El Verano Feliz De La Señora Forbes
Enviado por mariasolteran • 2 de Septiembre de 2014 • 527 Palabras (3 Páginas) • 1.061 Visitas
¿La felicidad solo es posible cuando hay libertad? Desde el inicio de los tiempos, el sueño más grande y mayormente atesorado de la humanidad ha sido la libertad. No obstante, este sentimiento de libertad puede ser concebido de maneras muy diversas entre distintas culturas y etnias, y un ejemplo clarísimo de este contraste se representa en el cuento del “Verano feliz de la señora Forbes” de Gabriel García Márquez en la característica de los niños latinoamericanos libres y creativos, y los europeos más racionales, incapaces de imaginar con una disciplina estricta y un respeto férreo de las reglas que reprimen su libertad de sentir y gozar como lo demuestra la institutriz alemana. En el siguiente ensayo desarrollaré este argumento para que pueda ser entendido desde un punto de vista sicoanalítico.
Los niños del cuento eran felices, energéticos cuando pasaban el verano con sus padres, con ellos podían hacer lo que disfrutaban y lo que los apasionaba, sin ninguna restricción. Cuando la institutriz Forbes llegó para enseñarles modales y diferentes idiomas, ellos dejaron de ser felices; debían realizar obligaciones y tareas todos los días, y eso no era lo que ellos llamaban verano, ni libertad, ni mucho menos felicidad. Todas estas restricciones que no les permitían ser felices, los portaba a tener pensamientos negativos hacia la Sra. Forbes, como por ejemplo matarla. Por esta razón se muestra cómo tener cierta libertad, además de hacernos felices también es sano. Aun cuando el cuento se titula “El verano feliz de la Señora Forbes”, sólo al final del cuento sabemos por qué para ella ese fue su verano feliz. A pesar de que se suicida, la Sra. Forbes muere feliz, aceptando esa muerte “consciente de que era el precio inexorable de su verano feliz” (Márquez, 1992, página 190); ¿por qué?, porque en ese verano ella pudo liberarse de la disciplina y las reglas para gozar de la libertad de sentir y amar. Durante el día, su personalidad estaba dominada por la razón, sin posibilidad de goce; mas, en las noches se liberaba de la disciplina y podía gozar libremente de todos sus sentidos -nadar, comer tartas, beber vino- y también se daba la libertad de gozar de sus sentimientos y pasión, recitando a Schiller y, posiblemente, amando.
En conclusión, ni los niños ni la Sra. Forbes pueden vivir en la constante represión de la libertad y el goce, siguiendo sólo un respeto mecánico de las reglas, ya que éste conlleva a situaciones extremas: cuando el exceso de libertad se ve restringido y amenazado suele buscar maneras particularmente dañinas para preservarse como el deseo de matar en el caso de los niños, y ese exceso de libertad que experimentaban los niños era el objeto de desprecio y a la vez anhelo de la Sra. Forbes. Mientras para los niños su prisión era su institutriz, para ella su prisión era ella misma y esto la hacía despreciarse aún más. La clave del bienestar y el buen vivir
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