Don Quijote De La Mancha
Enviado por agustinalopezm • 31 de Agosto de 2014 • 1.592 Palabras (7 Páginas) • 433 Visitas
1) a- En “Don Quijote de la Mancha” el objetivo de escritura explícito era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías, como así también terminar con el éxito de los mismos. Para poder lograrlo, Cervantes utiliza el recurso de la parodia, es decir, la imitación burlesca de dichas obras literarias. El autor se apropia de la disposición general de dichos libros, de sus personajes, del encadenamiento de aventuras y de sus quimeras.
Algunos ejemplos de esto, lo podemos encontrar en el prólogo:
• “…pues esta vuestra escritura no mira a más que a deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen los libros de caballería.
• “…porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías…”
• “Llevad la mira puesta a derribar la máquina mal fundada destos caballerescos libros, aborrecidos de tantos y alabados de muchos más; que si esto alcánzaseles, no habríades alcanzado poco.”
• "Desocupado lector"... Se burla de los lectores de libros de caballería: para leerlos debes de estar realmente desocupado. Por así decirlo, no se justifica el leerlos, a menos que realmente no tengas nada mejor que hacer.
b- El primer motivo que podemos mencionar que conducen a Cervantes a escribir dicho libro es su posición, ya que él creía que leer muchos libros de caballería podía llevar al lector a un estado de locura (al igual que el protagonista de su novela). Vemos el ejemplo de Don Quijote, quien comienza a confundir la ficción y la realidad por el deseo de convertirse en caballero.
Es por eso que el autor del libro buscaba “deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen”, quería derribarlos, desautorizarlos y desacreditarlos por falsos.
Para poder leer la parodia se necesita pensar a qué se le está haciendo burla y también, en el caso de “Don Quijote de la Mancha”, se debe leer realizando una intertextualidad con las novelas de caballerías. Aquí vemos un ejemplo:
• “…con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido. “ “(…)Se enfrascó tanto en su lectura (…).
Cervantes comienza el prólogo con una ironía: “Desocupado lector (…)” con esta hace referencia a los lectores de los libros de caballería. Dichas novelas eran demasiado explicitas y no apelaban a la reflexión, a la intertextualidad.
2) a- El prólogo de Don Quijote constituye una fuerte impugnación a la forma de escritura de la época que exigía la presencia de ciertos paratextos como las citas, notas al margen, epígrafe, dedicatoria, entre otros, ya que Cervantes mantiene una postura crítica en la que manifiesta que dichos elementos paratextuales son solo “adornos” u ornamentos innecesarios.
“Sólo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de prólogo, ni de la innumerabilidad y catálogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los libros suelen ponerse.”
Por otro lado, Cervantes opina que muchos escritores utilizan los paratextos solo para parecer intelectuales y con la finalidad de ocultar ciertos defectos que tenían sus libros.
“(…) salgo ahora, con todos mis años a cuesta, con una leyenda seca como un esparto (…) sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes”.
b- ) En el prólogo utiliza la técnica de presentar una escena en la que el autor reflexiona y discute dialogando con un amigo, mostrándonos de esta forma una actitud modesta que le sirve para contraponerse a otros escritores. Aquí vemos el ejemplo:
• “(…) Porque te sé decir que, aunque me costó algún trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer esta prefación que vas leyendo. Muchas veces tomé la pluma para escribilla, y muchas las dejé, por no saber lo que escribiría; y, estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla, pensando en lo que diría, entró a deshora un amigo mío, gracioso y bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa; y, no encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el prólogo que había de hacer a la historia de Don Quijote, y que me tenía de suerte que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las hazañas de tan noble caballero.”
• “Oyendo lo cual mi amigo,
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