EL SECRETO DE LAS SIETE SEMILLAS
Enviado por cumpita • 20 de Mayo de 2013 • Trabajo • 2.213 Palabras (9 Páginas) • 443 Visitas
EL SECRETO DE LAS SIETE SEMILLAS
CAPITULO I
Ignacio Rodríguez, es el gerente general de R y G, trabajaba 18 horas diarias, bebía mucho alcohol, fumaba mucho y no practicaba deporte y era un hombre con muchos problemas en el trabajo. Un día se enfureció, gritó y lo insultó a su gerente de ventas que había renunciado momentos antes y esto le ocasionó un pre infarto que lo condujo a la clínica. Al cabo de unos días Ignacio se recuperó, pero el médico le recomendó cambiar su forma de vida. Que se relaje! Que medite! Para ello le fundamentó con investigaciones científicas. Le pareció tonto pero las explicaciones científicas lo hizo pensar y le comunicó a su esposa sobre las recomendaciones del médico y ésta se alegró y le dio la dirección de un maestro hindú.
Al cabo de un mes Ignacio se sentía muy bien pero ese día recibió la noticia que habían perdido una cuenta importante y empezó a gritar e insultarlo a su jefe de ventas. En medio de todo este escándalo sintió un dolor en el pecho y se asustó. Inmediatamente se dirigió a la casa del gurú.
Cuando llegó se estaba arrepintiendo, sentía vergüenza que las personas lo viesen ahí, finalmente un joven lo hizo pasar al interior donde se encontraba el maestro, que era un señor delgado y trigueño, con túnica color azafrán. El gurú le preguntó varias veces a que había ido a buscarlo y éste dio varias veces la respuesta que quería aprender a relajarse, pero el maestro le preguntó una vez más cuál era el verdadero motivo que lo condujo hacia él, la respuesta de Ignacio fue que todo esto era una pérdida de tiempo y se disponía a retirarse. Pero el maestro le preguntó si era feliz, pues esta pregunta lo enfureció a Ignacio respondiendo que él era un empresario exitoso y enumeró sus posesiones a lo que el maestro le respondió que él solo quería saber si se sentía feliz, esto ocasionó que le saliesen las lágrimas a Ignacio. El maestro había irradiado amor. El maestro le explicó que la felicidad no se compra sino se siente y el que siente es el espíritu, entonces ahora debía aprender a generar felicidad en su vida.
Ignacio le pidió instrucciones al maestro para ser feliz y éste sacó un cofre, donde guardaba 7 semillas, las semillas de la felicidad. Le dijo que cada una de ellas tiene una profunda enseñanza. El maestro le entregó la primera semilla para que la siembre y que regrese cuando haya germinado para descifrar la enseñanza.
Ignacio fue a su casa y planto la semilla en su jardín, todos los días la regaba y la cuidaba y la observaba, pero no crecía nada.
CAPITULO II
Después de cuatro semanas, ninguna planta había crecido, Ignacio removió la tierra y sacó la semilla: estaba igual que cuando la planto. Pensó que era un tontera y que perdía el tiempo o tal vez no crecía porque no tenía derecho a su felicidad y acudió donde el maestro a pedirle explicaciones.
Llego a la casa del maestro, le pidió calma y le dijo: te di una semilla golpeada por un martillo. Jamás crecerá; es decir si a la semilla la maltratan, humillan, violentan no germinará, los seres humanos que han sido golpeados de pequeños si pueden crecer, desarrollarse y ser felices, previamente necesitan conocerse a sí mismos, tomar conciencia de su pasado y de cómo los afecta en el presente. LA PRIMERA SEMILLA DE LA FELICIDAD ES EL AUTOCONOCIMIENTO.
Luego el maestro continuo: que al pasar por momentos difíciles se generan emociones fuertes que se registran en la memoria subconsciente, las cuales la recordamos como si fuera ayer y las mostramos sin darnos cuenta, impidiéndonos ser felices. Mientras más conciencia y conocimiento se tenga del subconsciente se tendrá más libertad y capacidad para ser feliz y le pidió que regrese al día siguiente.
El maestro le dijo que cuando uno tiene traumas de niño, las emociones destructivas afloran a la superficie y si uno bloquea estas emociones es como empujar el hielo en el vaso de agua hacia abajo que siempre saldrá a flote, la única forma de bloquearlas es disolverlas como el hielo en el agua y esto se logra con paciencia y que debe integrar su aspecto emocional y racional para que sea feliz; el maestro le preguntó a Ignacio sobre el trabajo y le contó que tuvo un inconveniente con el jefe de despachos, le grito que era incompetente e inepto le pareció normal actuar de esa manera, así le había enseñado su padre, el maestro comenzó a preguntar como era su padre, Ignacio le contó con historias y averiguó que había sido exigente, no aceptaba ningún error, era violento, lo maltrataba con patadas, con palabras groseras y que su madre era fría e impersonal; entonces el maestro entendió porque le había gritado de esa forma al jefe de despachos.
Le explicó que para él era normal la violencia porque creció en ella, que él estaba haciendo lo que su padre hizo con él cuando cometía un error, continuó, en realidad te mueres de miedo de que tu padre, te maltrate y humille.
Al día siguiente Ignacio tuvo otro un mal entendido con el gerente de marketing, ya en la casa del maestro le contó el incidente, le dijo que no se dio cuenta y se sentía estúpido y le dijo que los subordinados aprenden de los que hace el líder no de lo que dice, le contó que sentía cierto placer como discutían sus gerentes el maestro le dijo buscas la violencia para evocar a tu padre, recomendó que tome conciencia poco a poco de sus emociones subconscientes, revisando cómo se manifiestan en su vida actual. A medida que las entienda la ira bajando su intensidad mientras vayas tomando más conciencia de sus conductas. Luego el maestro sacó una semilla del cofre la segunda semilla, le ordenó que la siembre y que regrese cuando empiece a crecer.
CAPITULO III
Comienza con la típica rutina de Ignacio como gerente de su compañía, en la cual enfrenta la incapacidad de sus subordinados en algunas tareas correspondientes a su entorno empresarial.
Luego de recibir la segunda semilla Ignacio asiste donde su maestro para contarle todas sus actividades realizadas, así también lo mucho que había aprendido y cuanto había mejorado su conducta frente al personal que estaba a su cargo , el maestro, como de costumbre lo recibió en su domicilio y le platico acerca del control de sus emociones poniéndole la analogía de la leña mojada, con esto , el maestro le quería hacer ver que cuando se enfrentara a una situación difícil,
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