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EL PRINCIPE, NICOLAS MAQUIAVELO


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  3.588 Palabras (15 Páginas)  •  294 Visitas

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EL PRINCIPE

NICOLAS MAQUIAVELO

En todos los Estados y todos los lugares en los cuales se ejerce soberanía sobre los individuos que habitan en ese lugar, han sido o son republicas o principados. Los principados son nuevos o hereditarios. Los principados nuevos, pueden ser del todo, o son miembros agregados a otros Estado. Los dominios que así fueron adquiridos están acostumbrados a vivir bajo el mandato de un Príncipe y se adquieren por las armas propias o por las ajenas, por suerte o por virtud.

Este tipo de principados son los más fáciles de adquirir y en su defecto de conservar. De esta forma el príncipe puede mantenerse en su Principado a menos que sea arrojado de este, y si así sucede este solo debe esperar que tropiece quien le arrebato el poder, para así reconquistarlo.

El príncipe natural es menos propenso a ofender, por lo cual es más amado entre sus seguidores.

En la antigüedad y continuidad de la dinastía se borran los recuerdos y los motivos que la trajeran, pues un cambio deja siempre la piedra angular para la edificación de otro.

Las dificultades prevalecen en los principados nuevos, cuando no lo son del todo nuevos se pueden denominar principados mixtos. En este tipo de principados surgen dificultades, las cuales estriban en que los hombres tienden a cambiar continuamente de señor, con la idea de mejorar, arremetiendo contra este, sin embargo el tiempo les enseña el error.

Si los dos Estados pertenecen a la misma Provincia, tienen la misma lengua y costumbres son más fáciles de gobernar, basta con borrar la línea del Príncipe anterior y respetar las costumbres y ventajas de los hombres que ocupan las tierras.

En el caso que se hable otro idioma y tengan otras costumbres, una solución sería que el príncipe se mude a su nueva ciudad, así puede ver nacer los desórdenes y reprimir con prontitud, además los súbditos están más satisfechos porque pueden recurrir a él fácilmente y tienen más oportunidades de amarlo y temerlo.

Otro remedio es mandar colonias a puntos clave del nuevo estado. Las colonias no gastan mucho ya que se perjudica a quienes se les arrebatan los campos y casas (que son pobres), por lo cual no representan un peligro y los demás como no se sienten perjudicados y tienen miedo de serlo al querer defenderlos, se mantienen tranquilos. Si se utiliza la ocupación militar el gasto es mayor para mantener a los soldados y se genera incomodidad por el alojamiento de las tropas.

Nunca debe entrar en el estado alguien igual de poderoso que el príncipe, ya que los que no están satisfechos se le unirán y se transformarán en enemigos, el príncipe debe ser el defensor de los menos poderosos y debe debilitar a los de mayor poderío. El que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina.

No solo se debe pensar en los problemas presentes sino también en los futuros, si se espera que ocurran se volverán incurables.

Pueden existir dos formas de gobierno, mediante un príncipe que eligen entre sus ciervos los ministros que lo ayudarán a gobernar o príncipes asistidos por la nobleza. Estos nobles tienen estados y súbditos propios mientras que el príncipe con ciervos posee mayor autoridad.

El primero resulta más difícil de conquistar ya que no se contará con el apoyo de los ministros que son ciervos y de poder sobornarlos, nadie los querrá obedecer por respeto al Príncipe original. Pero una vez conseguida la victoria, eliminando al príncipe y su linaje, no se pueden rehacer los ejércitos ya que nadie goza de poder en el pueblo.

Por el contrario, los nobles pueden facilitar la conquista pero será muy difícil mantenerla, se deberá luchar contra los que te han ayudado y contra los que has oprimido. No basta con eliminar al Príncipe y su linaje, sino también con la nobleza, lo que resulta imposible. La única forma es lograr la extinción de los miembros originales de la nobleza a través del tiempo.

Según Maquiavelo cuando se adquieren Estados acostumbrados a vivir con sus propias leyes y en libertad para que el Príncipe pueda conservarlas dispone de 3 recursos:

1. Destruir dichas ciudades. Este sería el mejor método.

2. Ir a vivir personalmente a ellas. Este sería el segundo mejor método.

3. Dejarlas vivir según sus propias leyes imponiéndoles un tributo e implantando un gobierno minoritario. Esta decisión no presenta grandes dificultades llevarla a cabo ya que tal gobierno minoritario le será fiel ya sólo puede mantenerse en el poder con el apoyo del Príncipe que lo ha creado.

Más fácilmente se conserva una ciudad acostumbrada a vivir libre a través de sus propios ciudadanos que de cualquier otra manera, siempre que no se la quiera destruir. Maquiavelo describe una serie de ejemplos tomados de los Griegos y Romanos.

Ahora bien, según Maquiavelo, el mejor modo de poseer un principado míxto acostumbrado a vivir libre y según sus propias leyes consiste en destruirlo.

Y es que quien pasa a ser señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre y no la destruye, que espere ser destruido por ella....Y es que por mucho que se haga y por muchas previsiones que se tomen, si no se disgrega y dispersa a sus habitantes, jamás olvidan aquel nombre ni aquellas instituciones e inesperadamente, ante cualquier imprevisto, recurren a ellos.

Por su parte, las ciudades o países que están acostumbrados a vivir bajo el dominio de un Príncipe, si la familia está extinguida, dado que están acostumbrados a obedecer y, además, ya no tienen a su viejo Príncipe, ni otro de la familia para elegir, entonces, como no están acostumbrados a vivir libres le resulta fácil al nuevo Príncipe anexionador el ganar y guardarse de ellos.

Ahora bien, un Príncipe debería tener siempre presente lo siguiente:

En las Repúblicas hay mayor vida, mayor odio, más deseo de venganza; no les abandona ni muere jamás la memoria de la antigua libertad, de forma que el procedimiento más seguro es destruirlas o vivir en ellas.

Principiados adquiridos con armas propias y talento personal, las dificultades nacen de las nuevas leyes. El innovador se transforma en enemigo de los que se benefician de la legislación antigua y la amistad tibia de los que se benefician de la nueva por el temor hacia los enemigos del príncipe por sus decisiones y ya que no se fían hasta que ven los frutos.

Los pueblos son tornadizos,

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