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ENSAYO DE LECTURA: “SEGUIR SIN TI”


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  2.283 Palabras (10 Páginas)  •  400 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE ZACATECAS

“FRANCISCO GARCIA SALINAS”

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UNIDAD ACADEMICA DE CONTADURIA Y ADMINISTRACION

PORFESOR: JUAN JOSE DE LA TORRE GONZALEZ

ALUMNA: MARILU DE LOS MILAGROS MARTINEZ SALDIVAR

ENSAYO DE LECTURA: “SEGUIR SIN TI”

GRADO Y GRUPO: 1”E”

VIERNES 20 DE OCTUBRE DEL 2017

SEGUIR SIN TI

Seguir sin ti es un libro de la autoría de Silvia Salinas y Jorge Bucay, el libro trata de una exitosa terapeuta especializada en parejas llamada Irene una mujer con dos hijos y su esposo Luis, sin olvidar a su asistente Sonia. Irene tenia bastantes pacientes, era una mujer muy ocupada y solicitada, al grado de que la Editorial Pacifico quería que hiciera un nuevo proyecto, acerca de un manual de asistencia sobre temas de pareja pues quien más que ella para este gran proyecto, si su trayectoria y experiencia hablaban por si solas, esta editorial tenía mucho prestigio pero no era suficiente para que Irene se convenciera de hacer trato con ellos, pues ya tenía una agenda bastante saturada, aunque en ocasiones se animara pues a ella le gustaba ayudar a la gente con su problemas en pareja.

La relación que llevaba con sus hijos no era muy buena, lo que los unía era más costumbre que amor.

Un sábado por la mañana después de que Luis se fuera a trabajar, Irene se levantó de la cama pues era un día de muchas ocupaciones, entonces comenzó a separar los trajes de su esposo Luis pues debía llevarlos a la tintorería pues le quedaba de pasada al súper, siempre siguiendo los consejos de su madre y abuela pensó en que su mama le decía que siempre antes de lavar la ropa vaciara los bolsillos, pero su abuela también tenía un gran dicho que era “Jamás busques donde no debes porque puedes encontrar lo que no quieres”, sin pensar que hacer lo que su mama siempre le decía le marcaria por completo el resto de su vida, su vida se derrumbaría, su familia ya no sería la misma.

Irene vacío los bolsillos, percatándose de una factura del Hotel Volpe, que tal vez por error del empleado lo puso a nombre del Sr. y la Sra. Gracián, porque era obvio que no sabía que no era su esposa, no sabía que aquella mujer era la amante o la aventura del Sr. Gracián, y no, el empleado no era el culpable mucho menos su madre, era Luis el que había fallado, el que había mentido pues no había estado solo en su último viaje, estuvo muy bien acompañado, todas las pruebas estaban a favor de que en efecto Luis la había engañado, había fallado a su familia, a la confianza que Irene le tenía, una prueba más, en el listado de consumo de habitación, tres jugos de zanahoria , una bebida que ni loco Luis hubiera pedido.

Irene solo quedo muy impactada, no lloraba, no decía nada, solo pensaba que como podía ser posible que siendo ella terapeuta de parejas, experta en infidelidades, le hubiera pasado eso a ella, y fue ahí donde de verdad se puso en el zapato de sus pacientes, pues ahora ella lo vivía, sabía lo que se sentía y no era nada fácil, siguió con la compras en el súper con grandes esfuerzos de no llorar, aunque lo logro no consiguió que su cabeza no dejara de pensar las cosas, pensaba cosas muy disparatadas, hasta pensar en seguir como si nada hubiera pasado como  si su matrimonio estuviera mejor que nunca.

Aunque hablando de infidelidad Irene lo entendía pues a ella le había pasado hacía ya muchos años, él se llamaba Pedro habían vinculado hablando acerca de temas de la profesión en un congreso de Paraguay.

Pedro era una persona muy agradable, apuesto, gentil, servicial. Se acercó a ella, pues no aguantaba las ganas de invitarle un café, ella acepto, pues solo sería un café, nada malo, solo dos personas conversando, para ella solo era una aventura de una adolecente, el la seducía, la trataba de conquistar, pero sin ser grosero o morboso, a  Pedro le gustaba Irene, pero tal vez no se atrevía a decírselo, al despedirse, Pedro le propuso un nuevo encuentro, pero esta vez seria al cine, a bailar o ¿porque no? una cena bajo la luna, fui en ese momento donde Irene se dio cuenta de que no podía seguir, esa aventura que aunque nada malo paso, tenía que terminar. Podía hacerlo claro, pero ella prefirió enfocarse en ella misma y en los problemas por los que estaba pasando con su pareja.

Ella lo pensaba pero llegaba a la conclusión de que un café no era una infidelidad, y menso comparada con la gravedad que tuvo lo que Luis le hizo, no solo a ella sino también a sus hijos, pues no sabía ni como decírselos, como hacerlo sin lastimarlos.

Ahora era el momento de hacerle saber a Luis que Irene ya sabía sobre su infidelidad, escucho subir a Luis a la habitación, entonces Irene puso la factura del hotel a los pies de la cama. No hubo reproches, Luis no decía nada, le faltaba el aire, aunque no hizo falta pues su gesto y su cabeza gacha decían sin palabras sus argumentos insuficientes, y aunque en ese momento Irene quería preguntar quién era ella, cuanto tiempo llevaban viéndose, o cual era la verdadera dimensión de los sentimientos que los unían, no dijo nada, solo se acercó y puso su mano en el hombro de Luis para hacerle saber que no necesitaba decir nada.

Después de decirse cosas desagradables, se abrazaron, lloraron juntos largamente, pues sabían perfectamente que para bien o para mal lo sucedido cambiaria completamente sus vidas. Al siguiente día, pudieron platicar con más calma, Luis estaba muy arrepentido y le decía a Irene que no quería que se separaran, Irene se dio cuenta que valía la pena intentarlo, era un agradable gesto de su parte e querer arreglar la situación, pues no solo eran ellos, también estaban sus hijos de por medio.

Después de 6 meses de aquel día, se dieron vacaciones, escapadas los fines de semana para tratar de reencontrarse pero todo era inútil, nada funcionaba, a pesar de las apariencias nada era igual.  También compartían muchas cosas, sus encuentros sexuales eran más frecuentes, aun así Irene sentía que algo dentro de ella estaba roto, no había manera de repararlo. Irene y Luis tomaron la decisión de separarse, aunque los hijos lo tomaron mucho mejor de lo que esperaban, pues aunque ellos pesaban que no, de todo se daban cuenta, Luis decidió irse a vivir a un departamento pero les dejaron claro que ellos podían ir a verlo cuantas veces quisieran, pues necesitaban un espacio para poder pensar mejor las cosas. Irene se sentía ya un poco más liberada pues al fin haría muchas cosas que no podía hacer a lado de Luis, no habría peleas tendría tiempo para viajar, dormir hasta tarde los fines de semana, teatro, cine, salidas con amigos mini vacaciones, natación, yoga, pilates etc.

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