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Dr. Jekyll Y Mr. Hyde


Enviado por   •  18 de Enero de 2014  •  1.865 Palabras (8 Páginas)  •  374 Visitas

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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Resumen

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde es un libro que fue escrito por Robert L. Stevenson durante el siglo XIX. La novela se desarrolla en Londres y cuenta la historia de un abogado llamado Gabriel Utterson. Utterson era un hombre respetable y correcto, el cual amaba su profesión, pero su mayor gozo consistía en disfrutar de la compañía de sus amistades y un buen vino. El Dr. Jekyll era uno de sus amigos más allegados, y en el momento en que notó que algo no andaba bien, decidió emprender una investigación para descubrir lo qué ocurría.

Todo comenzó una noche en la que paseaba con su amigo el Sr. Enfield, y mientras caminaban por la acera, se toparon con una casa que le traía recuerdos muy extraños a Enfield. Esto despertó la curiosidad de nuestro abogado, quien quiso saber la razón de tal ocurrencia, así que su compañero comenzó a relatar el episodio. Resulta ser que un hombre que iba caminando por la calle chocó contra una niña, la cual cayó al suelo y fue pisoteada por el individuo. Tanto la familia como la comunidad reprendieron la conducta de aquel extraño, y para salir del problema, este les otorgó un cheque firmado por el Dr. Jekyll.

A partir de ese momento, Utterson empezó a preguntarse por qué la firma de su amigo se encontraba plasmada en aquel cheque, pues eso no tenía ningún sentido para él, pero cuando Enfield mencionó que el nombre del extraño era Mr. Hyde, lo comprendió. El abogado asoció el nombre del individuo con el Dr. Jekyll, porque el susodicho aparecía en su testamento, de hecho, el testamento establecía que si algo le llegase a ocurrir al Dr. Jekyll, todas sus propiedades debían pasar a manos de Mr. Hyde.

Este hecho molestaba de sobremanera al abogado, el tema del testamento representaba un asunto que lo atormentaba constantemente. No podía ahogar su curiosidad, por el contrario, esta se incrementaba con el pasar de los días. Llegó un momento en el que no lo soportó más, así que decidió enfrentar a Hyde directamente. Una noche pasaba por la calle en donde se encontraba la casa que atraía extraños recuerdos, de pronto, vio la silueta de un individuo de baja estatura, y supo inmediatamente que esa era la persona que estaba buscando. Se aproximó en línea recta hacia él y le dijo: es usted Mr. Hyde, ¿no es así? Efectivamente era él, pero la conversación que sostuvieron no aclaró ninguna de sus dudas, por el contrario, Utterson había quedado atónito y no podía explicar la sensación de repugnancia que recorría todo su cuerpo tras aquel encuentro.

Una vez que llegó a su hogar, no dejaba de pensar en lo ocurrido hace un par de horas, cada vez sentía más temor por su querido amigo. Temía por Jekyll, porque pensaba que si Hyde llegaba a conocer la existencia del testamento y lo que este contenía, podía apresurarse en su deseo de heredarlo todo y matar al doctor. Utterson se dirigió a casa de su compañero para poder hablar acerca de su preocupación. El Dr. Jekyll le dijo que no había razón por la cual alarmarse, que su relación con Hyde era personal y que debía confiar en él. A pesar de que el abogado no estuvo conforme con la respuesta de su amigo, aceptó su posición.

Casi un año más tarde, ocurrió un acontecimiento terrible. El señor Danvers Carew fue asesinado por Mr. Hyde, quien lo golpeó hasta que dejó de respirar con su bastón. Pero Hyde no se había percatado de que una testigo lo observaba mientras llevaba a cabo aquel deplorable acto. Inmediatamente la policía salió en busca del criminal, al igual que Utterson, quien también ayudaba en la investigación. Sin embargo, no pudieron dar con su paradero, parecía que Hyde había desaparecido de la faz de la Tierra.

A partir de este momento, el Dr. Jekyll recuperó su vida, salió de su aislamiento, nuevamente se convirtió en el anfitrión de sus amistades y en el benefactor de los actos de caridad. Pero, de repente, todo cambió. Jekyll había decidido volver a la soledad, ya no realizaba cenas en su hogar ni permitía que sus amistades vinieran a visitarlo. Utterson, por su parte, concluyó que debía ir a hablar con Lanyon para saber si él sabía lo que había ocurrido, pero para su sorpresa, la respuesta de Lanyon fue lo opuesto a lo que esperaba. Contaba su amigo, que él y el Dr. Jekyll ya no compartían ningún tipo de relación y que no le podía explicar la causa de esto. Pocos días después, Lanyon falleció y le dejó una carta que debía abrir una vez que el Dr. Jekyll hubiese muerto o desaparecido. El abogado no entendía lo que estaba sucediendo, ahora más que nunca vivía en un estado de confusión permanente.

Con el pasar del tiempo el Dr. Jekyll decidió no salir más de su laboratorio, pues no quería que nadie lo viese. Un día, Poole, quien era su criado de confianza, llamó al Sr. Utterson porque estaba realmente preocupado por su amo. Este se dirigió de inmediato a la casa de su viejo amigo. Allí, Poole le confesó su gran miedo, le dijo que la voz que provenía detrás de la puerta del laboratorio no era la del Dr. Jekyll, sino que sonaba como la de Mr. Hyde. Utterson no creyó esto posible, pero debido a que el criado insistió tanto, el abogado decidió cerciorarse

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