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El Camino De Santiago


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  1.233 Palabras (5 Páginas)  •  365 Visitas

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Otra prueba del sentido reconocimiento de Alejo Carpentier por el género

picaresco español está contenido en su revelación de que su primer

cuento «Camino de Santiago», de Guerra del tiempo, fue «escrito técnicamente

en el lenguaje de la picaresca»17. Correspondiendo con su estilo

barroco tomó forma un fino sentido del humor que reproducen las diversas

apreciaciones satíricas e irónicas que sobre el protagonista de este cuento

concibe el narrador. Estas incurren durante el período confuso de transformación

de Juan el romero en Juan el indiano. En el curso del cumplimiento

de su promesa de hacer una peregrinación a Santiago de Compostela

van apareciendo las señales visibles de una futura actitud, en Juan el

devoto se van profundizando sus proyecciones humanas, sus debilidades,

que patentizan su verdadera personalidad. Notamos una lenta, pero sistemática

mutación de un hombre en otro, transformación que se mide por

el contenido de la calabaza del romero, pues en Bayona «cuando regresa

al hospital no es agua clara lo que carga en su calabaza, sino tintazo del

fuerte»18. Cuando la primera fase de su metamorfosis espiritual concluye

el picaro Juan aparenta ser el hombre devoto por lo conveniente que re-

16 Ibid., p. 44.

17 CARPENTIER, «Habla Alejo Carpentier», p. 28.

18 ALEJO CARPENTIER, «Camino de Santiago», en Guerra del Tiempo (Barcelona, Barral, 1971),

.21.

Alejo Carpentier en el contexto histórico y estilístico 165

sultaban esas apariencias, así ya no es vino tinto sino licor fuerte lo que

lleva para animar su espíritu: «por gozar de las ventajas de las licencias,

sigue llevando Juan el hábito, la

«Camino de Santiago» es el camino de las contradicciones humanas,

de la duda, de la búsqueda y del encuentro del hombre consigo mismo.

Es enfrentamiento entre la creencia y la práctica. En su afán de riqueza

Juan de Amberes viaja a Las Indias para descubrir que existe un abismo

entre lo predicado en el viejo mundo y lo practicado acá, en esta parte

del mundo «donde el Santo Oficio, por cierto, mal se cuida de las idolatrías

de negros que no llaman a sus santos por sus nombres verdaderos,

...ni de las mentiras de los frailes que llevan las indias a sus chozas para

adoctrinarlas de tal suerte que a los nueve meses devuelven el Pater por

la boca de diablo»20. Esta crítica irónica contiene un carácter recriminatorio

del papel histórico de la Iglesia desde su establecimiento en América.

Desde entonces Juan establece las diferencias entre el «aquí» y el «allá»

esencia de la ironía existencial por sus contradicciones históricas. Juan de

Amberes comienza a experimentarlas en su paciencia, insatisfecho con las

sorpresas que la realidad americana le había reservado «maldice al hideputa

de indiano que le hiciera embarcar para esta tierra roñosa»21. El paraíso

que le había pintado el indiano era el producto de su imaginación

mítica porque lo que experimentaba estaba muy distante del cielo, era el

reino de la mezquindad, del egoísmo, del rencor entre los recién llegados.

Se lamenta Juan: «Y así se lleva, en este infierno de San Cristóbal, entre

indios naboríes que apestan a manteca rancia y negros que huelen a gorduña,

la vida más perra que arrastrarse pueda en el reino de este mundo.

¡Ah, Las Indias! ¡Las Indias!»22.

Juan representa una actitud humana, un elemento social sobre el cual

se concentran las contradicciones de una institución. La fiabilidad de este

personaje, el rechazo de sus circunstancias históricas reafirman sus características

humanas. En este cuento Carpentier nos hace comprender, por

medio del prototipo Juan, el espíritu motor que mueve la empresa de la

colonización, el hombre desilusionado por la frustración de su ideal retornará

a su punto de origen clamando o exagerando las maravillas de

América para atraer a otro incauto idéntico como él, ambicioso de fortuna.

Así se mantiene vivo el mito del eterno retorno, se concluye un

círculo para abrir otro nuevo, se inicia la nueva vuelta a América, a las

19 CARPENTIER, ibid., p . 27.

20 CARPENTIER, ibid., p . 38.

21 CARPENTTER, ibid., p . 34.

22 CARPENTIER, ibid., p. 33.

166 Julio Ariza González

Indias, se instala definitivamente el ciclo interminable: Juan Romero se

convierte

...

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