El Diablo De Los números, La Primera Noche

El autor nos cuenta la historia de Robert, quien le tenía miedo a las matemáticas y cómo a partir de una noche, después de hartarse de tener siempre las mismas pesadillas que le hacían malas pasadas, un diablillo, el Diablo de los Números, apareció en sus sueños para hacerle ver que las matemáticas no son tan difíciles como muchas personas creemos.

Esa noche se soñó en una pradera y entre la hierba alta estaba un señor muy viejo y bajito, él era el diablo. Robert sólo se quejaba de que las matemáticas, y el diablo molesto se hinchaba y hacía cada vez más grande, le desesperaba.

Algo que me parece interesante es cuando el diablo dice que “La mayoría de los verdaderos matemáticos no sabe hacer cuentas”. Eso me deja con bastante curiosidad de saber si es cierto. Y de alguna manera podría decir que sí. La materia que cursamos este semestre se llama Razonamiento lógico matemático, y creo que es en esto donde podría encontrar mi respuesta. Un matemático no es precisamente el que sabe hacer cuentas, sino el que es capaz de razonar de manera lógica problemas matemáticos y después resolverlos.

Otro punto importante de este primer capítulo es que el diablo le dice a Robert que en realidad lo diabólico de los números es que son tan sencillos que ni siquiera se necesita una calculadora, que para empezar sólo hace falta el uno, con él se pueden hacer números tan grandes hasta el infinito, pero también infinitamente pequeños, y le dio un ejemplo con un chicle gigante, que si lo repartían entre dos, esas dos partes en sus mitades, y así sucesivamente, dividirían el chicle en partes no perceptibles a la vista, hasta que cada persona en el planeta tuviera su parte del chicle.

Luego le mostró un pequeño truco con los unos: multiplicarlos en forma de 1x1=1, 11X11=121, 111X111=12321. Robert preguntó al diablo que si había intentado con 11111111111x11111111111; y al mismo tiempo le dijo que no creía que resultara. El diablo hizo la operación en su mente y efectivamente, no resultaba, le preguntó a Robert que cómo es que sabía, y e´l dijo que sólo lo adivinó; a lo que el diablo molesto le dijo que en las matemáticas no se adivina nada, todo se procede con exactitud, eso me queda más que claro. El diablo terminó muy molesto, se hinchó nuevamente y estalló de rabia.

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