ENSAYO DEL LIBRO “EL PRÍNCIPE” DEL AUTOR NICOLÁS MAQUIAVELO
Enviado por Pris Jahfet • 22 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.532 Palabras (7 Páginas) • 418 Visitas
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LICENCIATURA EN DERECHO
ALUMNA: CABALLERO VELÁZQUEZ PRISCILLA JAFET
MATRÍCULA: 188715
MATERIA: TEORÍA GENERAL DEL ESTADO
ENSAYO DEL LIBRO “EL PRÍNCIPE” DEL AUTOR NICOLÁS MAQUIAVELO
Introducción.
Es importante tomar en cuenta el contexto histórico-político en el que Maquiavelo escribió esta importante obra, como consecuencia de la preocupación del autor por el destino que tomaría su tan querida Italia, dado que su patria se encontraba en una situación económica, política y social muy deplorable debido a la dominación que ejercían los extranjeros.
Cabe mencionar que Maquiavelo era un hombre realmente interesado por la política y el gobierno de su país; esto lo orilló a realizar un escrito en el que plantea una idea muy clara de cómo le gustaría que fuera gobernada Italia y, más que ser un simple libro de la época, considero que es un manual preciso de la forma en que debe conducirse un gobernante para conseguir bienestar y prosperidad para sus gobernados.
En el siguiente ensayo se abordarán los temas más relevantes de “El príncipe”, se hará un análisis muy personal y se realizará una comparativa con el gobierno y las instituciones del México actual, para averiguar si el libro de Maquiavelo se adecúa a las situaciones que vivimos y qué tan acertado estaba en sus afirmaciones.
Desarrollo.
Para Maquiavelo existen dos únicas formas de Gobierno: la República y el Principado, sin embargo únicamente se centró en explicar el segundo. Nos menciona entonces que el Principado puede ser hereditario, adquirido o mixto. Siendo a mi consideración la mejor forma de Gobierno el Principado Mixto, pues éste utiliza normas antiguas y nuevas con la intención de mejorar, sin embargo, es importante cumplir con ciertos principios que harán del gobierno una entidad próspera.
Maquiavelo fue muy acertado al dictar ciertas características para que un gobierno fuese efectivo, siempre recomendó que el gobernante fuera capaz de mantener el control y el orden, manteniendo a la ciudadanía temerosa, pero siempre creyó necesario el apoyo y la aprobación del pueblo; puede que suene contradictorio o sumamente difícil, pero un buen gobernante siempre tendrá esa facilidad de mantener el tan mencionado binomio amar-temer.
En México sucede que el poder lo obtienen los gobernantes por medio de algo que Maquiavelo llama “maldad” y “favor de sus conciudadanos”, esto es, mediante la crueldad, inhumanidad y traición, además de llegar al poder con apoyo de personajes poderosos y adinerados y, en ocasiones, con el apoyo del mismo pueblo.
Generalmente, podemos desaprobar esta idea, sin embargo no es tan descabellada como pensamos, pues mientras sus fines sean procurar el bienestar y la seguridad de los conciudadanos, será de suma utilidad. Resulta una lástima que nuestros actuales gobernantes no estén interesados en lo absoluto en la prosperidad de nuestros gobiernos y que, en cambio, se estén favoreciendo de ello y anteponiendo sus intereses personales.
Un ejemplo nada alejado de la realidad es el gobierno de nuestro actual Presidente de la República Mexicana, quien con el apoyo de gente poderosa, es decir, su partido político, llegó a ser el candidato del PRI para la presidencia de la república; y, con el voto del pueblo en las elecciones del 2012 logró ser el nuevo presidente. Durante su mandato se le ha criticado de ser cruel con los ciudadanos, incluso acusándolo de la muerte y desaparición de muchas personas; sin embrago, segura estoy de que su fin no era tener en contra a todo el pueblo mexicano, pero las cosas se salieron de control al carecer de todas aquellas características que Maquiavelo menciona.
Siguiendo con el ejemplo anterior y trasladándolo a la obra de Nicolás Maquiavelo, quien nos dice que para conseguir un buen Estado es necesario contar con dos básicos fundamentos: buenas leyes y buenas armas; puedo afirmar que el Estado Mexicano posee excelentes normas y leyes, lo que está mal es la inadecuada aplicación de las mismas. Hablando de buenas armas, el autor se refiere a los ejércitos y tropas con las que cuenta un país para defenderse, no solo en guerras, sino cuando dentro de la misma nación reine el desorden y el caos provocado por los propios habitantes. En este sentido, México cuenta con una Armada Nacional que, si bien es cierto, no es la que mayores recursos posee, se caracteriza por su orden y disciplina, sin embargo, existen otros organismos encargados de garantizar la seguridad de la población, distribuidos en toda la nación: policía federal, estatal y municipal. Estos cuerpos policiacos fueron creados para mantener el orden y, siguiendo con el consejo de Maquiavelo, es importante que sean personas de la entera confianza del gobernador, es decir, personas ideales para desempeñar el cargo. En nuestra actual realidad no sucede así, estos policías carecen de una correcta capacitación y entrenamiento, son elegidos por personas que tampoco están capacitadas y muchos de ellos ocupan los cargos sólo porque recibieron apoyo de gente poderosa. Y aquí es cuando se suscitan los problemas, pues al carecer de preparación, se van a dejar corromper y esa garantía de brindar seguridad a su patria, se pierde por completo. Otros funcionarios de suma importancia para un Estado bien organizado, son los que Maquiavelo llama “ministros”, que en el actual México son los encargados de cada una de las Secretarías de Estado que rigen a nuestro país. Él nos menciona que, al igual que para elegir a sus tropas, el gobernante debe ser inteligente para saber a quién otorgará estos puestos, pues ellos serán los encargados de que el gobierno funcione de manera adecuada y correcta. Para esto es necesario que estos hombres no vean por su propio bienestar, sino por el bienestar del gobernador y, sobre todo, de los gobernados; a cambio, el gobernador debe ofrecer un sueldo prometedor y debe hacerle sentir importante, esto con el fin de que no lo traicione y no se deje corromper. Esto en México no se aplica, pues mientras los funcionarios se enriquecen cada vez más a costa del pueblo, este no hace más que sumergirse en la pobreza.
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