El Llano En Llamas Resumen
Enviado por CamilaM5 • 31 de Agosto de 2013 • 1.153 Palabras (5 Páginas) • 471 Visitas
“Es que somos muy pobres” es una historia narrada en primera persona, y no se indica el nombre del que nos relata los hechos. Cuenta como tras el fallecimiento de su tía Jacinta y un día antes de el cumpleaños 12 de su hermana Tacha, sucede una inundación en el pueblo, que se lleva la vaca (Serpentina) que le había regalado su papá a Tacha para que tuviera un capitalito. Tacha es una niña que cruza por la adolescencia, sus padres al ver que la Serpentina y el becerrito no aparecen, temen más que nunca que se convierta en una piruja como sus dos hermanas que años atrás fueron corridas de la casa por malos partimientos. Se dice en la historia que las dos hermanas posiblemente anden en Ayutla ya que eran personas que desde niñas fueron rebeldes, siempre fueron rezongonas y presumidas. El relato termina cuando Tacha y su hermano están en la barranca viendo el río, y el la consuela pues ella llora por Serpentina
“Macario” es un cuento narrado en primera persona, Él nos habla mientras espera sentado en una alcantarilla la salida de las ranas que no dejan dormir a su madrina por las noches. El nos cuenta que con su madrina es feliz por que le da de comer y por que ahí vive también Felipa, la mujer que le hace de comer a su madrina, la que todas las noches se metía a su cuarto y algunas veces le daba de tomar leche de sus pechos mientras le hacía cosquillas en todo el cuerpo, que no resultan ser más que relaciones sexuales. Aunque en su relato no se menciona la edad exacta de el personaje, deja en claro por sus acciones que ya es un adulto, solo que con cierto grado de retraso mental. La historia concluye cuando Macario se empieza a aburrir que no salen las ranas y cree que si se duerme su madrina pedirá a alguno de sus santos que se lo lleve directo al infierno.
“¡Diles que no me maten!” es una historia narrada en primera y tercera persona en donde nos cuentan del asesinato de don Lupe Terreros, cometido por su compadre Juvencio Nava, en Alima, donde eran dueños de ganado. Tras haberle negado el pasto de su potrero y haberle matado un novillo a Juvencio, este lo machetea y le clava una pica de buey en su vientre, dejándolo tirado en un arroyo donde lo hallan después de dos días, aún agonizando. Juvencio se ve en aprietos y huye a Palo de Venado donde más tarde su mujer lo abandona y su hijo Justino forma su familia con Ignacia, con quien tiene 8 hijos. La historia concluye con la aprensión de Juvencio por cuatro soldados enviados por un coronel, que resulta ser uno de los dos hijos que dejó don Lupe al morir, hace ya casi 40 años, según las súplicas de Juvencio al pedirle que no lo mate. Argumentando que ya está viejo, que morirá pronto por la edad.
“No oyes ladrar a los perros” es un cuento narrado en primera y tercera persona, en el que se nos cuenta el viacrucis que vive un padre, mientras lleva a su hijo por la noche a Tonaya, mismo lugar que espera reconocer por las luces o el ladrar de los perros.
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