EL EXTRANJERO Albert Camus

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO[pic 1][pic 2]

INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

LICENCIATURA EN CIENCIA POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Erick Chávez Castorena

314255

EL EXTRANJERO

Albert Camus

Meursault parece ser un tipo que no siente nada. Tras la muerte de su madre comprende que todo eso es un paso que la vida debe seguir, por lo tanto resulta un poco extraño, para los acompañantes de este, en el funeral de su madre por su comportamiento un tanto sombrío. Pareciera que esta forma de actuar puede ser entendible y hasta cierto punto algo respetable, aunque con el paso de la historia resulta ser de suma importancia tal hecho, pero ¿Qué representa Meursault?, es difícil comprender el actuar de dicho personaje pues para entrar en estas sensaciones que experimente el protagonista uno debe de alejare un poco de su juicio moral y tratar de adentrarse en él.

Una de las acciones que el protagonista tiende a realizar es prestar la menor importancia a hechos, que si bien son cíclicos y tienen que ser cumplidos, que para la mayoría son de suma importancia pues en gran parte resultan ser sucesos agobiantes o incluso demasiado impactantes en la vida de uno. Para Meursault la vida no tiene sentido en sí misma, no tiene importancia el relacionarse, de hecho le es indiferente mantener alguna amistad, mantener una relación o incluso saber con vida a los seres más allegados.

En este entendido la obra de Albert Camus es fácilmente adaptable a situaciones vividas por la sociedad moderna, donde este comportamiento, ya visto por el autor años atrás, comprende a un gran grupo de individuos que cada vez se va acrecentando más, la actitud de Meursault de indiferencia y despersonalización frente a lo moral, a las necesidades y satisfacción; desapego a los sentimientos de los otros y de uno mismo; cada uno de los anteriores se podría esperar desde el momento donde él menciona la forma en cómo se expresa el mismo jefe en cuanto a su actitud en el trabajo, al invitarlo a un nuevo negocio que tiene en mente y le pide la opinión, con una respuesta simple: “Me dijo que siempre respondía con evasivas, que no tenía ambición y que eso era desastroso en los negocios […] Cuando era estudiante había tenido muchas ambiciones de ese género. Pero cuando debí abandonar los estudios comprendí muy rápidamente que no tenían importancia real”. (Camus, 1942).

El aburrimiento y el tedio actuaron contra la personalidad y el ser de Meursault, convirtiéndolo en un ser desapegado a la propia sociedad, claro está que muestra cero hipocresía, poca empatía y algunos vicios creados por la modernidad. Despreocupado por lo moral y el qué dirán lleva al protagonista a realizar actos que no quiere hacer pero tampoco le causan disgusto para evitarlos completamente, probablemente Aldous Huxley lo había visto con anterioridad en su obra un mundo feliz, destacando la poca actitud de los personajes, falta de compromiso y una sombría actitud casi depresiva. Sí bien un mundo feliz es un entendimiento extremo de la evolución de una sociedad totalmente desinteresada, de ella podrían rescatarse una gran parte del comportamiento social moderno.

Aunque para Albert Camus, Meursault es representado en una persona carente se empatía y poca perspectiva de su entorno, parece rescatar a una sociedad con hambre de enfrentarse y de no ver más allá de lo que están dispuestos a hacer, no meterse en asuntos que van más allá de su entendimiento, visto en el momento de ser juzgado el protagonista, con una defensa pobre, un ataque por parte del procurador quien deja de basarse en el caos especial para convencer al jurado con ataques al protagonista que tienen más que ver con asuntos morales y convencido de que su idea de llevar la vida, tal vez hipócrita, sea la más correcta y si alguien no la sigue con esa capacidad cristiana estará siendo un ser sin entendimiento de sí mismo. Al tiempo de que el procurador desea a Meursault en la guillotina, al momento de anhelar su muerte no solo traba y pone en duda su tantas veces mencionada “vida cristiana”, sino se convierte en el propio acusado, no sintiendo nada por su prójimo, pues aunque no lo mate directamente, se sabe con autoridad para que otros realicen tal acto, sin pensar más en él y dejando en lado si tal hecho merecía esta pena, sino basando todo en su creencia pura, mostrando una clara falsedad, ya había aludido Nietzsche ante tal supuesto, cuando hace mención al superhombre dentro del discurso de su Zaratustra donde el hombre no es más que un ser dispuesto a crear supuestos, donde tendrá que ver siempre para superarse como hombre, cuestionando “’Todos los seres han creado hasta ahora algo por encima de sí mismos; y ¿ustedes aspiran a ser el reflujo de este gran flujo y recular hasta la animalidad, antes que superar al hombre?”. (Nietzsche, 1883). Tal vez Nietzsche expresaba Dios Ha Muerto como símbolo de que el hombre ha matado y creado supuestos de un ser que los lleva a donde él quiera, sin tener la reacción exacta ni un mínimo punto crítico en su vida para tomar decisiones conscientemente.

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