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El Quijote De La Mancha


Enviado por   •  20 de Febrero de 2014  •  2.635 Palabras (11 Páginas)  •  372 Visitas

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Relatoría

El monólogo de Silvia Káter nos infiltró en el mundo de Don Quijote de la Mancha donde nos mencionó muchas de las aventuras que están en el maravilloso libro de Cervantes.

El monólogo comenzó con la actriz caracterizada como una mujer de la época del Quijote diciendo:

En un lugar de la mancha el cuál no quiero acordarme vivía Don Alonso Quesada un hombre de complexión recia leyó tantos libros de caballería que quedo loco.

Don Alonso se creía un caballero andante llamado Don Quijote, el conoció a un labriega llamada Aldosa Lorenzo a quien creyó una hermosa doncella a quien nombro como Dulcinea del Toboso a la cual defendió por su supuesta belleza.

1. Don Quijote emprendió su viaje a lado de su fiel caballo llamado Rocinante, su sirviente y escudero Sancho Panza y su jumento.

Las siguientes aventuras que caben mencionar son:

Un día Don Quijote y Sancho fueron a una venta (posada cercana a algún camino) de su escudero y pensó que la venta era un castillo

El caballero entra y es recibido por el dueño de la venta, un señor a los ojos del Quijote. Le ofrecen la cena y comen con él.

El Quijote pide ser armado al dueño de la venta. Este tomó a su huésped como un loco y para su esperpento, le siguió el rollo. Le dijo que la capilla había sido demolida para ser luego reconstruida, por lo que no estaba disponible.

El dueño de la venta le preguntó si portaba consigo dinero, pero el Quijote respondió negativamente. Luego le dijo que debía velar sus armas para ser armado caballero.

El hidalgo veló sus armas en el comedor. En esto, entró un arriero a coger un cubo para dar de beber a sus mulas, por lo que movió sus armas. Don Quijote le advirtió de que las dejara, pero el arriero no hizo caso, por lo que recibió un golpe de lanza en la cabeza. A esto vino otro mozo a ayudar, pero recibió el mismo castigo que el anterior.

La gente de la venta empezaron a apedrear al Quijote, pero el ventero advirtió a la gente de la locura del huésped, por lo que frenaron.

Don Quijote comenzó a tildar de traidor al señor del castillo (El ventero) y a toda la gente de allí, pero frenó por temor a que le maldijeran y pidió disculpas

El ventero decidió armarle caballero en una ceremonia falsa para calmar a su curioso invitado. Usó el libro de anotaciones como Biblia y le dio el espaldarazo mientras hacía como si rezaba

El Quijote se fue de la venta al día siguiente.

2. Don quijote y Sancho encontraron unos molinos de viento y don Quijote le dice a Sancho que son gigantes y que van a entrar en batalla con ellos. Sancho le corrige y le dice que no son gigantes sino molinos de viento, pero Don Quijote insiste en su fantasía y arremete contra ellos. Le da una lanzada en el aspa, pero cuando un fuerte viento mueve al aspa, rompe su lanza en pedazos y los lleva por delante a Don Quijote y Rocinante. Sancho acude a ayudarlos y le dice a don Quijote que bien le había dicho que no eran gigantes. Don Quijote cree que fue el encantador Frestón quien convirtió a los gigantes en molinos para quitarle la gloria de su vencimiento.

3. Don Quijote y Sancho andaban por el bosque y se detuvieron a beber en un arroyo dejando junto a ellos a Rocinante y al jumento de Sancho; Rocinante observo detenidamente a una manada de yeguas de Segovia y este decidió aproximarse a ellas y tratar yacer (tener una relación sexual) con alguna de ellas. Aparecieron 20 hombres, los cuales eran los propietarios (arrieros ) de las yeguas, se las llevaron y le cayeron al pobre Rocinante a palos.

Don Quijote y Sancho observaron la violenta escena y decidieron tomar venganza por su propia mano enfrentándose a los 20 hombres, Sancho y Don Quijote salieron mal heridos.

4. Cuando llegan a la venta nuestros héroes, la mujer del ventero, su hija y una joven asturiana poco agraciada "de un ojo tuerta y del otro no muy sana" que se llama Maritornes le curan las heridas a Don Quijote en una cama bastante incómoda y chapucera.

En vez de admitir que las heridas son el resultado de los golpes que les dieron los arrieros, Sancho dice que su amo se cayó de una peña y que él está dolorido por el sobresalto que sintió al verlo lesionarse de esa manera. Entonces, Sancho le explica a Maritornes que Don Quijote es un caballero aventurero quien "hoy está la más desdichada criatura del mundo y la más menesterosa, y mañana tendría dos o tres coronas de reinos que dar a su escudero".

Al caer la noche, toda la venta está en silencio, pero el arriero que comparte la habitación con Don Quijote y Sancho está en su cama despierto esperando a Maritornes, ya que la asturiana había acordado visitarlo para "satisfacerle el gusto en cuanto le mandase" después de que se durmieran los otros huéspedes

Don Quijote y Sancho también están en sus camas despiertos ya que no pueden conciliar el sueño por estar tan doloridos. En esto, Don Quijote comienza a imaginar que la hija del señor del castillo (el ventero) se enamora de él y viene a visitarlo de noche, pero se promete no serle infiel a Dulcinea. Mientras que Don Quijote fantasea, entra Maritornes en camisa, descalza y andando de puntillas en busca del arriero. Don Quiote, le escucha entrar a Maritornes y se sienta en la cama con los brazos extendidos para recibir a la "doncella". En la oscuridad, Maritornes se topa con Don Quijote y él le agarra la muñeca y hace que se siente a su lado. Imagina que su camisa es de una tela fina, que las cuentas de vidrio de su pulsera son perlas orientales y que su aliento, que "olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático". No obstante, Don Quijote le explica a Maritornes que no puede satisfacer sus deseos por estar tan dolorido y por su compromiso con Dulcinea.

El arriero, quien había escuchado toda esta conversación sin entenderla muy bien, se pone muy celoso y se levanta de la cama. Cuando se acerca al lecho de Don Quijote, ve que éste está tratando de retener a la fuerza a la muy angustiada Maritornes, por lo que comienza a atacarlo. La cama poco sólida y de muy mala calidad no puede soportar el peso de los tres y cae al suelo con un fuerte ruido que despierta al ventero.

Maritornes trata de esconderse en la cama de Sancho y lo asusta tanto que el escudero comienza a dar puñadas en todas direcciones y ella naturalmente se defiende. El arriero se suma a la riña con la intención de defender a Maritornes mientras que el ventero se tira encima para castigar a la joven asturiana. Se apaga la lámpara del ventero y todos comienzan a dar puñetazos por doquier en la oscuridad.

Uno de los huéspedes de la venta es un cuadrillero

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