EL EJERCICIO DEL PODER SEGÚN MICHEL FOUCAULT

EL EJERCICIO DEL PODER SEGÚN MICHEL FOUCAULT

El presente escrito va enfocado a realizar un análisis acerca del libro “VIGILAR Y CASTIGAR”, obra escrita por el pensador francés postmoderno Michel Foucault, en cuanto a la práctica del derecho penal y el régimen penitenciario aplicado durante los siglos XVIII al siglo XIX, estudiando así, las relaciones del poder y las tecnologías del control.

La temática principal del autor va encaminada a explicar las formas drásticas de castigo que en esa época eran aplicadas a aquellas personas que con su mal comportamiento o actuar, cometían un delito.

Inicialmente, es importante resaltar que la obra se desarrolla en dos tesis: la primera de ellas trata de un estudio de los métodos punitivos de cara a la economía y a la política; la segunda va encaminada a que existe un conjunto de elementos materiales y de técnicas que sirven de apoyo a las relaciones de poder y de saber, que ajustan los cuerpos humanos y los dominan haciendo de ellos un objeto de saber.

El libro estudia las mencionadas teorías en cada uno de sus capítulos, inicia con el estudio de la pena teniendo como característica principal  durante el siglo XVI “él suplicio”, que se determina como la pena corporal Y exige el cumplimiento de los siguientes requisitos:

1) debe producir cierta cantidad de sufrimiento, es decir, debe ser cuantificable.

 2) dicha producción debe estar sometida a reglas, así, dependiendo de la gravedad del delito, se impone determinado castigo.

3) el suplicio forma parte de un ritual en donde se marca al delincuente que fue víctima del suplicio y, a la vez, se comprueba el triunfo de la justicia sobre el delito.

En otras palabras, El suplicio es entonces venganza del soberano y, en consecuencia, desempeña una función jurídico-política, pues restituye la soberanía lesionada, además de una función económica.

Así mismo, se determinó “el castigo” como requisito de la penalidad, que pasa a hacer parte de la conciencia, la pena que se imponía en espacios públicos, explicada con anterioridad, había desaparecido, por lo que la justicia pasa a descargar la ejecución de las penas al ambiente administrativo, y lo que se busca desde un ámbito penal no es el castigo, con la imposición de la pena se busca corregir o reformar.

Es importante señalar, que se generan razones político-económicas para esta reforma, dentro de las cuales se pueden mencionar: la producción, el aumento de las riquezas, una valorización jurídica y moral más intensa de las relaciones de propiedad, entre otras. Ello se refleja en una intolerancia mayor por los delitos económicos. En este caso, ya no es el soberano quien impone justicia, sino la sociedad entera contra el delincuente la que ejerce su derecho de defensa.

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