EL ANCIANO Y EL NIÑO
Enviado por MANUELA GIANELLA ARTEAGA MARTINEZ • 20 de Mayo de 2020 • Resumen • 836 Palabras (4 Páginas) • 244 Visitas
INTELIGENCIA ESPIRITUAL
CRISTIAN DARIO DIAZ RODRIGUEZ
PRESENTADO A: DOCENTE LUCERO CABRERA
UNIVERSIDAD CESMAG
QUINTO SEMESTRE
PROGRAMA DE ARQUITECTURA
SAN JUAN DE PASTO
2020
EL ANCIANO Y EL NIÑO
- Lo espiritual en el arte
- La practica asidua de la soledad
- El gusto por el silencio
- El dialogo socrático
Importancia escena dramática: La importancia de la escena dramática radica en que con estas, el espectador se implique con lo que esta presenciando, en este caso aplicaremos una escena dramática de manera didáctica.
Existía hace mucho tiempo, un anciano muy sabio y solitario, muy viejo en su vecindario, conocido y querido por todos sus vecinos, …y un niño simpático, pero muy necio, bullicioso de quien se quejaban todos los vecinos por sus travesuras.
Un día el niño salió de su casa, dispuesto a realizar otra de sus travesuras, pero en ese instante noto, que aquel anciano lo observaba y entonces en es momento el niño se acercó al anciano y este comenzó a hablarle por que ya se había dado cuenta de su comportamiento
Anciano: A diario, siempre tomo un tiempo para mí, en soledad.
Niño: ¿por qué? ¿para qué?
Anciano: Así extraigo lecciones oportunas de la vida.
Niño: Y ¿Cómo lo hace?; ¡No lo comprendo!
Anciano: Es muy sencillo.
Niño: ¿A que te refieres?, eres raro.
Anciano: Muy fácil pequeño. Solo examino, pienso y analizo todo lo que he hecho en un día.
Niño: Es muy divertido aprender de los adultos, y mucho mas de una persona tan sabia como tú.
Anciano: Lo entenderás a medida que crezcas. Cuando aprendas a estar solo, podrás descubrir tu riqueza interior.
Si quieres seguir aprendiendo, con gusto te seguiré enseñado, podrás pasar por aquí cuando desees.
Niño: Lo hare, quiero cambiar mi comportamiento, no quiero ser un niño desobediente.
Anciano: Si pones en practica mis consejos, así será. Reflexiona en soledad y silencio todo lo que haz hecho y piensa en que puedes mejorar.
Niño: Lo hare… ¡Te lo agradezco mucho! Nos veremos pronto.
Al día siguiente, el niño regreso muy emocionado a la casa del anciano, ya no era el mismo niño travieso que había mirado el día anterior. Le llevaba unas galletas por agradecimiento al anciano. Y le dijo al entrar a su casa:
Niño: Te agradezco por tus enseñanzas, ayer, quise ponerlo en práctica.
Anciano: Y… ¿Como te fue?
Niño: Pude reflexionar sobre todo lo malo que he hecho, y quiero cambiar.
Anciano: Me siento muy contento de que hayas comprendido lo que te he enseñado.
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