro su fraternidad y para evitar la desunión, deciden venderla a un prostíbulo de Morón.
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