EL OTRO SENDERO

A medida que la ciudad fue poblándose y sus espacios fue informalizados, el comercio sufrió una evolución equivalente, fue al margen que empezó a ser realizada masivamente pero en contra de las normas estatal. Surgió así el comercio informal que se denomina mayormente en la calle, bajo la denominación de comercio ambulatorio.

En el caso del comercio ambulatorio la gente comenzó a invadir la vía pública, cuyo uso es de todos, para realizar sobre ella actos de disposición y utilizaría para su operación comercial sin tener licencias, dar facturas, pagar impuestos.

En el caso de los mercados, algunos de los ambulantes que ya se habían instalado en las calles, ante la inseguridad empezaron a edificar sus propios centros de abastos sobre terrenos invadidos o sobre lotes legalmente saneados. Otros contrataron a empresarios formales para el efecto, o se convirtieron en clientes suyos, pero en cualquiera de estas dos modalidades los mercados fueron levantados sin cumplir las regulaciones estatales.

El IDL descubrió al empezar sus estudios sobre el comercio ambulatorio que nadie tenía una idea del número de vendedores que había en la ciudad. Existía un censo realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 1976, arrojaba una cifra de 58,284 ambulantes en los 29 distritos de la capital.

Tantas opiniones discordantes persuadieron al ILD de las necesidades de construir sus propias estadísticas. En enero de 1985 el ILD realizo un censo de ambulantes en la misma área trabajada por el INE en el 76, encontrando que existían 84,327 ambulantes en la ciudad. En enero de 1986 se volvió a repetir el ejercicio hallando esta vez 91,455 vendedores ambulantes. La tasa media anual de crecimiento entre 1976 y 1985 se disparó de 4.6% a 8.5%.

El censo determino que los 91,455 ambulantes ocupan 79,020 puestos de venta en la vía pública, en un régimen informal. Finalmente el censo revelo que el 90% de los ambulantes se encuentra dentro de los límites de edad que se conoce como Población Económicamente Activa (PEA), y que el 54% está constituida por mujeres.

Todos estos datos permitieron determinar que el aporte del comercio ambulatorio a la economía del país es considerable. De los estudios realizados podemos ver que el 83% de los mercados pertenecen a la informalidad.

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