El Espacio De "El Retrato De Dorian Gray"

La obra maestra de Wilde, se retrata en la ciudad de Londres en el siglo XIX. De cualquier manera, es un hecho casi contundente que la historia se está llevando a cabo en el último tercio de éste, pues el siglo XX es acatado por los personajes como la época próximamente venidera. Lo cual nos dice que el XIX está pronto a acabar. Inevitablemente, es de suma necesidad inferir que nuestros personajes viven todavía bajo el reinado de Victoria I, en la aclamada época victoriana. De esto se puede concluir lo profundamente cultos que los personajes principales son, y los interminables conocimientos de arte y ciencia que estos poseen.

Londres es una ciudad sinigual, despampanante y no necesariamente a la vista, sino simplemente a la descripción. Wilde nos transporta de un lugar a otro para enfatizar la importancia social y jerárquica de Dorian Gray, Lord Henry y Basil Hallward. Y aunque bien, no todos los ámbitos son conocidos pues pertenecen éstos a las mansiones y hogares de los mismos personajes, se encuentran a su vez algunos escenarios reales de importancia cultural para los londinenses.

Algunos de los escenarios interiores escogidos por el autor para desarrollar parte de este legado literario fueron la mansión de Witanhurst en Highgate Hill, y el Wilton’s Music Hall, donde se recreaban los espectáculos más populares de la década.

La famosa zona de Westminster conserva aún el misterio imponente descrito en la obra, asimismo el mercado de Smithfield aún corresponde a un emblema romántico londinense. Ambos fueron, igualmente retratados por Wilde para el transcurso de la oscura historia de Gray. Así como el Ayuntamiento de Chiswick, el edificio de la Royal Exchange y Bell Yard, antigua bolsa y Tribunales de Justicia de Londres respectivamente.

Otros de los establecimientos en Londres que han dejado constancia en las páginas de “El retrato de Dorian Gray” fueron el pub Crocker’s Folly y el Café de París.

Se puede concluir que aunque se describen los más elegantes eventos y los más bellos salones, el ambiente de la historia es cruel, trágico, infeliz, de sumo placer y goce material y superficial. Ironía que hace al lector envolverse en esta obra maestra.

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