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ENSAYO DEL LIBRO: EL PODER DEL AHORA


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2015  •  Ensayo  •  2.219 Palabras (9 Páginas)  •  1.610 Visitas

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SABRINA URRIOLA VERGARA

PRESENCIA MENTAL

ENSAYO DEL LIBRO: EL PODER DEL AHORA

¿Cómo llegar a la realización espiritual? ¿Existe realmente la felicidad y la infelicidad? ¿Encontrar a Dios es encontrar la iluminación?  El libro El Poder del Ahora es un recorrido a través de la búsqueda de estas respuestas. Estas respuestas no son leyes que gobernaran nuestras vidas, sino más bien una guía, o una señal en el camino, está en nosotros elegir seguir las indicaciones que nos brinda esa señal o no. No se trata de una autobiografía de como el autor alcanzó la anhelada “iluminación”, por el contrario, nos expone las dudas y preguntas que muchas veces han pasado por nuestras mentes.

Ahora que se ha mencionado la palabra mente, es aquí donde empieza la transformación. Lo primero es darse cuenta que uno no es su mente. La mente acostumbra a revisar el pasado o proyectarse en el futuro, es una voz incesante que crea pensamientos compulsivos que nos mantienen en un estado de preocupación, estrés, sufrimiento o apatía. Sin embargo, el secreto está en saber  “observar al que piensa”, un concepto que es difícil de comprender al inicio, pero que en definitiva quiere decir escuchar sus pensamientos, escuchar esa voz en su cabeza que comenta, juzga, se queja, rechaza, acepta o especula constantemente. Pero escucharla desde afuera, como si fuera un testigo observando nada más, sin permitir que esos pensamientos definan lo que somos o que nos agobien. ¿Cómo puede liberarse de la mente observando al que piensa? Pues bien, cuando escuchamos un pensamiento, nos volvemos conscientes no solo de ese pensamiento, sino de nosotros mismos como observadores o testigos. Al ser conscientes de un pensamiento, este perderá poder sobre uno, ya que experimentamos un instante de “no mente” que va más allá del pensamiento, esta brecha es la presencia consciente. Si bien es cierto al principio podría ser difícil sostener esta presencia o permanecer en estado consciente por mucho tiempo, pero es en esos instantes donde es posible experimentar la unidad con el Ser, que trae consigo paz y quietud interior.

Ese Ser que es la vida, va más allá de las formas materiales, del nacimiento y la muerte, no se puede buscar en la mente ni entenderlo, solo sentirlo. Sentir el Ser es estar en estado de consciencia y presencia en el Ahora. El Ahora es el momento en que vivimos, no existe el pasado ni el futuro, solo este momento conocido como “Ahora”. A veces el momento presente puede resultar inaceptable, doloroso o desagradable, y como mecanismo de defensa la mente va a ver una solución en el futuro, en la promesa que el mañana será mejor, que conseguirá un trabajo, que encontrará pareja, y que al conseguir todo eso será entonces feliz. Pero la realidad es que puede que incluso consiga todas esas cosas que anhela, pero la mente continuara buscando siempre algo más, algo mejor, nunca estará complacida con el presente, con el momento que está viviendo. O en el otro extremo,  la mente también tiende a revivir experiencias del pasado que traen consigo sentimientos de culpa, de soledad, de impotencia por las cosas que no ha logrado, por eso errores cometidos y está constantemente impidiendo sentir el Ser, el espíritu interior más allá de los pensamientos. Lo único que trae consigo el tiempo psicológico, es decir el pasado y el futuro, es sufrimiento y dolor. Es decir que la mayor parte del sufrimiento humano es en realidad innecesario.

Es importante recalcar que conectarse con el Ahora no quiere decir no plantearse metas u objetivos para su vida, ya que esta es la esencia de la supervivencia. Ni mucho menos significa estar en un estado de trance o de quemeimportismo, al contrario, significa estar alerta al momento presente, de a ser capaz de reconocer la belleza en la vida, en la naturaleza, en todo lo que nos rodea. Es en esos momentos de no-mente, de conciencia presente, cuando se puede apreciar la belleza más allá de las dimensiones de tiempo o espacio del universo. Esto la mente no puede captar, ya que la mente no puede crear ni reconocer la belleza. Un artista, consciente o inconscientemente, experimenta brechas de no-mente del que surge la creatividad, que solo es posible cuando hay quietud mental, sin intromisión de pensamientos que distraigan.  

Esas brechas de no- mente son las que permiten percibir el Ser, el Yo Soy siempre presente, saber y estar en ese estado de presencia es lo que se conoce como la iluminación. La iluminación es la verdad que nos hará libre de la ilusión del cuerpo y la mente, del miedo y el pecado, de la inconsciencia y de la locura, que en realidad son lo mismo. En la iluminación podemos sentir el cuerpo interior, esa presencia interior y saber que existimos más allá de una forma externa. Sin embargo, mientras la mente y el pensamiento compulsivo toman toda nuestra atención, no es posible sentir el cuerpo interior ni el Ser. Simplemente necesitamos dirigir la atención al cuerpo, a la energía imperceptible  que da vida al cuerpo físico, en lugar de dirigirla al pensamiento. Existen muchos tabúes en cuanto al cuerpo, que surgen desde Adán y Eva, las religiones, que crean una disociación de la mente y el cuerpo, de ahí que surge la pregunta si uno tiene un cuerpo o es un cuerpo. Pues bien, el cuerpo que se puede tocar o ver es solo una ilusión; bajo este cuerpo tangible está el cuerpo interior, ña entrada a lo no manifestado. Solo allí es posible unirse con Dios, con el Ser, con la Vida.

Cuanto más conscientes estamos del cuerpo interior, generamos más vibraciones que atraen situaciones positivas en lugar de negatividad. Estamos conscientes del momento exacto en e que estamos, concentrados en lo que estamos haciendo, en sentir nuestro cuerpo interior. Nos encontramos en un estado de calma, donde es posible encontrar respuestas que no existen en la mente. Estar en un estado de calma no significa no sentir emociones, las emociones son la reacción del cuerpo a los pensamientos. Estar conscientes de las emociones permite que estas no nos dominen, que no nos identifiquemos en ellas. Prestar atención de las emociones es la clave para una transformación, ya que una atención plena conlleva  a la aceptación de esa emoción. Una vez que aceptamos una emoción no podemos permitir que ella permanezca por mucho tiempo en nosotros, eso solo provocaría pensamientos compulsivos, desdicha, sufrimiento  e incluso enfermedades. Cuando la mente insiste en aferrarse a estas emociones o patrones destructivos, es una señal de que ha experimentado el perdón todavía. El perdón es abandonar las quejas o dejar ir la tristeza que ha sido ocasionada debido a una persona, situación o condición del pasado, presente o futuro. Perdonar significa aceptación, la no resistencia  a la vida. Esto no es lo mismo que resignarse.

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