El Mercader De Venecia: ¿es Shakespeare Verdaderamente Antisemita?
Enviado por jdpau • 13 de Noviembre de 2011 • 1.765 Palabras (8 Páginas) • 2.112 Visitas
El mercader de Venecia: ¿es Shakespeare verdaderamente antisemita?
Publicada en 1600, esta obra de Shakespeare -que se debate entre la tragedia y la comedia- es uno de los textos más famosos del autor inglés. En ella, como es la costumbre de Shakespeare, se cuentan historias paralelas que se entrecruzan. Por una parte, tenemos la historia de Porcia y los tres cofres en Bélmont, que aporta tintes de alegría y comedia. Por la otra, en Venecia transcurre la historia trágica de Shylock y la libra de carne, que aborda el tema de la supremacía de la ley por sobre las personas. Es justamente en este personaje en quien se ha dicho que Shakespeare ha manifestado toda su animadversión en contra de los judíos, representándolo como el gran perdedor de la historia siendo víctima de mofas y humillación. Sin embargo ¿son los argumentos de la resolución de la obra y la burla de Shylock suficientes para afirmar que Shakespeare era un verdadero antisemita? ¿Es posible que entre líneas el autor haya buscado dar algún otro mensaje? El texto que nos ocupa busca aproximarse a estas respuestas mediante un análisis cuidadoso de El Mercader De Venecia, su intencionalidad y contexto. Además, la película homónima de Michael Radford nos servirá para contrastar la interpretación del texto por dicho director con las representaciones comunes de la obra y el texto de Shakespeare.
“Tendría uno que ser ciego, sordo y tonto para no reconocer que la grandiosa y equívoca comedia de Shakespeare El mercader de Venecia es sin embargo una obra profundamente antisemita” exclama categóricamente Harold Bloom en La invención de lo Humano. Y es que existe un gran consenso en que este texto del inglés muestra un fuerte contenido anti judío. Shylock es el personaje en quien se centra la humillación y la burla por parte de los cristianos y quien Shakespeare utiliza para dar tensión a la obra. La obsesión enfermiza por la libra de carne de un cristiano, su sed de venganza y la pérdida de su hija –no tan dolorosa para él como la de su dinero- son algunos de los elementos de los que se hace el dramaturgo para hacer brotar las muestras de que el alma judía está corrupta, enferma. Y es de esta manera como tradicionalmente la obra ha sido representada sobre los escenarios, manteniendo el espíritu de su génesis: denigrando y humillando al judío sádico y vengativo; riéndose de su desgracia; destinándolo a un fin trágico.
Sin embargo, para entender el contenido de la obra, es necesario, entender también su contexto. Luego de las primeras migraciones masivas de judíos a Europa en el siglo X, las tensiones con la cultura cristiana del viejo continente fueron aumentando cada vez más, con ciertos vaivenes, pero con una clara tendencia alcista, siendo la culminación de este conflicto el holocausto de 1941. Entre los siglos XIII y IX, con ciertos matices, era común que en las grandes ciudades Europeas se generaran guetos judíos, verdaderas sub-ciudades anidadas dentro de un mundo cristiano. A pesar de que los judíos ya habían sido mayormente expulsados de Inglaterra por Eduardo I en 1290, la cultura imperante en Europa durante los días de Shakespeare relegaba a los judíos a una existencia de segunda clase siendo una costumbre su humillación pública y el constante blanco de ataques racistas y religiosos. Es, entonces, este el contexto bajo el que el autor ve influenciada su obra, por lo que resulta natural que esta sea, en cierta medida, un producto de su tiempo. ¿Qué habría ocurrido si Shakespeare hubiese representado junto a The King’s Men un Shylock bondadoso y compasivo frente a una audiencia cristiana culta y apegada a los valores y costumbres tradicionales de la sociedad europea?
Pero no todos han interpretado El Mercader de Venecia de manera antisemita. De alguna manera, se puede decir que la película del mismo nombre del director Michael Radford es una suerte de “apología de Shakespeare”, en tiempos donde si quiera dar una pequeña muestra de antisemitismo es tan políticamente incorrecto y socialmente condenado que puede redundar en el ostracismo perpetuo del autor. En la película de Radford, si bien se respeta de buena manera el texto original, existen varias claves que permiten afirmar que en ningún caso el film mantiene el mensaje anti judío.
La primera de estas señales se muestra al comienzo de la cinta cuando se da una breve contextualización sobre la situación de marginalidad que vivía el pueblo judío en Europa y el libertinaje de la sociedad veneciana. A esto le sigue una escena donde una masa descontrolada y barbárica se desquita con un judío por hacer dinero con sus préstamos. La intencionalidad en estas imágenes está puesta, claramente, en mostrar la inocencia de los judíos y la intolerancia de los cristianos, estableciendo desde un principio el papel de víctimas y victimarios, respectivamente. Ya en el final de la película, además, se muestra a Jessica acariciando el anillo de su padre, muestra de una traición que no fue. Si bien Shylock es humillado y degradado en el tribunal de manera pública, en lo más íntimo y, por lo tanto, relevante, no ha sido derrotado, según quiere transmitir Radford. Aquí se hace una defensa contra los prejuicios que existen contra los judíos y su estereotipo.
Por último, en un mensaje no menor, el papel de Shylock en la película
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