EL VALOR DE EDUCAR Fernando Savater

EL VALOR DE EDUCAR

Fernando Savater

“¿Qué es la educación?”, ¿Qué ha sido y qué puede llegar a ser?”, ¿Qué esperamos de ella?” son algunas de las cuestiones que se planean a lo largo del libro. Y pienso que no pudo quedar mejor otro título, ya que para mí, el objetivo principal del libro no es enseñar a ser profesor ni mucho menos, más bien, considero que es brindar las armas a aquellos que se van a adentrar en el gran mundo de la docencia y recordarle a aquellos que ya están en ese camino lo bello que es educar y su gran importancia.

“Nacemos humanos pero eso no basta: tenemos también que llegar a serlo”. Esto es algo en lo que no había pensado como tal, pero que al momento de leer me abrió los ojos y fue como si esa idea estuviera en mi cabeza y simplemente no lo veía. Par mí, esto es una parte fundamental de la educación, ya que llegamos a humanizarnos verdaderamente a través del aprendizaje que vamos desarrollando en nuestra vida y que inicia desde el momento en que nacemos, por ejemplo,  en el seno familiar, aprendemos una de las cosas más importantes como lo es el lenguaje, aprendemos de las costumbres y tradiciones que nos irán formando durante la convivencia diaria con ellos, pero como se menciona en el texto,  estos saberes se ven desfasados ante la necesidad de la transmisión de los conocimientos científicos y racional que proporciona la escuela. Ambas son dimensiones distintas, pero que se complementan y son igualmente necesarias.

“El arte de enseñar a aprender consiste en formar fábricas y no almacenes”. Yo relacioné esta parte de formar fábricas con el hecho de que los niños deben tener su propia metodología, en la que experimenten el descubrimiento, la vivencia del saber. El niño debe aprender no porque se lo hayan contado o sólo lo haya creído por que sí, sino porque lo ha visto, lo ha vivido y lo ha comprobado. Entonces lo ha comprendido y por lo tanto lo ha aprendido.

Otro punto que me llamó la atención es lo referente a la libertad, mencionado en el capítulo 4.

“En su República dice Platón: «No habrá pues, querido amigo, que emplear la fuerza para la educación de los niños; muy al contrario, deberá enseñárseles jugando, para llegar también a conocer mejor las inclinaciones naturales de cada uno».

Se entiende que la personalidad no es innata, sino es algo que se forma a través de las vivencias, que nos otorgan un papel dentro de un grupo en sociedad. La educación nos encamina a la construcción de nuestro propio yo. Permite la posibilidad de vernos reflejados y encontrarnos a nosotros mismos. Al fin y al cabo, la escuela viene siendo una especie de simulacro ante de la vida adulta. Los niños juegan a ser mayores, arreglando coches o cuidando a sus muñecos, copian los

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