ETICA PARA AMADOR-RESUMEN DE TODOS LOS CAPÍTULOS.
Enviado por Hannabu • 18 de Mayo de 2013 • 6.034 Palabras (25 Páginas) • 1.062 Visitas
ETICA PARA AMADOR
FERNANDO SAVATER
CAPITULO I
De qué va la Ética
En el capítulo I nos pretende enseñar que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Como nadie es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. (Savater, 1996, 15).
Nos habla que ciertas cosas nos convienen y otras no. Y el se refiere a ciertas cosas que no nos conviene si queremos seguir viviendo. Él llama a las cosas que nos convienen "buenas" porque nos sienten bien, y a las que nos sientan mal las llamamos "malo". Saber lo que nos conviene es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir. También nos habla que hay algunas cosas que pareciéndonos buenas pueden ser muy perjudiciales para nosotros. (Savater, 1996, 16)
Durante todo el libro ejemplifica sus definiciones o sus opiniones, y en el capítulo I nos habla sobre las hormigas blancas (tema muy entretenido), que levantan su hormiguero varios metros de largo y duros como la piedra. (Savater, 1996, 18) El hormiguero les sirve de caparazón contra ciertas hormigas mejor que ellas. Cuando un hormiguero se derrumba las termitas-obrero se ponen a hacer de nuevo el hormiguero, las termitas-soldado defienden a la tribu, y cierran el hormiguero con ellas afuera, dando su vida por la tribu. Los hombres tenemos diferentes formas de pensar y por lo tanto el criterio de lo bueno y lo malo no puede nunca llegar a ser el mismo para todo el mundo. Nos pone varios ejemplos de la libertad de los hombres, como por ejemplo en la Ilíada, donde Homero Simpson cuenta la historia de Héctor, el mejor guerrero de Troya que espera firme a Aquiles, éste más fuerte que Héctor y probablemente va a matarle. Pero Héctor lo hace por su deber, que consiste en defender a su familia. (Savater, 1996,19). El hombrea diferencia de los animales es un ser racional al que se le da la opción de elegir y por lo tanto de equivocarse. Un animal tiene una vida programada por la naturaleza, y no tiene más remedio que cumplirla. En cambio los hombres nacemos libres, tenemos una vida por delante que debemos construir nosotros mismos. (Savater, 1996, 20).
No podemos ser libres de elegir lo que nos pasa, si no libres de responder a lo que nos pasa de tal o a cual modo. Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo libertad que la omnipotencia. (Savater, 1996, 22) Por ello cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podemos obtener de nuestra libertad. (Savater, 1996, 23). También es verdad que el medio en el que nos desarrollamos tiene mucha influencia en nuestra vida y en lo que consideramos bueno y malo. (Savater, 1996, 25)
CAPITULO II
Órdenes, Costumbres, y Caprichos
Las circunstancias nos imponen elegir entre dos opciones que no hemos elegido: vamos, que hay ocasiones que elegimos aunque preferiríamos no tener que elegir. El primer filósofo que se ocupó de esto fue, Aristóteles. (Savater, 1996, 27). Por lo general uno se pasa la vida dando vueltas a lo que nos conviene o no nos conviene hacer. La mayoría de nuestros actos los hacemos casi automáticamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto.
Otro ejemplo más, te despiertas y apagas la alarma, te quedas otro ratito más, te levantas por que le autobús no espera, te duchas, (Savater, 1996, 29) has ido dando patadas a una lata vacía. No creo que cada uno de esos actos los hayas realizado tras angustiosas meditaciones: "¿me levanto? o ¿no me levanto? no se parecen a las del pobre capitán del barco, tratando de decidir si tirar la carga o no. Has actuado de manera casi intuitiva, sin plantearte muchos problemas. A veces darle demasiadas vueltas a lo que uno va a hacer nos paraliza. Después Savater explica la siguiente pregunta: ¿por qué he hecho lo que hice? Nuestras acciones debemos decidirlas nosotros. Lo que hacemos cada día, en cambio, pueden llegar a ser costumbres que ya realizamos sin pensarlas, por ejemplo él lavarnos o él peinarnos. (Savater, 1996, 30). Motivo es la razón que tienes o al menos crees tener para hacer algo. Uno de los tipos de motivación que reconoces es el de que yo te mando que hagas tal o cual cosa, a estos motivos se le llaman "ordenes". Al motivo que sueles hacer siempre y lo repites casi sin pensar se llama "costumbres". El motivo que parece ser la ausencia del motivo se le llama "caprichos". Los "funcionales" introducen aquellos gestos que haces como puro y directo instrumento para conseguir algo. (Savater, 1996, 31). Cada uno de los motivos inclina tu conducta en una dirección u otra, explica más o menos tu preferencia por hacer lo que haces frente a las otras muchas cosas que podrías hacer. La pregunta para plantear sobre ellos es ¿de qué modo y con cuanta fuerza te obliga actuar cada uno? Por qué no todos tienen el mismo peso en cada ocasión. A la hora de hacer las cosas, las hacemos por varios motivos:
-Por órdenes: esperando o un castigo o una recompensa.
-Por costumbre: porque es algo que estas habituado a hacer y ya haces sin pensarlo.
-Por capricho: porque es algo que nos apetece hacer. (Savater, 1996, 32).
Está claro que la mayoría de las cosas que hacemos las hacemos por capricho, pero, hay que tener claro que no todo se guía por lo que nosotros queremos o no queremos hacer, también hay otras personas que quieren hacer cosas tan diferentes a las nuestras, que hasta las pueden ver mal, y por ello existen las órdenes, para que nos marque la libertad y haga la vida más feliz a todos. (Savater, 1996, 35).
Aunque el autor nos dice que no podemos hacer lo que queramos creo que si lo podemos hacer pero el acto realizado puede traer consecuencias no muy agradables, pero también es cierto que de cierta manera tenemos una libertad un poco limitada ya que hay cosas que nos suceden y que no son producto del actuar de otra persona, que no nos benefician, sino que nos perjudican en algo, o simplemente son cosas en las que no podemos tomar parte alguna. Cuando nos plantea la voluntad, creo que es algo muy parecido a lo que he estado mencionando anteriormente ya que aunque si existen diferencias, esta nos va a llevar a realizar una actividad de bien o mal; con todo esto en conjunto y llevándolo por el buen camino, desde mi punto de vista después de haber visto la reflexión del autor, creo que no va a crear lo que para nosotros podría ser la felicidad. (Savater, 1996, 35).
CAPITULO III
Haz lo que Quieras
La mayoría de las cosas las hacemos porque nos las mandan, porque son un medio al ridículo, censura, chismorreo, deseo de aceptación en un grupo, o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas así, sin más ni más.
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