El Cándido O El Optimismo. Voltaire
Enviado por MariaJose1990 • 29 de Noviembre de 2012 • 393 Palabras (2 Páginas) • 1.133 Visitas
Comentario sobre El Cándido o “el optimismo” de Voltaire
La obra representa una historia de desencanto ante la fatalidad del destino, es una burla, una crítica al “falso” optimismo de Leibniz, a su premisa en la que afirma que “todo es posible en el mejor de los mundos posibles”. Según esta creencia, todo lo que ocurre ha de ocurrir, así es un mundo totalmente equilibrado, de armonía universal. De ahí que todo sea “perfecto”. Esta perfección se ajusta a la bondad de los hechos, el mundo es perfecto porque Dios es perfecto, y Pangloss (Leibniz) afirma que todo sucede por algún motivo. En caso contrario, Dios no hubiera creado los fenómenos destructores ni permitiría que acaecieran las “aparentes” desgracias, de las que está repleto el libro.
Cándido, el protagonista, puede ser interpretado como un personaje que reflejaría a Voltaire. En su infancia, había sido educado por el maestro y filósofo Pangloss, quien representa a Leibniz. Pangloss cree que: “Las cosas no pueden suceder de otro modo, porque estando todo hecho para un fin, todo lleva necesariamente hacia el fin mejor”. En un principio, Cándido sigue creyendo en la perfección del mundo a pesar de la cruel realidad. Sin embargo, progresivamente, se va debatiendo en su interior, dudando cada vez con más fuerza, entre el idealismo que le dicta su mente y la despiadada realidad que le golpea continuamente y que, prácticamente, le deja sin aliento y sin esperanzas. Para su desgracia, termina descubriendo que el mundo tiene muy poco de bondad y el futuro es muy poco predecible. Finalmente, se impone el instinto de supervivencia.
Cándido acaba encontrando la tranquilidad de espíritu (no la felicidad) en la sencillez, en el trabajo. Todo lo demás es ocioso, como razonar sobre las causas y las consecuencias (precisamente lo que hace Pangloss) cuando lo que verdaderamente importa es vivir, disfrutar de los placeres sencillos y aceptar sin más las desgracias venideras, sin pararse a considerar si son justas o no (es irrelevante que la providencia divina esté detrás de ellas o no). La vida es una lucha que no tiene fin hasta la muerte y sólo tenemos una vida para vivir, así que... ¡a vivir! Éste parece ser el último consejo que nos ofrece Voltaire en su novela.
María José.
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